Tony Guerrero cumple 51 años sin perder la esperanza
Por Roberto Pérez Betancourt
Nacido en Miami, crecido y educado en Cuba, cuando sus padres retornaron a las raíces antillanas tras la alborada del 59 que destronó la sangrienta dictadura batistiana, Antonio -Tony- Guerrero cumple 51 años de edad este 16 de octubre, sin perder la esperanza.
Los últimos 11 años los ha pasado tras inmerecidos barrotes en cárceles norteamericanas. Fue condenado a cadena perpetua más 10 años por delitos no cometidos, y el martes 13 de este mes la jueza Jean Lenard resentenció a Tony a 21 años y 10 meses.
El nuevo veredicto sucede tras el mandato de la Corte de Apelaciones de Atlanta, al estimar excesivo el castigo que la misma jueza dictó en el juicio originario en 2001.
Despachos de prensa destacan que la propia Fiscalía y los abogados de la defensa habían convenido aceptar una resentencia de 20 años, pero la señora Lenard añadió un año y 10 meses más de su propia inspiración.
La audiencia de Guerrero antecedió a las de Fernando González y Ramón Labañino, sujetos también a resentencia por orden del tribunal de Apelaciones, las cuales fueron pospuestas luego de que la Lenard así lo decidiera en respuesta a una solicitud de la defensa.
Los citados, y los también cubanos Gerardo Hernández y René González, cumplen condenas que van desde los 15 años hasta la doble cadena perpetua por informar a su país sobre acciones violentas fraguadas por grupos terroristas asentados en Florida, dictámenes igualmente emitidos la señora Lenard en 2001.
Tony y sus compañeros, víctimas de cautiverio en diferentes prisiones del país norteño, fueron juzgados y sentenciados en un proceso cuyas irregularidades y violaciones han sido insistentemente denunciadas por prestigiosas personalidades e instituciones jurídicas a escala mundial.
En este contexto, viene a la memoria el 27 de diciembre de 2001, cuando Antonio Guerrero pronunció su alegato, luego de escuchar la absurda condena que le había sido impuesta.
"... Nunca he hecho daño a nadie ni causado daño material alguno. Nunca he intentado realizar acción que pusiera en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos... Llegará el día que ya no vivamos en la zozobra del temor y la muerte, y en ese día de la historia, se verá la justicia real de nuestra causa."
Así dijo este hombre que a su condición de ingeniero civil une la de poeta de honda sensibilidad humana, que expresa en uno de sus poemarios:
"De norte a sur le entregaré a la gente/ la parte del amor en mi escondido. / De este a oeste levantaré la frente/ con la bondad de siempre prometida. /Cantaré mis canciones al destino/ Y con mi voz haré temblar la muerte..."
Por supuesto, 11 años en prisión son muchos años, sobre todo cuando quien los ha padecido se sabe inocente de los cargos imputados y comprende que él y sus hermanos de cautiverio son víctimas de la conspiración política del odio y la impotencia de quienes no han podido doblegar la voluntad soberana de su Patria.
Este Héroe de la República de Cuba no pierde la esperanza de retornar al seno de su familia, de sus amigos y de su Isla que tanto ama.
Los poemas de Tony, su arte todo y su alegría de vivir, demuestran que es dueño de la facultad suprema de echar a volar el pensamiento en alas del futuro. Sabe que, desde su encierro, contribuye eficazmente a mostrar la realidad de un mal gobierno, que ha hecho de la doble moral antiterrorista un lucrativo negocio antihumano.
Sí, sin dudas, en su cumpleaños 51 la esperanza sigue viva en Tony, como también en sus compañeros igualmente cautivos. No solo se basa en la posible libertad personal de Los Cinco, como ellos son conocidos, sino esencialmente en la certeza de que han contribuido, y siguen haciéndolo, a que un mundo mejor sea posible.
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