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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Playa Girón, enseñanzas vigentes para la defensa del socialismo

Playa Girón, enseñanzas vigentes para la defensa del socialismo

Roberto Pérez Betancourt

   Las enseñanzas derivadas de la invasión mercenaria a Cuba, organizada y financiada por el gobierno estadounidense en abril de 1961, el  rechazo del pueblo armado, consciente de que defendía un sistema socialista, y la trascendencia militar y política de la  victoria popular, renuevan  su vigencia en el actual panorama, cuando la presente administración  del vecino norteño redobla esfuerzos para estrangular a las familias cubanas.

   Hace 58 años, en las arenas de Playa Girón,  Bahía de Cochinos,  los combatientes revolucionarios, guiados por el Comandante en jefe Fidel Castro rechazaron el artero ataque lanzado por la  potencia militar del Norte y alcanzaron el  trascendental  triunfo, que repercutiría en la conciencia y la acción de generaciones de cubanos y de otros ciudadanos del mundo.

   La degradada composición social de las huestes invasoras reunidas por los estrategas  de la Agencia Central de Inteligencia y el Pentágono, evidenciaban que Estados Unidos no se resignaba a perder su dominio en un país que  a lo largo de dos centurias ha ambicionada anexarse, y que en esta fecha intenta reeditar antiguas prácticas de chantaje y bravuconerías sin haber aprendido que  Cuba ha sabido solidificar la Unidad de su pueblo como principal arma de combate.

   Para impedir que los cubanos pudieran por vez primera ejercer su verdadera soberanía, el mando estadounidense  reclutó a ex militares de la sangrienta dictadura de Batista que mató a 20  mil ciudadanos, politiqueros corrompidos, latifundistas y  elementos  antisociales,  a quienes armaron, entrenaron y abanderaron como “defensores de la democracia representativa”, los apoyaron  militarmente por mar y aire, y los lanzaron a la aventura.

  Los invasores mataron a decenas de civiles indefensos, con aviones norteamericanos engañosamente pintados con  insignias cubanas ametrallaron a los milicianos y sembraron el luto de centenares de hogares.

   Pero en menos de 72 horas fueron derrotados.

   El mundo constataba una verdad hasta entonces ignorada por expertos de la gran potencia: Siempre que cuente con la unidad de su pueblo y la decisión de combatir, un país, aunque  pequeño y  pobre, puede enfrentar y vencer a un enemigo más poderoso, incluso a una potencia mundial.

  La doctrina norteamericana que ambiciona a Cuba no ha cejado durante los últimos 58 años. Los métodos imperiales han alternado formas encubiertas y descaradamente injerencistas, transitando por invasiones,  sabotajes y bloqueo sostenido.

   El actual gobierno norteamericano, encabezado desde hace poco más de dos años por  el rubio despeinado Donal Trump, es continuador  la derechización extrema de una política inspirada en el terrorismo de estado,  manifestado a través de  llamadas “guerras preventivas”, eufemismo con el que enmascara la intimidación y rapaz  invasión  de otros pueblos para apoderarse de sus riquezas.

    Pero los cubanos cuentan con su propia doctrina militar que denominan “guerra de todo el pueblo”, diseñada para enfrentar cualquier agresión, resistir y vencer.

   Esa doctrina se alimenta del arte militar desplegado y enriquecido en montes y llanos por varias generaciones de  combatientes revolucionarios frente al colonialismo español y la opresión imperial norteamericana, recoge  las enseñanzas de Playa Girón y la decisión y efectividad demostrada durante la Crisis de Octubre en 1962.

   También se nutre  de  enseñanzas derivadas de enfrentar exitosamente  alzamientos contrarrevolucionarios y  acciones piratas en la década de los sesenta, y el cumplimiento de las misiones internacionalistas en apoyo a pueblos agredidos por fuerzas militares extranjeras.

   El axioma de que solo con la fuerza del pueblo se pueden librar y ganar las batallas a favor de una causa justa se demostró en Girón y en otros escenarios. Esa fuerza  se inspira en una ideología que alimenta la voluntad de prepararse, instruirse y  entrenarse en aras de combatir eficientemente y no renunciar al proyecto que los padres de la patria trazaron hasta alcanzar la plena soberanía y la independencia, conducidas en su último segmento militar por Fidel Castro, a la que nadie renunciará.  (TVY)(16/04/19).

 

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