Temer, teme
Roberto Pérez Betancourt
Aunque no varía su habitual pose arrogante delante de auditorios y cámaras de la prensa, el señor Michel Temer, usufructuario por cuenta propia de la presidencia de Brasil, teme ahora más que nunca ante una seria acusación de corrupción, bien documentada en 64 páginas por el fiscal Rodrigo Janot, lo que a juicio de expertos podría presionar al mandatario No electo a renunciar, aunque él insiste en que no lo hará.
En realidad, el amplio rosario de corrupción y conspiración parlamentaria, desatado desde hace meses para implementar un golpe de Estado parlamentario contra la presidenta electa Dilma Rousseff, condujo a una cadena de fichas de dominó que al derribarse puso al descubierto trampas, sobornos y prácticas mafiosas con el propósito de entregar las riendas del poder ejecutivo a la extrema derecha brasileña en coalición con peones asalariados, lo que ha significado un verdadero banquete para la prensa sensacionalista y también para la que en apropiado seguimiento de la noticia desenmascara a los fariseos.
De acuerdo con el documento de acusación, trascendido a la prensa internacional que Michel Temer “… se llenó los bolsillos con dinero ilegal y mostró escasa consideración por el cargo que ocupa”.
Un cable de la Prensa Asociada, fechado en Río de Janeiro, insiste en que el escrito formal de acusación del fiscal Rodrigo Janot podría presionar a Temer para que considere renunciar, lo que en buena medida dependerá de la reacción de los legisladores y los mercados en los próximos días y semanas.
Janot dijo que en algún momento entre marzo y abril de este año, Temer recibió un soborno de unos 150 mil dólares ofrecido por Joesly Batista, expresidente de la gran empaquetadora de carne JBS.
La investigación del fiscal investigaba sospechas de corrupción, obstrucción a la justicia y participación en organización delictiva.
Precisan los corresponsales Peter Prengaman y Mauricio Savarece que en el proceso se conoció una grabación, la cual parecía mostrar una conversación nocturna de Temer y Batista este año en el que el presidente de facto apoyaba pagar por el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, un ex aliado que cumple una sentencia de 15 años por corrupción. Batista llegó a un acuerdo con la fiscalía federal para declararse culpable.
Recuerdan analistas que cuando Janot abrió su pesquisa el mes pasado, los mercados se hundieron y la moneda real de Brasil sufrió una brusca caída frente al dólar.
De acuerdo con procedimientos habituales, el caso irá a la Cámara de los Diputados en el Congreso, que debe decidir si tiene mérito. Si dos tercios de la cámara baja opinan que sí, el presidente de facto sería suspendido durante un máximo de 180 días mientras se celebra un juicio. El presidente de la Cámara, Rodrigo Maia, un aliado de Temer, sería el presidente interino.
“Habrá un tira y afloja entre la rama ejecutiva y la sociedad por el apoyo en el Congreso”, dijo Fabiano Angelico, consultor con sede en Sao Paulo, añadiendo que en definitiva, los parlamentarios “quieren ser reelegidos”.
El caso irá ahora a la Cámara de los Diputados en el Congreso, que debe decidir si tiene mérito. Si dos tercios de la cámara baja opinan que sí, el presidente sería suspendido durante un máximo de 180 días mientras se celebra un juicio. El presidente de la Cámara, Rodrigo Maia, un aliado de Temer, sería el presidente interino.
La acusación del fiscal incluye una dura descripción de Temer y sus acciones como jefe del estado y la afirmación de que los sobornos al mandatario podrían haber sumado unos 12 millones de dólares en nueve meses, y que Temer había mostrado un falta total de consideración por su cargo.
“Las circunstancias de su reunión (con Batista), de noche y sin ningún registro en la agenda oficial del presidente de la república, revelan la intención de no dejar rastro de las acciones delictivas ya tomadas”, escribió el fiscal.
Janot afirmó que la “trama engañosa” llevaba varios años en marcha y que Temer tenía “intermediarios para recibir sobornos”.
El fiscal añadió que Temer debería pagar tres millones de dólares como indemnización.
Sin dudas Temer, teme, y mucho, ante el tsunami que le viene encima, incluida la impopularidad acelerada que se ha ganado, de acuerdo con sondeos de opinión pública, aunque él siguen mostrando el perfil arrogante y desafía a quienes le exigen que renuncie, incluidos políticos influyentes que no desean enlodar sus nombres, mucho menos cuando los próximos comicios se acercan a pasos agigantados y el ex mandatario Luis Inacio Lula da Silva muestra alta preferencia por parte del electorado para regresar a la primera función pública de su país: la Presidencia.(Con informaciones de agencias)
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