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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Publicidad, necesidad y rentabilidad

Publicidad, necesidad  y rentabilidad

 Roberto Pérez Betancourt

La publicidad llamada “de bien común” acapara los mensajes televisivos  y  radiales en Cuba. Su  finalidad es orientar, educar, aconsejar. En la prensa plana suelen asumir la modalidad de “notas oficiales”, o  de “periodismo provocado”, que en la técnica se traduce en informaciones, comentarios y reportajes  no asentados en hechos noticiosos, sino en intereses divulgativos.

  Los mensajes referidos antes suelen tener determinado grado de  asimilación popular, dependiente de su efectividad comunicacional, lo que determina el grado de eficacia con el que son descodificados por el destinatario.

  Afortunadamente, por Ley, No existe en Cuba publicidad de carácter electorera.

  La otra publicidad, la comercial, hoy la estimo  insuficiente.  La dinámica económica  exige revisar viejas ataduras que  frenan su desarrollo.

  Esta publicidad comercial  dispone de  limitados espacios en los medios  radiales, nacionales y territoriales,  y también en Internet. Es casi nula en la prensa escrita.

  Los anuncios del tipo clasificado,  que  emite la radio, son gratuitos, pues los beneficiarios NO pagan por la promoción de sus servicios o productos. Solo se cobran  los que publican el directorio telefónico y algunas revistas de limitada circulación.

  Pero el consumidor doméstico, y el turista de  ocasión, desean enterarse  a diario de quién vende bienes u oferta servicios variados y necesarios, cómo se nombra, dónde radica,  cuándo pueden adquirirse esos productos, de qué calidad  y a qué precios.  Es esta una necesidad universal de la economía de producción mercantil.

  El consumidor cubano, o el extranjero de visita en Cuba,  quieren saber,  pero no hallan  respuestas suficientes a sus preguntas.

  Hoy, los medios, salvo los indicados antes,  NO cobran lo  comercial que divulgan, y el anunciado y promocionado  recibe sus benéficos efectos  sin contrapartida de costo.

   Paradójicamente, los medios de  difusión necesitan  fondos monetarios  para cubrir sus propios gastos e inversiones que no cubren los presupuestos anuales.

  De manera que, con un rango de moderación,  los  anuncios comerciales pagados, ya sean de un restaurante, tienda de artesanías, hotel de cualquier número de estrellas, zapatero, cooperativa, hostal,  u otro anunciante, en nuestro actual contexto parecen  necesarios.

  Por todo lo expuesto, y más, el tema debiera incluirse en la agenda de quienes les compete  reflexionar y decidir sobre la necesidad de ampliar,  diversificar y modernizar la publicidad comercial pagada en todo el país.

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