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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Costosas consecuencias sociales del tabaquismo y de otros males majaderos

Costosas consecuencias sociales del tabaquismo y de otros males majaderos

 

Roberto Pérez Betancourt

Alberto se fuma dos cajetillas diarias de cigarrillos. Para él, cuyos ingresos son modestos,  representa un costo elevado. “Me estoy gastando un dineral”, comenta, y enciende el tercero de los más de cuarenta que consumirá este día.

Como muchos otros fumadores empedernidos, Alberto no se ha detenido a pensar que su vicio, sumado al de millones de compatriotas, no solo afecta sus bolsillos, sino también, y en alto grado, a la economía de todos y del país.  En mi modesta opinión, esto no es justo.

  Recordemos que los presupuestos anuales se forman a partir de los fondos que por diversas vías recauda el Estado. Entre ellos los impuestos que pagan los ciudadanos, incluido  el llamado “impuesto de circulación”, en virtud del cual el precio de las mercancías adquiere un alto costo para el consumidor.

 ¿Qué dicen los expertos?

  Veamos: La enfermedad crónica ocasionada por la adicción a la nicotina y la exposición permanente a más de siete mil sustancias  es responsable de que aproximadamente cada hora mueran dos personas en Cuba, debido a enfermedades atribuibles al consumo de tabaco.

  Reflexionemos: antes de la muerte, estuvo  la asistencia sanitaria: médicos, enfermeras, medicinas subsidiadas, ingresos hospitalarios, análisis, radiografías y etcéteras que no cuestan al enfermo, pero  merman los presupuestos por enfermedades con erogaciones  que pudieron evitarse.

  Abstenerse de fumar e  intoxicarse con el tabaquismo -como hacen ya millones de personas que han asimilado las nefastas consecuencias del vicio- contribuye a reducir los altos costos de la salud pública, que en Cuba, recordemos, es gratuita y universal.

   El tabaquismo implica además otros gastos a las arcas del Estado, tales como pago de pensiones y de períodos de incapacidad y pérdida de productividad. Es una de las causas más recurrentes de la  muerte prematura, y la familia del fumador sufre las consecuencias  económicas del costo de esa adicción, que

 Al respecto, estudios oficiales enfatizan  que en el nivel primario de atención, los fumadores hacen mayor uso de los servicios de salud, ingresan en hospitales  cuatro veces más que los no fumadores y provocan significativamente más gastos a las instituciones.

  La gran pregunta: ¿Por qué los que no fuman tienen que pagar y sufrir las consecuencias de los que, aun sabiendo el riesgo que corren, y el daño que causan, siguen echando humo?

  Por supuesto no es el único tema que invita a reflexionar sobre los “costos de la salud pública gratuita”. Otros podrían ser el alcoholismo y las consecuencias que ocasionan los  choferes de automotores que provocan “accidentes”, por citar solo dos.

 

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