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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Atmósferas de Edgar Moraga

Atmósferas de Edgar Moraga

Roberto Pérez Betancourt

La profesionalidad de un artista del lente, camarógrafo o fotógrafo, se nutre de detalles percibidos, captados y apropiados para  añadirles su propia interpretación y realizar la magia de lo real devenido pasión y entrega.

No tengo dudas al afirmarlo, cuando observo la paciencia infinita con la que este joven camarógrafo, Edgar Moraga González, escudriña el horizonte de la majestuosa bahía matancera y  enfoca  detalles, matices de colores, la fuga de una nubecilla perseguida  por un rayo de sol demorado sobre el horizonte, apretando el obturador para atrapar lo efímero y,  sin necesidad de que lo explique, su muda sonrisa  detrás de la cámara expresa una íntima satisfacción que contagia la pasión con la que realiza su arte.

Como un tesoro propio, Edgar de 29 años, nacido en Santiago de Cuba-- … “la tierra caliente”, recuerda--- suma un lustro como camarógrafo en la matancera televisora Yumurí. El ejercicio de esta profesión lo ha enriquecido con experiencias propias como fotógrafo, diseñador de luces y musicalizador –explica--.

Al verlo actuar en el terreno salta a la vista una cualidad suprema, inherente al ejercicio periodístico y artístico plenos: la pasión del disfrute en la labor propia, adornada con la imaginada sensación que experimentará el destinatario de la obra que realiza.

Y es que los minutos, las horas, discurren ante nuestros ojos sin detenernos para percibir y disfrutar destellos fugaces, que los artistas como Edgar, orfebres de la imagen, son capaces de atesorar para sorprendernos después al entregándonos gestos, situaciones, ángulos, colores, rostros, sonrisas y llantos, besos y abrazos, las atmósferas captadas por Edgar, de la vida misma que, sin querer, solemos perdernos…

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