Prosigue guerrerismo de Estados Unidos junto a calamidades internas
Por Roberto Pérez Betancourt El Gobierno de EE.UU. prosigue sus agresiones bélicas, mientras soldados y millones de otros norteamericanos sufren desatención médica, y políticos disputan quién aspirará a ser el relevo presidencial en 2008. El tema de las torturas contra iraquíes cobra nueva actualidad. La prensa internacional cita casos de militares norteamericanos que han cometido delitos de esa índole, los cuales condujeron al asesinato de sus víctimas y a la desaparición de otras, mientras que el tratamiento judicial tiende a proteger a los culpables. Agencias de prensa informaron que un suicida detonó un coche-bomba y mató al menos 30 personas e hirió a 50 en un mercado concurrido de Bagdad, capital de Iraq, y cuerpos de 25 asesinados fueron descubiertos en varias sitios de esa localidad. Cada día son más los delincuentes y enfermos mentales que son enrolados en el ejército norteamericano para ir a la guerra contra aquel país árabe, situación debida a que ese cuerpo armado afronta serias dificultades para captar nuevos soldados entre la población estadounidense. En Afganistán, medios digitales reportan que se ha multiplicado la violencia y en lo que va de este año 400 personas han muerto por esa causa. El 90 por ciento de la producción mundial de opio a partir del cultivo de amapola se origina en Afganistán, suministrador principal de la droga a Estados Unidos y Europa, donde ese sector crece aceleradamente tras la ocupación del país, de acuerdo con un reporte de la Organización de Naciones Unidas (ONU). EE.UU. intenta aplicar nuevas sanciones contra Irán, y en ese sentido presiona al Consejo de Seguridad de la ONU, mientras el Pentágono alista portaaviones y numerosos grupos de batalla para lanzarlos contra ese país persa. Un reporte de la televisión China refleja el rechazo de Rusia al plan estadounidense de situar instalaciones coheteriles antimisiles en Polonia y República Checa, además de las que ya posee en otras naciones limítrofes, lo que ha provocado temores en naciones del Este europeo sobre la posibilidad de una nueva carrera armamentista. El complejo militar industrial norteamericano necesita pretextos para seguir produciendo y evitar que la economía de ese país se resienta, pero Rusia dispone de los medios defensivos necesarios para contrarrestar las potenciales agresiones. Mientras John Negroponte, subsecretario de Estado norteamericano, viaja a China 'preocupado' por el presupuesto militar de ese país, Washington destina recursos para la guerra y la defensa, que quintuplican los de Rusia, segundo país en ese rubro a escala mundial. En ese contexto, legisladores estadounidenses exigen respuesta rápida y una comisión independiente que investigue condiciones caóticas en el principal hospital militar del país, Walter Redd, a donde llegan los soldados heridos en Afganistán e Iraq, lo que ha motivado nuevas críticas al Gobierno de W. Bush. Informes publicados por el diario Washington Post revelaron deficiencias y trabas burocráticas en la atención a los militares, calificadas por el senador demócrata Carl Levin como 'vergonzosa negligencia, resultado de la falta de un sentido de responsabilidad en este Gobierno', lo que ha dado lugar a despidos de oficiales de alto rango y ampliación de inspecciones a otros hospitales. Analistas hacen notar que casi 16 millones de norteamericanos están sumidos en extrema pobreza, de acuerdo con cifras del censo de 2005 -el último disponible-, y millones más se acercan al límite de subsistencia por sus escasos o nulos ingresos económicos, mientras carecen de seguro médico y están sujetos a pagar elevados impuestos. De acuerdo con cálculos oficiales, alrededor de 40 millones de residentes en Estados Unidos no pueden sufragar las alta primas de los seguros médicos, el costo de los medicamentos y las crecientes tarifas hospitalarias, por lo que dependen de servicios de urgencia, incapaces de atender sus mínimas necesidades. Un reporte televisivo reseñó que cuando el Presidente George W. Bush visitó la semana última zonas de Louisiana y Alabama, afectadas aún por las consecuencias del huracán Katrina -que hace 14 meses afectó esas zonas-, recibió renovadas críticas por la falta de atención oficial. Mientras, en Estados Unidos, los aspirantes demócratas a la presidencia, Hillary Clinton, Barack Obama y John Edwards (candidato vicepresidencial de 2004) se disputan el voto de los negros, mientras el Bill Richardson, de origen hispano y actual gobernador de Nuevo México, afirma poseer su propia estrategia para vencer. También en las filas republicanas hay serios contrincantes, entre los que destacan Rudolf Juliani, ex gobernador de Nueva York.
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