ERRORES RAROS DILATAN CASO POSADA CARRILES Y REITERAN DOBLE MORAL "ANTITERRORISTA" DE GOBIERNO NORTEAMERICANO
Por Roberto Pérez Betancourt El terrorista Luis Posada Carriles permanecerá aún en prisión, aunque una jueza le concedió libertad condicional bajo fianza el viernes seis de abril, tras anunciar que el día anterior se había cometido un inusual error al anticipar un veredicto contrario. Expertos han hecho notar lo sospechoso del caso, ya que el miércoles último trascendió a medios de prensa internacionales una orden de la jueza federal Kathleen Cardone, que negaba la fianza, lo que ahora se atribuye a 'una equivocación del sistema de cortes federales', pero está latente la práctica de sobornos por parte de los cominches de Posada, quienes ya la han utilizado en ocasiones anteriores para que el criminal escape de la justicia.
El jueves, en El Paso, Texas, Cardone precisó que aún estaba considerando el caso, aunque horas antes, basándose en el historial del criminal, había reconocido la posibilidad de que Posada Carriles se fugara -debido a que lo había hecho antes en Venezuela en 1985-.
En ese contexto hay que recordar que el 11de mayo el delincuente afrontará un proceso que le podría reportar hasta 40 años de cárcel. Arturo Hernández, principal abogado defensor de Posada, manifestó su entusiasmo con la sorpresiva decisión de Cardone, que impuso fianza de 350 mil dólares y restricciones de movimiento al reo en la residencia de su esposa. El Gobierno interpuso una moción que solicita a la jueza un plazo de siete días para valorar la posibilidad de apelar ante el Tribunal del Quinto Circuito. Analistas indican que la Cardone podría denegar el pedido del fiscal, pero recuerdan que las autoridades gubernamentales tienen además la alternativa de imponerle a Posada una orden de detención migratoria para bloquear su libertad condicional. Durante las sesiones anteriores, la Fiscalía había reconocido la peligrosidad del criminal y la posibilidad de que se fugara, habida cuenta de sus antecedentes de viajar con pasaportes falsos y desaparecer en otros países, lo que aparentemente era suficiente para convencer a la jueza. El inesperado giro en el dictamen definitivo de la magistrada Cardone reconoce que Posada ha estado involucrado 'en infames eventos internacionales', que cita como actos terroristas, pero descarta tomarlos en cuenta.Esa actitud motiva sospechas fundadas entre observadores, que rememoran la explícita voluntad de políticos y funcionarios gubernamentales de alto rango de proteger a Posada Carriles.
LA CARTA DEL CHANTAJE Abrumadoras evidencias en el historial terrorista de Luis Posada Carriles apuntan las altas posibilidades de que se fugue de territorio estadounidense si finalmente logra salir en libertad condicional bajo fianza, de lo contrario le resta jugar la carta del chantaje ante el gobierno norteamericano, según insinuaciones de su abogado Arturo Hernández. Aunque la jueza Cardone había sido categórica al preguntarle a la defensa: "¿Cómo puede convencerme de que una vivienda particular será más segura que una cárcel en Venezuela?" (de donde se fugó 1985), pero horas después varió radicalmente su apreciación por motivos que han levantado suspicacia. . Realmente un árbitro que se respete a sí mismo, no tendría otra opción, que negar al terrorista la posibiloidad de escapar de la justicia, habida cuenta de las pruebas abrumadoras que pesan sobre un individuo legítimamente reclamado por Venezuela, pero el gobierno de George W. Bush se niega a extraditarlo, acudiendo a las más increíbles argucias, por temor a que su viejo agente represor cuente lo mucho que le sabe sobre las acciones genocidas de la Agencia Central de Inteligencia de ese país, para la cual trabajo comoasalariado durante un período prolongado en Venezuela y otros países latinoamericanos. Y es precisamente esa latente amenaza de Posada la principal influencia para que la administración de George W. Bush se hunda cada día más en el ridículo público de su doble moral "antiterrorista", cuando protege a un individuo cuyos delitos admite la propia Fiscalía. Para el fiscal Paul Ahern debe resultar muy difícil conciliar la ética profesional con la convicción personal de la culpabilidad de Posada, y verse obligado a acudir a eufemismos y otras tácticas semánticas para disfrazar lo que debiera ser motivo del principal enjuiciamiento del reo: su condición de terrorista confeso y probado. No se trata, por supuesto, de especulación periodística, sino de la esencia misma de las declaraciones del Fiscal cuando admite que la carencia de jurisdicción estadounidense para juzgar a Posada por el atentado del avión cubano no quiere decir que sea inocente. Y si implícitamente reconoce su culpabilidad en el hecho citado, ¿por qué no lo deportan para que Venezuela lo juzgue? En la propia vista, cuando el Fiscal argumentó lo inapropiado de fijar fianza, se basó en los antecedentes de fuga de Posada Carriles, aludió a su amplio historial de viajar con pasaportes falsos y usar numerosos escondites en territorio extranjero. Entonces, como anticipo de lo que esconde bajo la manga, el abogado defensor del terrorista levemente recordó que esos pasaportes fueron «facilitados por el gobierno de Estados Unidos, que al menos sabía de su existencia cuando era informante de la CIA». El detalle insinuador no ha pasado inadvertido. Expertos aseguran que el gobierno retendrá en prisión al viejo terrorista de 79 años de edad, hasta que este deje de existir y, si llega a noviembre de 2008, W. Bush le otorgaría por perdón al término de su mandato, en imitación de la dádiva concedida por Bush padre a Orlando Bosch, otro artífice del sabotaje al avión cubano en 1976 donde murieron 73 personas inocentes, y que hoy alardea de su libertad en Miami junto a muchos otros de su misma fauna.
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