POSADA, BUSH, LA JUEZA Y EL HEDOR INSOPORTABLE DE UN CADÁVER AMBULANTE
POSADA, BUSH, LA JUEZA Y EL HEDOR INSOPORTABLE DE UN CADÁVER AMBULANTE
Por Roberto Pérez Betancourt
El terrorista internacional Luis Posada Carriles, tocado por la varita mágica de los rejuegos leguleyos, típicos de la justicia norteamericana, ha quedado en libertad mediante la decisión de una jueza obviamente cansada de que el gobierno de su país siga manipulando el caso, y se niega ella a sostener la “papa caliente”, o mejor, la granada de estiércol sin espoleta que en cualquier momento revienta en la cara del propio presidente George W. Bush.
¡Escándalo! El autor de numerosos crímenes, que solamente había sido acusado por mentir a inmigración, está en las calles de Miami festejando la decisión de la jueza Cardone de desestimar los “carguitos pendientes”, que lo habrían llevado a un juicio intrascendente el 11 de mayo, pero que no tendrá lugar, porque la magistrada mandó un mensaje implícito a la Administración de Bush: O lo acusan de lo que es, un terrorista, o se embarran ustedes mismos en su propia melaza hedionda y asumen la responsabilidad de que ande suelto y sin vacunar.
Y es que la decisión de la jueza Cardone ha subrayado lo que hace mucho rato está a la vista del mundo, menos del seguimiento noticioso al que estaría obligada la gran prensa norteamericana: La complicidad clara y oportunista de la Casa Blanca con uno de los autores principales del sabotaje a un avión cubano donde murieron 73 personas inocentes en el año 1976 frente a las costas de Barbados.
¿Por qué? Porque la Fiscalía de Estados Unidos, en representación del Gobierno, tiene la obligación de encausar a Posada por lo que es: Un asesino. Las pruebas circulan libremente y hasta han sido reveladas en papeles desclasificados de la propia Agencia Central de Inteligencia (CIA) a la que el criminal Posada sirvió durante tres décadas.
¿Que no lo quiere juzgar en EE.UU.?, pues que lo deporten a Venezuela, cuya ciudadanía ostenta el ex jefe de la Policía Política venezolana, autor allí de incontables fechorías que aguardan también por debido proceso judicial.
¿Por qué no lo deportan? Que nadie se engañe. No es por temor a que el “ancianito Posada pueda ser torturado”, como falsamente alegan los plañideros amanuenses de la Secretaria de Justicia (¿) de EE.UU., sino porque todo el mundo sabe que en un verdadero juicio por terrorista y asesino, Posada Carriles va a poner sobre la mesa las pruebas de su vinculación y dependencia con la CIA y otros gobiernos norteamericanos, y el mundo sabrá inequívocamente que el actual mandatario George W. Bush ha estado protegiendo –como antes lo hizo su señor padre— al terrorista Posada y a muchos más que de igual calaña se hospedan en Miami con licencia para delinquir.
LO QUE DICE EL ABOGADO PERTIERRA
Concedámosle la palabra al abogado José Pertierra, representante de Venezuela en la solicitud de extradición de Posada, a través de los despachos de agencias de prensa que han citado sus declaraciones recientes: Comentó que la jueza que liberó el martes ocho de mayo de cargos por fraude migratorio a Luis Posada Carriles expresó en su fallo que el Gobierno manipuló al sistema judicial.
Añadió Pertierra que de esa forma la letrada deja en claro que corresponde a la Casa Blanca encausarlo por terrorista, no a los Tribunales. El fallo de 38 páginas de la jurista -dijo- evidencia que está molesta porque le presentaron un caso de un individuo que muchos piensan que es terrorista pero el Ejecutivo no ha tenido el coraje ni los principios para certificarlo, y ella no quiere prestarse a eso. Citó el abogado palabras de la jueza en las que afirma que ella no va a tolerar la conducta del Gobierno de EE.UU., aunque Posada Carriles sea 'una papa caliente política'. Reiteró Pertierra que la jueza está 'muy molesta con el Gobierno porque la han manipulado a ella y al sistema jurídico desde el principio'. Agregó que la decisión de retirar los cargos al autor confeso de la voladura de un avión civil cubano en 1976 que causó la muerte de 73 personas, 'es consistente con lo que ha dicho Venezuela desde el primer momento: este individuo no debería ser encausado simplemente por mentiroso, sino por asesino y terrorista'. En declaraciones a TELESUR desde Washington, Pertierra consideró que la jueza comprendió que desde un inicio el Gobierno manipuló el caso, propició una entrevista de naturalización a un individuo, sabiendo que nunca calificaría por sus antecedentes terroristas, a fin de que mintiera, y esa manipulación ella no la iba a tolerar. Agregó el abogado que la jueza fue más allá y desestimó todas las declaraciones, y si no tiene esas declaraciones no puede encausarlo como mentiroso, y si el Gobierno quiere encausarlo por terrorista o certificarlo como tal para mantenerlo preso, le corresponde la decisión al Ejecutivo, no al Tribunal.Dijo en sus comentarios Pertierra que si ella condena como mentiroso a Posada, le hubiera dado 12 meses de prisión, y lleva dos años preso por fraude migratorio.
LO QUE PODRIA SEGUIR HACIENDO EL GOBIERNO Añadió el experto que le quedan al Gobierno las siguientes posibilidades: apelar esa decisión; dar curso a la extradición a Venezuela, de donde es prófugo; encausarlo por la voladura del avión cubano y 73 cargos de homicidio o por la explosión de bombas en hoteles de La Habana en 1997. 'También pueden y deben certificarlo como terrorista, algo que le corresponde al Ejecutivo', subrayó Pertierra, quien aclaró que el criminal no tiene ahora cargos penales y no habrá juicio el próximo día 11.En declaraciones anteriores, el abogado reiteró que la decisión de extradición a Venezuela le corresponde a la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, de acuerdo con la legislación norteamericana y los acuerdos ente ambos países.
LO QUE PODRIA HACER EL PROPIO POSADA
Libre por el momento de comparecer en juicio, podría tomar un avión fantasma y desaparecer del entorno para autoexiliarse en cualquier paraíso que le proporcione el propio Gobierno o sus compinches. También podría resbalar de pronto con una cáscara de plátano made in CIA e igualmente esfumarse, o accidentalmente caer de un helicóptero en medio del Océano Atlántico.
De todas formas se trata de una película al estilo Made in Hollywood, en la que cualquier final puede ocurrir.
La diferencia está en que el hedor de Posada, vivo o muerto, ha impregnado a míster George y su camarilla al punto de que no tendrán forma alguna de lavarse y los perseguirá hasta después que bajen a la fosa común de la madre Tierra.
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