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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

HONOR Y GLORIA PARA VILMA ESPÍN, LA HEROÍNA

HONOR  Y  GLORIA  PARA  VILMA  ESPÍN,  LA  HEROÍNA

Por Roberto Pérez Betancourt

  Vilma Espín,  Déborah para la clandestinidad insurrecta frente a la dictadura de Batista, la mujer aguerrida que desafío las iras del tirano y anduvo de la mano de la muerte en su Santiago de Cuba para sembrar la vida del porvenir, la muchacha delgada que escaló la Sierra Maestra y vistió el verde olivo redentor junto a Fidel y a Raúl, y a miles más de hombres y mujeres con mayúscula, nuestra querida Vilma, se nos fue del entorno físico a los 77 años de edad para ir a morar en el recuerdo agradecido de los hombres buenos, los que como los niños saben querer.

 

  Ella, como la inolvidable Celia Sánchez, alcanzó un sitial especial en el corazón de los cubanos, especialmente de las muchachas, a quienes dedicó gran parte de su vida y de su inteligencia para ayudarlas a crecer en  dimensión humana.  

   Innegablemente, con la muerte de Vilma pierde la Revolución a una dirigenta de primer plano, y el hecho en sí mismo golpea la psique para subrayar la verdad intemporal que significa tener conciencia de lo finito irremediable. 

   Es la misma  realidad que la persona reta cuando  afronta riesgos a destiempo, en aras de un ideal supremo. Es esa actitud la que marca la diferencia entre los que solo piensan en si mismos y aquellos que todo lo arriesgan por la felicidad de sus semejantes. A estos últimos pertenece Vilma.

  Ella, la heroína, entregó su inteligencia y su tiempo de vida, el tesoro más preciado de una persona, a la larga batalla, esta que nos ocupa  para enfrentar a los demonios imperiales y no ceder ante las presiones más increíbles.

  Junto a Fidel y a su pueblo el ejemplo trascendente de Vilma Espín continuará sirviendo de impulso aleccionador a legiones de cubanos de las actuales y futuras generaciones, y su nombre, como el de otros magnos hacedores de bien, trascenderá el espacio  para convertirse en leyenda de heroísmo cotidiano. Honor y gloria a Vilma, la heroína.

     

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