Economía, inversiones y política
Roberto Pérez Betancourt
La política de impulso a las inversiones extranjeras en Cuba, a partir de la Ley 118 que entró recientemente en vigor, preserva las esencias del socialismo como sistema y no establece contradicciones entre este y la iniciativa privada, sino que actualiza los métodos y las estrategia de crecimiento en un ámbito de legalidad y concertación democrática, sobre la base de los Lineamientos económicos y sociales establecidos por el Partido Comunista de Cuba.
Aunque algunas mentes retrógradas y otras proclives a la difamación con intereses oscuros digan lo contrario, lo cierto es que las puertas abiertas a las iniciativas privadas, incluido el capital extranjero, podrían abarcar hasta el 40 por ciento de la economía nacional, según expertos, mientras el Estado y el sector público conservarían el 60 por ciento.
Es una estrategia cubana lógica y compatible con las economías de sus principales socios latinoamericanos: Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil y Argentina, y muchas otras naciones del orbe, donde los sectores públicos y privados coexisten.
En este contexto, el lado estadounidense muestra aun la cara dura del bloqueo económico, comercial y financiero (embargo) que sigue atenazando la economía cubana, luego de más de medio siglo de fallido intento por asfixiarla.
Al respecto, expertos como el politólogo Ignacio Ramonet observan signos de cambio y aluden a declaraciones de Hilary Clinton, ex Secretaria de Estado y aspirante a la presidencia estadounidense en 2016, quien ha confesado públicamente que el bloqueo no ha logrado su propósito contra Cuba, es partidaria de levantarlo y así lo recomendó desde el año 2012 al presidente Obama.
Esto no es casual.
En Estados Unidos las encuestas hoy muestran mayoritarias simpatías por el cambio de la hostilidad hacia Cuba, y personalidades de la política y el mundo económico y comercial se interesan cada vez más por las oportunidades que se están perdiendo en la Isla, y abogan ante ejecutivos y parlamentarios por acciones más realistas respecto de Cuba, a contrapelo de los cavernícolas que durante decenios han impuesto su agenda.
Como dice Ramonet, algo se está moviendo dentro de Estados unidos en relación con el futuro de sus relaciones con Cuba.
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