Tormenta de epítetos contra Trump enmascara asuntos medulares
Roberto Pérez Betancourt
La nueva tormenta de epítetos que azota al presidente Donald Trump parece darle la razón a expertos en comunicación, quienes afirman que este novísimo mandatario está dispuesto a hacer de todo para captar la atención de la prensa sobre asuntos menores a fin de que no hurguen en temas medulares, que el Congreso de su país tiene en cartera contra el controversial mandatario.
Basta un ligero ademán de mano de Melania en una ceremonia pública, que aparentemente rechace a la de su consorte presidente, para que cámaras de todos los tipos centren el enfoque principal de ese hecho irrelevante y obvien la sustancia de declaraciones, actitudes y controversias del señor Trump.
Una de las más recientes “trumpadas” ha sido el rechazo de Trump al Acuerdo de París sobre el cambio climático, calificada por expertos como verdadera bofetada en el rostro de sus homólogos en países occidentales y de prepotente provocación a otras naciones del orbe, interesadas en el beneficio climático del mundo.
Alemania, Francia e Italia, en una declaración conjunta, “lamentaron” la decisión y advirtieron que el pacto no es “renegociable”, mientras la Unión Europea prometió reforzar las acciones y buscar nuevas alianza para mantener el pulso del acuerdo sobre cambio climático, revelan medios internacionales de prensa.
El mandatario de Estados Unidos llamó por teléfono a la canciller federal alemana, Ángela Merkel; al presidente francés, Emmanuel Macron; al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y a la primera ministra británica, Theresa May, para decirles que en su administración Estados Unidos será “el país más limpio y amistoso con el medio ambiente que hay sobre la Tierra”. (¿!)
Para la Organización de las Naciones Unidas la decisión es “una gran decepción”, afirmó el portavoz Stéphane Dujarric. Es una “decisión errónea”, escribió en Twitter Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. “Retirarse del Acuerdo de París es una traición a la Madre Tierra, la casa grande de la humanidad. Justamente países exageradamente industrializados no asumen su responsabilidad con la vida y la humanidad ante los problemas climáticos”, declaró el presidente boliviano, Evo Morales.
¿Qué intenta verdaderamente el rubio señor presidente, estratega de la publicidad, los concursos de belleza y los “shows parlantes? ¿Cortina de humo? ¿Concesión a los grandes contaminadores de la biósfera en su país? ¿O simple estrategia para que la prensa hable de este tema y se olvide de lo que cocina el Senado en contra de las acciones de su presidente, dirigidas, según analistas, a una posible revocación de su mandato?
Resulta que a su retorno a suelo estadounidense después de su controversial periplo por el exterior, con su habitual altanería, míster Trump declaró que su viaje fue “rotundo éxito”, aunque no aportó detalles que sustantiven esa afirmación y continuó despotricando contra la prensa a todos los niveles.
En este contexto es bueno recordar ingredientes potencialmente explosivos, pendientes, sobre los cuales a Trump no le conviene hablar, como es el testimonio ante el Congreso del ex jefe del FBI, James Comey en relación con notas, grabaciones y memorandos de contenido variopinto y comprometedor, mientras voces desde la oscuridad insisten en que el Jefe de la Casa Blanca habría presionado por cerrar la investigación sobre la interferencia rusa y sobre su ex asesor de seguridad nacional, Michael Flynn.
Tras el fin del Memorial Day, probablemente la investigación del fiscal especial recientemente nombrado, Robert Mueller, pudiese tomar vuelo, sugieren observadores, quienes hacen notar que Trump debe encarar otros asuntos “calientes”, como el nombramiento del nuevo jefe del FBI, la decisión sobre el Acuerdo de París vinculado al clima, la ley de salud en el Senado, pelear su presupuesto y añadir 8 400 soldados más a su contingente en Afganistán.
Mucho qué hacer y muchas posibles distracciones”, comentó la EFE sin enmascarar la ironía.
Lo cierto es que dentro de la tormenta de epítetos contra Trump por su retirada innoble del cambio climático de París, él aparentemente prefiere que la atención de la opinión pública se centre en ese tema y no en otros asuntos nebulosos, que verdaderamente podrán comprometer su permanencia en el trono de la Casa Blanca.
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