LA DEFENSA EN PRIMER PLANO
Por Roberto Pérez Betancourt
Las reflexiones y manifiesto del Comandante en Jefe Fidel Castro, dirigidas al pueblo de Cuba el lunes 18 de junio tienen la virtud de la síntesis expresiva de una necesidad vital: la defensa del país sigue ocupando el primer plano en todos los ámbitos, habida cuenta la política agresiva y errática del gobierno norteamericano que ha dado sobradas pruebas de irresponsabilidad en su aventurerismo bélico.
La realidad de política se torna más peligrosa en la medida en que se aproxima al término del mandato presidencial de W. Bush --sin renovación posible--, para lo cual faltan 17 meses.
Conscientes de la coyuntura actual, los cubanos expresan una respuesta activa en las tareas de preparación para la defensa en todas las fuerzas armadas, el servicio militar activo y entre los reservistas, e interiorizan las arbitrariedades de un sistema imperial que durante casi 50 años ha sostenido un bloqueo genocida contra la nación cubana.
Del presidente W. Bush puede esperarse cualquier aberrada decisión, como se desprende del análisis de su conducta en relación con la guerra en Iraq y de los propios acontecimientos que en Estados Unidos revelan la acelerada descomposición de valores éticos y morales.
Más del 40 por ciento de los norteamericanos no pueden acceder a servicios de salud, mientras su gobierno invierte la astronómica suma de 528 mil millones de dólares anuales en armas y artefactos de guerra, casi el 50 por ciento del gasto por ese concepto a escala planetaria.
¿Qué esperar de un gobierno que pide disculpas festinadas luego de masacrar a un grupo de niños en Afganistán, o de ametrallar fríamente a cientos de miles de civiles iraquíes?
¿Cómo observar impasibles a una Administración que cada día dispara millares de paginas diversionistas y conspira para desestabilizar a Venezuela y Bolivia, porque sus pueblos han decidido labrar sus propios destinos?
Imposible obviar las acciones de un gobierno imperial capaz de acosar a Irán, simplemente porque esa nación decidió defender sus recursos naturales e impedir que la saqueen como EE.UU. y sus compinches hacen en Afganistán e Iraq
¿Cómo es posible que la Fiscalía federal norteamericana certifique ilegales solo 17 de las mil 571 armas de guerra ocupadas al terrorista de origen cubano Robert Ferro, ufanado este ante las autoridades de que ese arsenal estaba dirigido contra Castro?
¿Qué intenciones ocultas alberga un gobierno que aplaude con su tolerancia al criminal Diego Suárez cuando este impunemente clama en la televisión de Miami para asesinar al Presidente Cubano?
Por todo esto y muchísimo más, las tareas de los cubanos todos para la defensa continúan en primer plano, conscientes de que el fundamentalismo de derecha que ejerce el poder imperial en Estados Unidos no tendrá jamás a Cuba, como subrayara Fidel.
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