¡Ahora por los Cinco!
Roberto Pérez Betancourt
Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González y Antonio Guerrero, injustamente prisioneros en cárceles del Imperio, desde hace más de 13 años, y René González, cautivo en territorio estadounidense después de cumplir su sentencia (tiempo penal), sin que se le permita retornar al seno de su familia en Cuba, donde su hermano Roberto padece una grave enfermedad, necesitan nuestros redoblados esfuerzos para difundir la verdad sobre la injusticia cometida contra ellos y exigir del presidente Barack Obama que los libere antes del cierre del presente año electoral en Estados Unidos, abocado al término de su mandato cuatrienal y con aspiraciones de ganar un nuevo período ejecutivo en la Casa Blanca.
Marcada intención política de dañar sin fundamentos legales, mostrada por el gobierno de Estados Unidos a través de la Fiscalía, ligada a erráticas actuaciones de algunos miembros del Poder Judicial de ese país, revelan intencionadas coincidencias para manipular la Ley norteamericana, complacer a la mafia anexionista que se hospeda en la Florida con el beneplácito de las administraciones que se han sucedido en Washington. Ellas han aplicado sanciones extremas y han prolongado la inmerecida cárcel de Los Cinco cubanos luchadores antiterroristas, quienes fueron apresados por el Buró Federal de Investigaciones el 12 de septiembre de 1998, en Miami, donde ellos captaban información sobre los planes y acciones de organizaciones terroristas que allí operan contra Cuba.
Quienes han estado al tanto de esta injusticia colectiva conocen que a Los Cinco los animaba el noble propósito de alertar a la Isla, y de hecho, al propio gobierno estadounidense, de los actos criminales que se fraguaban, lo que está plenamente justificado, en ejercicio del Derecho de Necesidad de proteger a su país, reconocido por la Ley.
Como bien conocemos los cubanos, y los millares de integrantes de los comités de solidaridad activos en todo el mundo a favor de la libertad de Los Cinco, estos fueron sometidos a un amañado juicio, sin garantías procesales, en la propia Miami, en un clima de hostilidad extrema, a partir del 27 de noviembre de 2000.
El 8 de junio de 2001, un jurado declaró culpables a los acusados de un conjunto de 26 cargos inverosímiles. Para imparciales expertos en jurisprudencia y periodistas de diversas regiones del planeta, que han seguido desde el inicio este proceso, plagado de arbitrariedades reconocidas por prestigiosas entidades internacionales, las paradojas que se aprecian en relación con otros casos subrayan la mala intención política del gobierno norteamericano contra Los Cinco.
Esa situación se pone de manifiesto en las desproporcionadas sentencias impuestas a los cubanos, sin que mediaran verdaderas pruebas que amparasen graves cargos imputados, especialmente aquellos que se refieren a espiar y conspirar para cometer asesinato, los cuales nunca existieron.
Cabe recordar que personas de otras nacionalidades, encausadas por cargos de espionaje documentados con evidencias judiciales, han recibido sanciones muy inferiores, lo que reitera la mala intención política contra Los Cinco.
Sin un solo papel de prueba, a los cubanos les imputaron “conspiración para cometer espionaje”, sobre la base de una indebida aplicación de la Ley para la Protección de Información Clasificada (CIPA), aunque altos funcionarios reconocieron en el juicio primario que en realidad nunca existió espionaje. Y es así, no solo porque lo digan y lo hayan demostrado los abogados de la defensa, los peritos de las Naciones Unidas, integrantes del gremio norteamericano de juristas, y diversos foros internacionales, sino porque la propia Ley estadounidense tipifica el delito de espionaje solo cuando en la actuación de los inculpados haya estado presente el propósito de obtener información sobre la defensa, la seguridad o los intereses del gobierno de los Estados Unidos. Ninguna de esas intenciones figuraba en las actividades de Los Cinco en ese país. Por lo tanto, el quehacer de la Fiscalía estadounidense pasará a la historia como un hecho vergonzante, al propiciar la condena de Los Cinco.
Chantajes y torturas psicológicas
Cuando la Administración estadounidense sistemáticamente niega derecho de visita a familiares de Los Cinco antiterroristas cubanos, ejerce contra ellos chantajes y torturas psicológicas, violatorias de elementales derechos humanos. Como en tiempos medievales, durante el largo período de privación de libertad, Olga y Adriana, al igual que sus respectivos esposos René y Gerardo, han padecido la soberbia de quienes se arrogan el poder de burlar las propias leyes de su país y ejercer la tortura psíquica como fórmula de chantaje.
El tema de visitas familiares a prisioneros federales ha sido tratado por la Corte Suprema de Justicia de EE.UU., la cual ha sostenido claramente que, si la Constitución de ese país protege algún interés, ese es el de mantener la familia, por lo que una agencia gubernamental no puede obstruir las relaciones de un recluso con su esposa e hijos.
Al respecto, la Constitución de los Estados Unidos anula cualquier estatuto que se oponga a ese principio de unidad en la reconocida célula básica de la sociedad, de lo que resulta violación muy clara y elemental el impedir que las familias, como en los casos expuestos, y en otros, se mantengan arbitrariamente excluidas de los encuentros con Los Cinco, a quienes la propia ley norteamericana les otorga el derecho.
