Viandas, frutas, hortalizas, carretilleros con ruedas y sin ellas, precios y Merceditasss

 Roberto Pérez Betancourt

“¿Te enteraste? Ya abrieron las placitas particulares y los carretilleros, los que llevan ruedas y los fijos, los que no se mueven de lugar”, comenta mi vecina Merceditas al pasar por mi lado, apuradita, porque tiene que llegar temprano a la cola de la bodega… “Imagínate que la de la Calzada perdió el techo y la mitad de los clientes los pusieron a comprar aquí, en la Primera de Pilar”. Alcanzo a escuchar lo que dice, aunque me adelantó tres metros, porque no se detiene;, va como ambulancia de emergencia, no  al hospital, sino en busca de los mandados del mes. ”… que los están dando desde finales de junio”, añade, y cuando me da el último en la cola, porque ella llegó primero, subraya, apuntando con el índice derecho hacia el cielo.

“¿Y qué te parecen los precios de los particulares? Un plátano macho pequeño cuatro pesos, 15 te piden por un mazo de habichuelas, que hasta hace tres meses valía cinco, y los limones parecen importados de Asia: ¡20 pesos la libra!  Claro, se aprovechan porque los agromercados de la Playa están pelados…” afirma, y me mira inquisitiva.

Como no le respondo, insiste, puntillosa:

“Publícalo, anda, que para eso tú eres el periodista de la comunidad, practica el periodismo comunitario, que buena falta hace que se enteren los que tienen que enterarse que volvió el abuso de los que aprovechan escaseces para llenarse los bolsillos…

–Merceditas, Merceditas… –no me escucha, sigue hablando, ahora pide que investigue por qué el “pollo caro”, que anunciaron para los ancianos, no ha llegado a la carnicería del barrio. “El de los niños sí vino, pero el de los viejos todavía”

—Merceditas…

–Dígame, periodista.

–Por favor, ya te toca entrar a la bodega.

–Claro, usted lo que trata es de evadir su responsabilidad como “periodista comunitario”. Publíquelo, ande, publíquelo… También en Facebook. Después lo monitoreo para ver si lo publicó o no…

Cruza el umbral e irrumpe en el establecimiento, Merceditas con nasobuco verde. Se lava las manos con hipoclorito de sodio y desde afuera la escucho.

“Pero que temprano llegaron los huevos… ¿Y la leche de dieta?, a ver si las bolsas siguen rompiéndose como ayer…”

Lo publicaron, Merceditas, lo publicaron…