Panamericanos: Cuba puso en alto la fuerza del deporte revolucionario
Roberto Pérez Betancourt
La delegación deportiva de Cuba a los XVIII Juegos Panamericanos que acaban de ser clausurados en Lima, Perú, sede de las competencias, ha puesto bien en alto la fuerza del deporte revolucionario, a pesar de los sostenidos esfuerzos del enemigo imperial y sus acólitos para asfixiar a las familias cubanas y quebrar la voluntad de seguir resistiendo.
¿Política en el deporte? Todo es política. Las páginas “bienpagás” de la desinformación y el odio visceral aprovechan cualquier oportunidad que avistan para sembrar veneno y cultivar la desidia en un plan bien orquestado desde hace mucho tiempo para aplastar a la Revolución y darle marcha atrás a la rueda de la historia.
Fallido intento a pesar de los recurrentes esfuerzos acrecentados por la actual administración estadounidense con el solidario apoyo de la mafia anticubana que sigue hospedad en el sur de la Florida, aunque ya no sin oposición activa de cubanos de memoria y buena fe que también residen allí.
El deporte: Cuba inscribió a 420 atletas en 33 deportes y concursó en 267 de las 419 pruebas convocadas. Cosechó 33 títulos panamericanos (medallas de oro), 27 subtítulos (plata) y 38 terceros lugares (bronce).
En el tradicional sistema de medir los resultados por países, sobre la base de las preseas doradas, Cuba terminó en quinto lugar. Los 10 primeros en la tabla de medallas: Estados Unidos (120-88-85), Brasil (55-45-71), México (37-36-3), Canadá (35-64-53), Cuba (33-27-38), Argentina (32-35-34), Colombia (28-23-33), Chile (13-19-18), Perú (11-7-21) y República Dominicana (10-13-17).
Por deportes, la delegación cubana ganó medallas en 20 disciplinas: Preseas de oro: boxeo (8), atletismo (5), lucha (5), judo (5), tiro (4), canotaje (2), remo (2), ciclismo (1) y esgrima (1).
El presidente del instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), Osvaldo Vento Montiller, en comunicado de prensa expresó que la delegación cubana luchó con fuerza por el objetivo trazado y fue capaz de poner en alto el nombre de la patria.
El desarrollo de estos Juegos Panamericanos evidenció el reforzamiento cualitativo observado en el desempeño de los deportistas de otros países del área.
Para Cuba la satisfacción adicional de que sus entrenadores contribuyen activamente al desarrollo del deporte en varios de esos países que hoy logran éxitos en las competencias.
Objetividad, economía y lógica
La mirada ahora está puesta en las venideras Olimpíadas de Tokío. Los resultados de los Panamericanos permitirán a los expertos sacar sabias conclusiones sobre lo que se necesita mejorar y acentuar la inclusión en la delegación de atletas cuyos resultados personales verdaderamente respondan a las exigencias de competencias que reúnen a lo mejor del mundo.
“Ir a buscar experiencias” conlleva un costo económico. Para nadie es secreto que el número de integrantes de las delegaciones cubanas se decide sobre la base de altos sacrificios y desborda el potencial financiero del país.
Parece que la objetividad, la economía y la lógica deban presidir el criterio valorativo al momento de decidir quiénes son incluidos y quiénes deben quedarse entrenando en casa para mejorar sus marcas personales.
Así, además, se evitarían desempeños en las competencias que abren interrogantes del tipo ¿A qué vino aquí?
¿El saldo de los Panamericanos de Lima? Muchas satisfacciones y orgullo legítimo vividos sobre todo por los atletas, sus entrenadores, familiares y el pueblo que desde la televisión, la radio , la prensa escrita y digital siguió cada día el desempeño de ellas y de ellos, los protagonistas de este espectáculo que sigue poniendo en alto la fuerza y la razón de la Revolución cubana. (TVY) 12/08/19).
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