Supermán a los 80, sigue por las nubes
Roberto Pérez Betancourt
Según la mitología de los superhombres creados por la imaginación de dibujantes de historietas, Supermán, “ El Hombre de Acero”, había llegado a la Tierra cuando era bebé, enviado por sus padres desde el planeta Kriptón, que estaba a punto de estallar, y fue adoptado por una pareja de ancianos, asombrados al percatarse que el niño era un superdotado.
Los escritores Jerry Siegel y el artista Joe Shuster unieron su vocación creativa para armar a este personaje en el lejano año de 1933. No imaginaban entonces que al vender los derechos de autor a Detective Comics Inc., en 1938, por 130 dólares, estaban entregando una mina de oro.
La primera aventura del personaje apareció en junio de 1938, hace justamente 80 años. A partir de entonces la fama del hombre más fuerte del mundo ganó espacios en la radio y la televisión, que abría su magia a los consumidores estadounidenses, y desde allí invadía países de diferentes lenguas, llevando su carga de entretenimiento sazonado con penetración ideológica, en tanto los tanques pensantes del capitalismo se las ingeniaban para establecer un símil entre el todopoderoso Supermán y el creciente Imperio estadounidense en el ámbito de la economía de mercado capitalista.
En el cine también incursionó Supermán desde temprano, aunque volaba en forma de un muñequito decepcionante, muy diferente a como aparece hoy a través de sistemas computadorizados y de realidad virtual.
Supermán creció en la historia ficticia, adoptó el nombre de Clark Kent y la profesión de periodista del diario El Planeta, y con el tiempo apareció en videojuegos y, por supuesto, afrontó la competencia de un enjambre de superhéroes de todos los tamaños, sexos, colores y variedad casi infinita de superpoderes…
Hoy, a la edad de 80 años, con la magia de lo posible, Supermán no es un anciano, sino un muñequito renovado en su atuendo de capa roja y uniforme rojo y azul con una gran Sobre el pecho. Con el auge de la telefonía móvil, en las historietas a Supermán se le acabaron las cabinas telefónicas donde solía Clark cambiar de traje para asumir la vestimenta del héroe.
En la historia del cómic hay variadas anécdotas relacionadas con este personaje. Algunas tristes, como las que involucran a niños que en su afán de imitar al Súper llegaban a lanzarse con una capa roja desde elevados edificios, y luego aparecían en las páginas de la crónica roja, sin que su Héroe llegara a tiempo para salvarlos de la enajenación.
Los libros de muñequitos de Supermán también inundaron el mercado cubano en la década del cincuenta del pasado siglo. Diez centavos y a todo color, una historieta para soñar.
A propósito, acabo de enterarme que aquel primer ejemplar de Action Comics de 1938 ha sido adquirido por un furibundo entusiasta del Súper, coleccionista adinerado, cuyo nombre optó por mantener en el anonimato. Pagó la friolera de 200 mil dólares por el cuaderno, envejecido pero bien conservado, una copia del cual incluso tuve una vez en mis manos hace más de 60 años…
Para el experto Stephen Fishler, se trata de una joya de colección. La fuente informativa afirma que el vendedor actual adquirió su librito de muñequitos cuando él contaba nueve años de edad, en 1950, y lo conservó como lo que hoy le ha resultado: un tesoro. Cosas recordar, reír… y llorar.
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