Glosa Internacional
Roberto Pérez Betancourt
Julián Assage fue entregado a cambio de dinero, afirma Rafael Correa.-- Demócratas siguen cocinando destitución de Donald Trump.-- Falla EE.UU. en manipular Consejo de Seguridad de ONU contra Venezuela.—Cien días de Bolsonaro han bastado para echarlo a rodar cuesta abajo…
Julián Assage fue entregado a cambio del dinero, afirma Rafael Correa.--
Con la fuerza de un misil de largo alcance, las declaraciones del ex presidente de Ecuador, Rafael Correa (2007-2017) a la Agencia rusa de noticias Sputnik, han impactado en la opinión pública mundial y en particular en la nación latinoamericana, al denunciar que el actual mandatario, Lenin Moreno (ex vicepresidente de Correa) vendió prácticamente al ciberactivista Julián Assage al levantar su asilo en la embajada ecuatoriana en Londres a cambio de un préstamo multimillonario del Fondo Monetario Internacional (FMI), en contubernio con Estados Unidos, país que tiene poder de veto sobre la entidad financiera. Correa dijo que hay pruebas sobre su denuncia y mencionó que el 30 de mayo de 2017 el presidente de Ecuador se reunió con el exjefe de campaña del presidente de EEUU, Donald Trump, Paul Manafort, quien ahora está preso por corrupción. El mes pasado, el FMI anunció la aprobación de un préstamo a Ecuador por 4 200 millones de dólares, de los cuales ordenó un desembolso inmediato de 652 millones. Según Correa, Moreno se habría comprometido con el vicepresidente Mike Pence en "ayudar a aislar a Venezuela, dejar impune a (la corporación petrolera) Chevron, una compañía que destruyó media selva amazónica, y entregar a Assange". "Lo que descontrola a Moreno, lo que le hace perder la cabeza y acelerar los procesos es que WikiLeaks publica un caso de corrupción que es indefendible. Moreno se va a ir preso; a pesar de que tiene toda la complicidad de la prensa, el caso es tan grave que tiene los días contados", dijo Correa. El ciberactivista Assange rechazaba su extradición alegando que Suecia lo entregaría a EEUU, donde podía enfrentar la pena capital por haber publicado miles de documentos filtrados que eran secreto de Estado. Los cargos contra Assange en Suecia prescribieron en 2017, pero el Reino Unido se negó a levantarle la orden de arresto, que la policía británica hizo efectiva el 11 de abril.
Demócratas siguen cocinando destitución de Donald Trump
Con la paciencia que suele caracterizarla, la señora Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU. y prominente figura del Partido Demócrata, continúa su progresiva labor de acumular pruebas que evidencien la falta de capacidad real y la falta de ética, entre otras perlas que adornan al actual mandatario de ese país, el rubio casi siempre despeinado Donald Trump, todo con vista a una futura arremetida para destituirlo mediante un proceso legal que requeriría la difícil concertación de criterios en el parlamento bicameral de ese país. Hoy la prensa internacional recoge acusaciones de Pelossi sobre la participación del usufructuario de la Casa Blanca en actividades carentes de ética y antiestadounidenses.: «mi opinión es que el impeachment (destitución) es muy divisivo en el país, y cuando veamos lo que necesitemos ver, puede ser imperativo que sea destituido». Donald Trump enfrenta casi desde el inicio de su mandato la amenaza de ese juicio político, a causa de numerosas irregularidades en su carrera hacia la presidencia, recuerdan analistas.
Falla EE.UU. en manipular Consejo de Seguridad de ONU contra Venezuela
Con toda la soberbia que caracteriza a la actual administración de Estados Unidos, su vicepresidente Mike Pence ha intentado nada más y nada menos que manipular al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que se pronuncie en contra del mandatario venezolano Nicolás Maduro, con el iluso propósito de legitimar las acciones encubiertas y francamente descaradas que instrumenta la nación norteña para derribar al legítimo presidente de la nación sudamericana. El segundo de Trump arremetió igualmente con amenazas contra Cuba mediante la propagación de mentiras de todos los tamaños y la acusación insólita de que la nación caribeña ayuda a Venezuela. Por supuesto, las diatribas del representante del imperio fueron fuertemente refutadas en el foro mediante argumentos y denuncias de los actos criminales que Estados Unidos comente a la luz pública, incluido el robo de los activos venezolanos para agudizar las penurias del pueblo de ese país, en tanto clama por “ayuda humanitaria para Venezuela”, lo que en lenguaje imperial significa derribar a la Revolución y su obra de beneficio social, y colocar al frente del gobierno a un títere nombrado Juan Guaidó, ridículamente autoproclamado “presidente” de Venezuela con el sacrosanto patrocinio del Imperio. Rusia, China y otras naciones alzaron sus voces para alertar a EE.UU. que el Consejo de Seguridad no es la OEA, donde los funcionarios de Trump dictan órdenes y hasta colocan a un pelele para que ocupe el escaño de Venezuela.
Cien días de Bolsonaro han bastado para echarlo a rodar cuesta abajo…
Los primeros cien días de Jair Bolsonaro en la presidencia de Brasil han sido suficientes para echar a rodar cuesta abajo su “simpatía” popular, la que lo ubicó en la posición que ocupa, estimulada por la agresión que sufrió el ex capitán durante su campaña presidencial, mientras la prensa amarillista difamaba y encarcelaba a Lula para evitar que compitiera en los comicios cuando gozaba de amplia ventaja según las encuestas. Lo cierto es que hoy se comenta las peleas internas dentro del gabinete de Bolsonaro, su incapacidad para lograr acuerdos favorables para la economía brasileña durante su reciente periplo por Europa y Estados Unidos, la pérdida de mercados que golpea a la industria del gigante sudamericano gracias a las políticas instrumentadas por el flamante mandatario, entre ellas su apoyo a los desmanes de Israel contra el pueblo Palestino y la arbitraria ubicación de la capital de ese país en Jerusalén, todo para complacer a los judíos estadounidense y reírle la gracia al señor Trump, pero que en la práctica ha traído como consecuencia la pérdida de clientes de multimillonario poder de compra en las naciones del Medio Oriente… A todo esto se suman escándalos de corrupción. El saldo según encuestas es que míster Bolsonaro resulta hoy el presidente brasileño menos popular desde la recuperación democrática en ese país en el año 1985. Por supuesto esto no le interesa al señor gatillo alegre, mote que ha recibido por su afición a las armas, porque él ha proclamado sin inmutarse su amor por las dictaduras, ¿será que aspira? (Con informaciones de agencias y archivos del redactor)
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