Matanzas en las pupilas
-Cumple la ciudad 318 años de fundada este 12 de octubre
Roberto Pérez Betancourt
Singulares sucesos asociados al nombre y al poblamiento de lo que un 12 de octubre de 1693 fue la fundación de la ciudad de Matanzas, aparecen en su génesis histórica, que contamos a partir de los últimos 318 años.
Entre verdades y leyendas, esta urbe isleña, sobre cuyo apelativo suelen siempre indagar foráneos y nativos, para enterarse que fueron las consecuencias del acto de rebeldía indígena en 1510, que ocasionó el naufragio y muerte de españoles en la bahía, lo que, repetido incontables veces, fijó aquella matanza, con plural agregado, como apelativo trascendente. Así lo afirman historiadores.
A pesar de ese nombre horrible, la ciudad, llamada también “dormida”, es generalmente apacible y sus encantos naturales suelen atrapar al viajero y sembrar la nostalgia profunda en sus residentes, al extremo de que cuando alguno se marcha a otras tierras lleva consigo en la mente y en la cartera imágenes perennes del abra, el parque, la bahía, el pan, distante y altivo, como india dormida; los puentes y ríos, las cuevas y las playas, las calles insólitas, las lomas y las escaleras públicas, las alegrías y las penas vividas aquí…
Se quedan sinsabores y lamentos por tanto patrimonio material extraviado, por olvido y desocupación, y también por apremios coyunturales que, de tanto extenderse, se tragaron la oportunidad de preservar, conservar, cuidar la piedra añeja, perecedera, incapaz de una queja.
Pero Matanzas no se rinde, y renueva esperanzas puestas en sus actuales y futuras generaciones, en los que nacen y en los que por vez primera se empapan en las aguas del manantial del pon pón, y quedan atrapados para siempre en esta atmósfera de apacible sosiego, que siempre invita a transitar las aceras adoloridas con la mirada puesta en los paisajes de siempre y en los nuevos que surgen, pupilas abiertas al futuro de esta Matanzas querida, perfectible, llena de virtudes y de amores que alimentan esperanzas.
Venecia de América y otros apelativos
Los españoles la llamaron la Venecia de América por sus ríos, pasarelas y canales. La ciudad la atraviesan tres caudalosos ríos: el Canímar, Yumurí y San Juan, y sus numerosos afluentes, por esto también se le llama la Ciudad de los puentes. Su desarrollo cultural y literario, hace que Matanzas sea conocida también como La Atenas de Cuba.
Este desarrollo comienza a partir de 1813, cuando la ciudad recibió los beneficios de la introducción de la imprenta. Se considera que en este año se inicia el Siglo de Oro de Matanzas. Eran los tiempos en que José María Heredia hacía versos y ensayos teatrales. En 1835 se crea la Biblioteca Pública, a iniciativa de Tomás Gener y Domingo del Monte, dos prominentes figuras relacionadas con el fomento cultural local. Su tradición musical ha sido notoria dentro de la cultura cubana.
Aquí fue donde se interpretó por primera vez el Danzón, de la autoría del matancero Miguel Failde, reconocido como el" Baile Nacional de Cuba", del cual derivan géneros tan populares como el Danzonete, el Chachachá y el Mambo. Es reconocido el trabajo de agrupaciones musicales como la Sonora Matancera fundada en los años de la década del 20, y Los muñequitos de Matanzas, que cuenta con gran reconocimiento internacional
Detalles históricos
En 12 de octubre de 1693 culminó el proceso de fundación de la ciudad de Matanzas, el cual se había desarrollado durante casi todo el siglo XVII. Ese día se pronunció la sagrada misa para consagrar a la nueva urbe española y el gobernador Interino formulaba el nombre que se le daba: San Carlos y San Severino de Matanzas.
Con este título, sin proponérselo las autoridades de la monarquía hispana, recordaban a la primera rebeldía aborigen en Cuba que conllevó a la muerte por ahogamiento en el mar, de los invasores colonialistas arribantes a la entonces bahía de Guanima.
El proceso de creación del enclave colonial, aún en la actualidad deja espacios a la imaginación y en la oscuridad muchas preguntas sin respuestas.
Para algunos historiadores el Castillo de Matanzas ulteriormente nombrado de San Severino, comenzó a construirse antes de 1693. ¿Cómo explicar la bendición por el obispo de Cuba de la primera piedra de la fortaleza, el 13 de octubre de 1693?
El detalle del Castillo y otros de igual sentido hacen pensar en Matanzas como ciudad militar basándose en la construcción del inmueble castrense al unísono con la ciudad, la pertenencia a la idea estratégica de formar parte del cinturón defensivo habanero y asegurar la retaguardia de la capital de la colonia.
Al análisis del proceso de fundar la ciudad es necesario tener en cuenta que es la primera ciudad cubana erigida bajo la voluntad estatal explícita del Rey y respondiendo en su esencia a los principios político-militares de los siglos renacentistas y a la imperiosa necesidad de resguardar La Habana de un ataque en su retaguardia terrestre.
En la fundación matancera afloran asuntos, algunos con claridad meridiana y otros que deben leerse entre líneas e invitan a descubrir o al menos meditar sobre ellos.
Cuando el rey le ordenó en 1690 a las autoridades de Cuba proceder a la fundación para no dejar dudas del sitio les envió el plano elaborado en 1680 por el entonces Gobernador de la Isla Maestre de Campo José Fernández de Córdova. En él nítidamente se señaló a la porción de tierra entreríos. Sin embargo el 6 de mayo de 1693 los funcionarios de la corona en Cuba suscribieron la escritura mediante la cual la Real Hacienda adquirió por ocho mil ducados pagados al convento de Santa Clara los terrenos para levantar la ciudad. Lo sorpresivo se halla en la compra de los terrenos del hato Caneymar, muy alejados del lugar indicado por el Rey. ¿Error, negocio turbio o ignorancia supina de la geografía yumurina? Hasta ahora nadie lo ha dejado en claro, a lo cual se agrega una pregunta ¿A quien pertenecían las tierras donde se fundó Matanzas y repartidas equitativamente entre los pobladores canarios por el escribano agrimensor Juan Uribe de Oceta?
