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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Noviembre 30: Juventud revolucionaria, ayer, hoy y siempre

Noviembre 30: Juventud revolucionaria, ayer, hoy y siempre

Roberto Pérez Betancourt 

  Las páginas de glorioso patriotismo escritas por la Juventud cubana a lo largo de nuestra historia patria, nos enseñan que ayer, como hoy, los jóvenes siempre han ocupado un lugar de vanguardia en las luchas revolucionarias de los cubanos, primero para conquistar la independencia del colonialismo español, después para sacudirnos de la dictadura pro imperialista, y hoy por preservar las conquistas alcanzadas y contribuir al desarrollo progresivo del país.

  En ese empeño andan los jóvenes del relevo generacional, acompañados por figuras históricas que en tiempo real nutren la sabia nueva con su presencia y ejemplo, al igual que los héroes que en el camino dejaron la existencia, luchando codo a codo por los mismos intereses políticos e ideológicos de plena justicia social para el pueblo.

  Y en ese andar de músculo tenso y verso encendido , después de haberse ganado el pan, la memoria fiel en fechas inolvidables, como este 30 de noviembre en el que regresa el recuerdo de aquel día del años 1956, cuando en Santiago de Cuba –Oriente del país- vibró  la clarinada del levantamiento estudiantil liderado por  Frank País, Léster Rodríguez, Pepito Tey y otros luchadores  del Movimiento 26 de Julio, en enfrentamiento abierto a la dictadura pro imperialista de Fulgencio Batista, en los momentos en que el yate  Granma se acercaba a las costas de Niquero con sus 82       expedicionarios y la promesa de encender la llama de la rebeldía nacional.

  A las siete de la mañana se iniciaron los combates frente a las fuerzas represivas de la tiranía. Un grupo de 28 combatientes revolucionarios atacó la parte frontal de la jefatura de la Policía nacional, mientras otros ocho irrumpían por el fondo y llegaban a la azotea del inmueble.

  Los esbirros superaban en proporción de cuatro a uno a los revolucionarios. El primer rebelde en caer fue Tony Alomá.  Pepito Tey, aunque herido en una pierna, no cedía terreno y avanzaba temerariamente, hasta ser abatido, al igual que Otto Parellada.

   Ante la imposibilidad de tomar el edificio, los revolucionarios lo incendiaron y ordenaron la retirada. A poca distancia de allí otros rebeldes lograban prisioneros y     capturaban armas en la policía marítima.

   Refuerzos batistianos llegados desde el Cuartel Moncada frenaron la ofensiva. La noche anterior habían sido apresados Léster Rodríguez y Josué País, lo que frustró el plan inicial de disparar un mortero contra el cuartel.

    Dispersados, los combatientes se posicionaron como francotiradores en diferentes puntos de Santiago de Cuba.

    El pueblo vibraba de emoción y abría puertas para refugiar a los rebeldes que habían dado la clarinada de combate armado.

    El yate Granma se acercaba más a las costas cubanas a las que arribaría dos días después.

   Largas jornadas de combate en el llano y en la Sierra estaban por llegar, pero aquel 30 de noviembre Santiago de Cuba recordó que la juventud del centenario de Martí estaba presta a librar por Cuba la fase final de la prolongada guerra en pos de la verdadera y definitiva independencia y soberanía de la patria.

  Cada año, ante la tarja que perpetúa la memoria de Pepito Tey, Tony Alomá y Otto     Parellada, en la Loma del Intendente, son colocadas ofrendas  florales en recuerdo a estos valientes cubanos,  se escuchan  salvas de fusilería, y los escolares reeditan aquellos  momentos históricos, mientras en otros muchos sitios de la  geografía cubana se reiteran los actos de recordación a los  muchachos de la clarinada, porque la memoria histórica debe  permanecer encendida, como la llama eterna en el monumento a  José Martí y las flores perenes en la roca de Fidel Castro.  (TVY) (29/11/19). Pepito Tey-Tony Alomá-Otto Parellada

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