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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

COMUNICADOR EMSIL COMUNICANDO EXTRA (IV) 14/02/23: - Se me perdió el celular, ¿y ahora qué hago?

COMUNICADOR EMSIL COMUNICANDO EXTRA (IV) 14/02/23: - Se me perdió el celular, ¿y ahora qué hago?

COMUNICADOR EMSIL COMUNICANDO EXTRA (IV) 14/02/23: - Se me perdió el celular, ¿y ahora qué hago? http://www.cubadebate.cu/especiales/2023/02/13/se-me-perdio-el-celular-y-ahora-que-hago/

Por estimarlo de interés para nuestros destinatarios, enviamos adjunto este COMUNICADO EXTRA, martes 14 de febrero de 2023. Año 65 del triunfo de la Revolución.

Saludos: Roberto Pérez Betancourt, comunicador EMSIL.

 Por: Amanda Tamayo Rodriguez

En este artículo: RoboTelecomunicacionesTelefoníaTelefonía celularTelefonía Móvil

Gran parte de los robos ocurren en plena vía pública. Fotos: Sayli Sosa/ Invasor.  

Gran parte de los robos ocurren en plena vía pública. Fotos: Sayli Sosa/ Invasor.

Los lunes siempre son días críticos para la botella. Para colmo, la joven tenía que viajar con el maletín súper lleno, desde Morón hasta la beca, en Ciego de Ávila.

“Mami tengo que colgar que viene una Girón vacía. Parece que hoy tendré suerte con las guaguas”.

Se “aprieta” la cola que, en este punto, de cola no tiene mucho. Un amasijo de personas intenta avanzar a la misma vez, destrozando las leyes de la física y la lógica. El chofer abre las puertas y da su habitual discurso de “con orden o me voy”. Pero la suerte, eso cree ella, está de su lado. La suerte estaba en el pie derecho con el que comenzó a caminar rumbo a la parada esa mañana; el mismo pie con el que alcanza el primer escalón del ómnibus. Logra subir con maletín, mochila y los 10 pesos en mano. Un asiento libre al final, ¡vaya fortuna!, se sienta. Entonces llega el momento del SMS para que mami sepa que está en camino…

Hasta ahora la música de fondo es una melodía tenue, apacible, unas notas breves y cadenciosas como de amanecer fresquito. Pero, justo en el instante de buscar el teléfono dentro del bolsillo, entran violines desconsolados a la banda sonora y se puede intuir lo que sigue:

“¡Ño! Me robaron el celular”.

Las cinco palabras movilizan a la guagua en pleno. Revisan sus propios móviles; preguntan a la víctima; alguien dice que vio a un muchacho salir de la cola a punto de montarse; alguien más ofrece el móvil para llamar a la familia y a la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A (Etecsa). El shock va pasando, o eso parece, y deja un desconsuelo profundo, húmedo.

Porque la pérdida de un teléfono celular es capaz de desestabilizar la economía de un hogar sensiblemente. En el mercado informal un Smartphone de gama baja puede costar, mínimo, seis o siete veces el salario promedio mensual de un trabajador, y una termina preguntándose si es muy caro el teléfono o es insuficiente la remuneración. O las dos cosas.

Luego, reemplazar el equipo supone no recuperar información importante, fotografías de la familia, cuentas en redes sociales, materiales de estudio y trabajo, conversaciones de WhatsApp…

Para cuando hemos terminado el recuento mental de todo lo perdido no es que lo menos importante sea el teléfono, sino que la pérdida se antoja irreparable. En este punto solo quedaría llorar para trasvasar las penas, aliviar de alguna manera los vacíos que deja. Así que la historia del inicio habría que “rebobinarla”. ¿Qué podemos hacer antes? ¿Cómo protegernos de un robo?

La pregunta la dirigimos a Mayumis Vicente Pino, jefa del Grupo de Comercialización Masiva de la Dirección Territorial de Etecsa en Ciego de Ávila. Y en su respuesta hay un asterisco, una señal de Muy Importante que, si tuviéramos a mano un marcador, resaltaríamos en tono fosforescente.

