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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Educación y valores: dotarse y practicar la humanidad

Roberto Pérez Betancourt

 “Patria es humanidad”, afirmó categóricamente nuestro José Martí, Apóstol de la Independencia de Cuba.

En Martí, Ser patriota es ser humano.

Para merecer la condición humana no bastan los genes que biológicamente diferencian a la especie. Es menester dotarse y practicar valores éticos y morales que caracterizan la cultura, la instrucción, el respeto al semejante de cualquier edad, sexo y orientación sexual; el respeto al entorno, a la sociedad; el respeto a la vida; la consideración hacia los mayores, familiares, amigos, conocidos o simples personas que vemos pasar.

 Esa es la condición humana que nuestro José Martí sintetizó diciendo: Patria es humanidad.

 Pero los valores no surgen de la nada, de ahí la importancia de la educación en la escuela y en el hogar, en la organización en la que se milita o en el club al que se afilia el aspirante a ser humano, desde niño y hasta anciano, en todas las etapas de la vida, porque la necesidad de sembrar y cultivar en el hombre la humanidad, para que esta nazca, eche raíces y se multiplique, no es tarea de un día, sino misión permanente de maestros y padres, de seres humanos, imprescindible para la convivencia social, para que nadie arranque una tabla de un banco del parque u ofenda a un semejante, para que se cuide el bien público y se sienta orgullo del entorno limpio y saludable, cuidado entre todos, de eso se trata la educación en valores.

 "El niño -escribe Martí en la Edad de Oro - ha de trabajar, de andar, de estudiar, de ser fuerte, de ser hermoso: el niño puede hacerse hermoso aunque sea feo; un niño bueno, inteligente y aseado es siempre hermoso. Pero nunca es un niño más bello que cuando trae en sus manecillas de hombre fuerte una flor para su amiga o cuando lleva del brazo a su hermana para que nadie se la ofenda..."

Coincido con usted, la formación de valores es un proceso difícil, porque el individuo por naturaleza es complejo.

 Pero no podemos obviar la responsabilidad que cada uno tenemos en tratar de que el ser humano en formación, desde niño aprenda a desplegar las energías creadoras que lleva en sí y las desarrolle en función de la sociedad, de la que forma parte y en la que vivirán sus hijos y nietos, en Matanzas, en todo el país y en nuestra aldea planetaria.

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