Violaciones del derecho internacional
Además de los sucesos expuestos, expertos han documentado otros de discriminación y arbitrariedades, demostrativos de que Washington viola la Declaración sobre la Protección de todas las personas contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, adoptada en 1975 por la Asamblea General de la ONU. Igualmente, se vulneran preceptos como las Reglas mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, aprobadas en 1955 en el Primer Congreso de Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en 1955 en Ginebra, y la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Es esta una realidad que todavía no ha sido “descubierta” por la gran prensa norteamericana y mundial, en la medida en que lo exige la magnitud de las violaciones que se comenten contra los patriotas cubanos y sus familiares, lo que evidencia la complicidad del silencio a la que se prestan las transnacionales de la información y la doble moral del gobierno estadounidense.
La verdad necesita ser difundida
Esta realidad, tenuemente dibujada aquí, y mucho más acerca de la verdad de Los Cinco, es menester que lo conozcan cada uno de los habitantes de nuestro archipiélago, porque la resistencia heroica de René, Gerardo, Ramón, Fernando y Antonio, constituye ejemplo sin par, que retroalimenta energías para seguir batallando en pos de echar hacia adelante nuestro sistema de justicia social. Nos corresponde, pues, el deber de explicar y multiplicar los mensajes sobre la verdad de Los Cinco.
En esta oportunidad, me complace decirles que los medios de difusión masiva de Matanzas, incluido el Sistema radial, del que forman parte la acrecentada cadena de emisoras municipales con su planta matriz, Radio 26; el canal de Televisión Tele Yumurí, y sus corresponsalías territoriales; la Editora Girón, con sus publicaciones Girón y Humedal del Sur; las corresponsalías de la Agencia de Información Nacional, Prensa Latina, Radio Rebelde, Radio Progreso, Granma, Trabajadores, Radio Reloj; Noticiero Nacional de la TV, y otros medios, así como numerosas páginas web de periodistas matanceros, ubicadas en Internet, han brindado sistemática y amplia cobertura al caso de Los Cinco a través del ejercicio de todos los géneros periodísticos y programas diversos, cuya relación cuantitativa obvio, en aras de la brevedad. En estos aspectos también han trabajado con ahínco los miembros de la Asociación de Comunicadores Cubanos en Matanzas, a través de diseños y reproducción de vallas, exposiciones, carteles y otras obras dirigidas a la divulgación de la realidad de los patriotas. Periodistas, artistas, diseñadores, fotógrafos, editores, locutores, operadores de audio, técnicos en informática y demás trabajadores de los medios de difusión masiva en Matanzas, han realizado estas labores conscientes de su importancia. Pero sabemos que no es suficiente, por ello nos proponemos firmemente, en el ámbito de los acuerdos de los congresos de la UNEAC, la Asociación de Comunicadores y la Unión de Periodistas de Cuba, impulsar este trabajo difusivo a planos cualitativos aún superiores, en todos los idiomas posibles, especialmente inglés, con la intención principal de contribuir a romper el muro de silencio orquestado por las corporaciones internacionales de prensa, en particular las norteamericanas, para llegar a cuanto oído receptivo pueda contribuir a la liberación de nuestros queridos compatriotas.
En el ámbito de la actual coyuntura internacional, en un año electoral de Estados Unidos, cuando los parlamentos latinoamericanos y cubano se han pronunciado sólidamente por la libertad de los patriotas, y desde apartadas regiones del globo llegan estimulantes noticias sobre actividades movilizativas a favor de la excarcelación de nuestros hermanos, es menester que los periodistas, y cuanto potencial comunicacional sea capaz de activarse, hagan llegar al público norteamericano la claridad de hechos y razones. Para esto nos sirven múltiples canales de comunicación, entre los que debemos tener presente los mensajes personales, aprovechando el correo digital; publicaciones regulares y alternativas, y cuanto espacio adicional nos posibilite interactuar y transmitir los hechos como son al mundo.
La movilización dentro de los Estados Unidos a favor de Los Cinco necesita ser cotidiana y vinculada al contexto actual, sin retórica, con evidencias claras en aras de la credibilidad, para que ejerza la debida repercusión en círculos de activistas por los derechos y las libertades civiles, entre minorías étnicas y otros sectores poblacionales, instancias legislativas y ejecutivas del país norteño.
En este papel fundamental, los periodistas, los comunicadores todos, tenemos un reto, en inglés y en español, en todos los códigos comunicacionales a nuestro alcance y a través de cuanto medio podamos utilizar, en nuestra prensa local y nacional, y , ¡cómo no!, especialmente en ámbitos universales a los que accedemos por vía personal, cara a cara o por medios digitales, para que la verdad de nuestros queridos hermanos escape de los barrotes impuestos, y las ideas expandidas contribuyan mucho más eficazmente a que ellos retornen a sus hogares, al seno del pueblo que los ama y les agradece. Por lo tanto, el clamor de Libertad para Los Cinco debe rebasar nuestros ámbitos y globalizar la lucha para llegar a cuanto oído receptivo sea capaz de multiplicarla para que deseos y esperanzas cristalicen con sentido práctico, se conviertan en realidades, y los tengamos a ellos entre nosotros.
3 comentarios
Malanga -
Roberto -
SUPERMAN -
LA REVOLUCION TE CONVIRTIO EN UNA RATA MALA.