Lo primero, dice la especialista, es proteger la tarjeta SIM con un código PIN y bloquear la pantalla con contraseñas, o mejor aún, con algún sistema biométrico (sensor de huellas o desbloqueo facial). Es recomendable, también, respaldar los datos o archivos importantes con regularidad, actualizar las copias de seguridad de las aplicaciones y proteger las aplicaciones importantes con contraseña. Pero el marcador permanente va hacia esta precaución: debemos guardar el IMEI del teléfono.

¿Qué es el IMEI? La sigla se deriva del inglés y quiere decir International Mobile System Equipment Identity. “Es un código de 15 dígitos pregrabado en los teléfonos móviles, el cual funge como un código internacional de identidad que tiene cada teléfono celular y que lo distingue de manera única”.

Este código se obtiene de forma sencilla, tras marcar *#06# en el teclado del teléfono, buscarlo en la configuración general o, incluso, debajo de la batería en la parte interior del dispositivo.

Su utilidad nos lleva a la siguiente duda, despejada por Mayumis: ¿Qué puede hacer Etecsa ante el robo o pérdida de un teléfono?

“Etecsa para ayudar al cliente a recuperar su dispositivo, realiza el alta en Lista Negra. Todo teléfono que esté reportado como perdido o robado y se inserte una SIM en el dispositivo esta se bloquea automáticamente.

“La Lista Negra no está incluida en la cartera de servicios a prestar por la empresa, según aprobación del Ministerio de Comunicaciones, por lo que no constituye un servicio a comercializar. No obstante, como operador del servicio de telecomunicaciones podemos, siempre que las condiciones lo permitan, hacer uso de esta herramienta para impedir el empleo de equipos reportados como robados o perdidos en nuestra red”.

Este procedimiento, así de expedito, es relativamente nuevo, de acuerdo con una publicación de la emisora provincial cienfueguera Radio Ciudad del Mar que, en noviembre de 2022, informó sobre la no obligatoriedad de presentar evidencia de la denuncia en la Policía Nacional Revolucionaria para reportar la pérdida del teléfono en las oficinas de Etecsa. La nota reconocía que el cambio estuvo motivado por el aumento de hechos de robo o extravío.

Mayumis no dispone de estadísticas que puedan sugerir un aumento de los atracos en territorio avileño, pero sí asegura que los reportes son comunes. Saquemos sencillas cuentas: la provincia tiene una cifra superior a las 285 000 líneas de telefonía móvil, por tanto, hay una cifra similar de celulares activos. El potencial es mayúsculo.

Existe, además, un mercado para los componentes de los equipos sustraídos. Si bien ningún ladrón es tan ingenuo como para insertarle una tarjeta SIM al celular robado ni se arriesgaría a venderlo a un tercero, abriendo la posibilidad de rastrear esa “transacción”, la ruta más probable es la de los reparadores y la demanda de partes y piezas. Para quien roba todo es “ganancia”.

Hace unos años, una provincia como Las Tunas reportaba 146 robos en un mes, mientras que 40 dispositivos eran devueltos a sus dueños en el mismo período. No es una probabilidad nada despreciable.

–¿Qué hacer, entonces, ante la pérdida?

–Si el cliente no se encuentra cerca de una unidad comercial, debe realizar una llamada telefónica al servicio de atención al cliente para solicitar el bloqueo de su línea y que la persona que encontró su teléfono no pueda hacer uso del saldo que poseía en el momento de la pérdida. Posteriormente, se puede presentar en cualquier unidad comercial para recuperar su tarjeta SIM y, si lo desea y su teléfono cumple con los requisitos establecidos para su inclusión en Lista Negra, se procede a dar alta.

Esto no es información nueva, sin embargo, pocos de nosotros guardamos el IMEI, porque es difícil que pensemos “que nos va a tocar”. Hasta un día en que nos preocupamos más por subir a la guagua con el pie derecho y dejamos descubierto el flanco de la cartera o el bolsillo de la mochila. Y está claro que lo ideal sería poder andar por la vida sin la preocupación latente de ser víctima de un robo y que todos los malhechores estuvieran tras las rejas, pero no vivimos en un mundo ideal.

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