POBLAMIENTO DE LA CIUDAD
Sobre el poblamiento de la ciudad se han dado curiosas circunstancias. El Rey ordenó enviar a sus expensas setenta familias provenientes de las Islas Canarias y arribaron a Cuba entre 1683 y 1693, en catorce viajes. La orden real expresaba traer a los canarios directamente al sitio fundacional, pero esto no se realizó. Se quedaron en La Habana. Al llegar la hora un buen número se negó a viajar a Matanzas. El 15 de mayo de 1693 partió de La Habana el Capitán Lope de Hoces con 60 soldados conduciendo por el camino que unía a Matanzas con La Habana, a las treinta familias que respondieron al llamado del Gobernador Manzaneda. De esta forma la ciudad de Matanzas es la primera urbe cubana fundada por los provenientes en su totalidad de las Islas Canarias. Este es un hecho incontrovertible, pero cabe preguntarse: ¿Dónde y cómo vivieron soldados y civiles entre mayo y octubre de 1693? Es un secreto que la historia oculta. Hay que considerar las vicisitudes de esos días difíciles y concebir a estos primeros meses como tiempos heroicos de los primeros matanceros.
“ A REGLA Y CORDEL…”
El 10 de octubre de 1693 era sábado y ese día desembarcó el Gobernador Interino de Cuba Maestre de Campo Severino de Manzaneda y Salinas. Venía con el propósito de cumplir la orden de Carlos II y dejar constituida la ciudad, comenzando de inmediato bajo la orden de Juan Uribe a despejar los terrenos “a regla y cordel” y trazaron tres calles de Este a Oeste nombrándolas Ciénaga, Río y del Medio (hoy Milanés, Tello Lamar e Independencia).
Al día siguiente el domingo llegó el obispo, Diego Avelino de Compostela. Su objetivo era pronunciar la misa, requisito obligatorio en este tipo de ceremonia. A su llegada se encontró el problema de no estar preparado el palio sacramental y mucho menos desbrozado el terreno. ¿Cómo pudo olvidar el Gobernador y sus acólitos este importante detalle, siendo domingo, día de misa regular?
El acto litúrgico se trasladó para el día siguiente (lunes 12) y en el mismo el Obispo proclamó a la ciudad con los nombres de San Carlos (por el Rey) San Severino (por el Gobernador) y San Diego (por sí mismo) de Matanzas. A continuación y de acuerdo a las prerrogativas del Gobernador otorgadas por las Leyes de Indias, éste proclamó oficialmente fundar a San Carlos y San Severino de Matanzas, eliminando el nombre del clérigo mayor de Cuba.
Ningún historiador de épocas anteriores se ha percatado de estos detalles pero cuando se mira en los asuntos fundacionales cabe preguntarse ¿por qué no vinieron juntos el Gobernador y el Obispo? ¿Por qué se atrevió la autoridad secular a ofender al obispo con el desbroce del terreno y más aún, cómo desafió al clérigo en el asunto de los nombres? Son cosas para meditar y especular.
Al día siguiente toda la comitiva se trasladó a Punta Gorda, en el interior de la bahía y el obispo volvió a oficiar misa, esta vez consagrando la primera piedra del Castillo de Matanzas, el cual terminado defendería la bahía y la ciudad de ataques enemigos y sería una importante base para el resguardo de La Habana de ataques por la retaguardia.
Con esta acción quedaron sellados los actos litúrgicos fundaciones y Uribe de Oceta pasó a entregar los solares y la caballería de tierra, a expensas del Rey, a los pobladores de San Carlos y San Severino de Matanzas.
Lo meses venideros traerían otras situaciones estelares para la ciudad. El 9 de noviembre de 1693 Severino de Manzaneda le señaló la jurisdicción a Matanzas la cual comprendía una amplia zona a su alrededor desde Aguacate en la actual provincia de La Habana, hasta Limonar y parte de Unión de Reyes.
Un importante momento fue el arribo a la ciudad de un refuerzo de ocho familias canarias en noviembre de 1694, a las cuales se les entregó solares en la ciudad y tierras para sembrados en los alrededores.
Se puede decir que el proceso fundador concluyó cuando el 8 de diciembre de 1694 el Gobernador Interino creó el cabildo de la ciudad y fue nombrado Diego Méndez como alcalde, el primero que ha tenido Matanzas.
En 2011 se cumplen 318 años de éste histórico acontecimiento y la ciudad, orgullosa de su vida y de su trayectoria, de los hijos engendrados en su seno o de los criados al calor de su amoroso pecho, y del legado que ha entregado a Cuba y al mundo, se abre a los años venideros con fuerzas renovadas y sobre todo con la cimentada esperanza de un futuro siempre mejor y el esfuerzo creciente de todos sus habitantes.
3 comentarios
la roxiii -
Roberto -
Carlos -
Yo estuve por las islas Canarias y me asombre de ver tantas conecciones linguisticas con Cuba como por ejemplo: terminal de guaguas" una tienda que se llamaba "Arrorro mi nino" Tambien supe que la cadena de tiendas mas importantes de todas las islas se llama "El Corte Ingles" y la introdujo un comerciante cubano.
La verdad es que me senti como en mi propia casa alla y no sabia que los primeros pobladores de Matanzas habian sido ellos.
Gracias por el articulo.