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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Cuba merece una celebración

Cuba merece una celebración

Roberto Pérez Betancourt

 

  Este 15 de noviembre marca el inicio de una etapa de renovación en el quehacer multifacético de todos los cubanos, gracias a los avances sostenidos en el control de la Pandemia de la Covid 19, luego de dos años de sacrificios y abnegados esfuerzos de nuestros científicos y del personal todo de la salud.

   Esta realidad sustenta la proyección de avanzar en las principales ramas de la producción y los servicios para dar un impulso sustancial a la economía, que permita revertir déficits acumulados y alcanzar la necesaria solvencia para materializar nuevas metas de desarrollo sostenible en beneficio de todo el pueblo.

   Es, sin dudas, ocasión de celebración para todos los cubanos, dentro de límites de cordura, que nos aconseja  la experiencia vivida en los dos últimos años, cuando el virus letal nos obligó a frenar sectores vitales de la economía, como el turismo, que este lunes abre puertas de nuevo a los visitantes en la esperanza consciente de satisfacer sus expectativas de descanso y disfrute en el tradicional clima de paz y tranquilidad que brinda la Mayor de las Antillas, uno de sus atributos más elogiados por quienes han tenido la posibilidad de constatar las verdades de  nuestro país. 

  Como apuntara el presidente Miguel Díaz Canel-Bermúdez en su comparecencia televisiva del viernes último:  «Cuba merece una celebración. Una celebración ajustada a la normalidad nueva, pero una celebración digna del esfuerzo, de la disciplina, de la participación y de la contribución de la inmensa mayoría de nuestro pueblo, para que pudiéramos llegar a este momento».

 

Vencedores del odio

 

   En el orden político los cubanos son los vencedores del odio. Realidad reconocida por todo aquel que se digna a mirar de frente y sin prejuicio la proeza que cada día realiza el pueblo, reiteración de una batalla que dura más de 60 años frente al más injusto y cruel bloqueo (embargo) económico comercial y financiero del imperialismo yaqui.

   No es secreto para nadie que la actual administración estadounidense, lejos de cumplir sus promesas electorales en relación con Cuba, ha incrementado incluso las medidas represivas y discriminatorias, aprovechando la grave situación creada por la Pandemia para intentar lo que en más de seis décadas no han conseguido: rendir por hambre y enfermedad a las cubanas y cubanos.

  Pero Cuba ha logrado controlar la enfermedad con niveles de garantía que rebasan incluso los datos de las naciones más desarrolladas, gracias a su comunidad científica y a los trabajadores todos de la salud, y a los voluntarios que desde diversos sectores han contribuido a alcanzar lo que hoy se celebra como “nueva normalidad”.

   En este logro sustantivo la vacunación con los productos autóctonos ha desempeñado un papel primordial, como reconocen científicos del patio y foráneos.

   Hoy los pacientes activos de Covid 19 en el mundo representan un 7,47 % de todos los que se han registrado; en el área de las Américas, un 10,89 %; y en Cuba son solo el 0,22 % de los casos, de acuerdo con estadísticas oficiales. Por lo tanto, se observa que nuestro país tiene mejor control de la pandemia del que pueda existir en el mundo y en la región, en tanto los fallecimientos (letalidad), que en el Planeta muestra al 2,01 %; en el área de las Américas, al 2,44 %; en Cuba en estos momentos es de 0,86 %, y continúa disminuyendo.

 

Luz verde al turismo, cercano el aniversario 63 del triunfo de la Revolución

 

   Es en este contexto epidemiológico que Cuba ha decidido abrir sus fronteras para admitir la llegada de familiares y turistas, y la posibilidad de celebrar el fin de año y el aniversario 63 del triunfo de la Revolución, lo que sin dudas implica un nuevo reto de responsabilidad para no involucionar en el ámbito epidemiológico.

   Se ha sabido que la aerolínea bandera del país, Cubana de Aviación, comenzará con los vuelos a Buenos Aires, con frecuencia semanal, y a Madrid, con frecuencia quincenal.

  Desde este 15 de noviembre se recibirán unas 170 frecuencias aéreas semanalmente, cifra que aún es variable ante las solicitudes de las aerolíneas que se continúan realizando.

  Trascendió que hasta este momento existe conectividad aérea a través de líneas regulares que históricamente han volado a Cuba como Air France, Iberia, Air Europa, además de Air Canadá, Viva Aerobús, Air Century, American Airlines, Jet Blue, Royal Flight, Aeroflot, Azur Air, Bahamas Air, Copa Airlines, TAAG Angolana, Iberojet, InterCaribbean, Neos, Wingo, Southwest, Nordwind, Turkish Airlines y las que se incorporaron World ToFly, SunWing, Air Transant y Magnicharters.

   Las cifras de pronóstico en el arribo de turistas superan las expectativas para la temporada alta que se inicia, y se estima que los niveles más altos se obtendrán en diciembre y enero de 2022.

   Estas operaciones, que irán en aumento, de acuerdo con noticias confirmadas, están aparejadas con el trabajo en la reestructuración y mejora de las terminales aéreas para garantizar, principalmente, un orden sanitario, tanto para los clientes como para los trabajadores y lograr un mejor flujo de pasajeros, expresó a Granma Antonio de los Santos Fernández, vicepresidente de la Corporación de la Aviación Cubana (Cacsa).

   Precisamente, en relación con la apertura turística, el Presidente Díaz Canel acaba de destacar en su comparecencia televisiva del viernes último que esta rama desempeña un papel fundamental, porque se abre el resto de la economía, por su función de locomotora, «y ahora contará incluso con más potencialidades, porque encadenará más formas de gestión, tanto estatal como no estatal».

   Díaz-Canel remarcó que, cuando tenemos ingresos por el turismo, el país tiene más aire, más oxígeno para avanzar en la economía. No por gusto el imperio ha atacado el sector como una de nuestras actividades económicas cuyo perjuicio provoca afectación, subrayó.  

   Los turistas que arriben a Cuba encontrarán un país en paz, un país solidario, una isla hermosa y entrañable, un pueblo amable; y podrán apreciar una Cuba que vive, una Cuba donde se vive con seguridad, como señaló Díaz-Canel en la aludida intervención televisiva.

 

“Nueva normalidad”, oportunidad muy esperada   

 

   Se trata de la tan nombrada “nueva normalidad”, oportunidad muy esperada, porque permite dar riendas sueltas a los planes de desarrollo económico y social, dentro de las posibilidades de insumos disponibles y de financiamiento, restringidas, eso sí, por las indudables afectaciones que ha sufrido el país, y que se reflejan con crudeza en el día a día de las familias cubanas.

   Pero es un signo de aliento para la recuperación de todo y de todos, desde los programas socioculturales y de recreación, la fabricación de viviendas, restauración de viales, acueductos y otras obras locales, hasta los planes de inversiones, de producción y servicios, y  abastecimientos, en los que desempeñarán un importante papel de acompañamiento los nuevos actores económicos, las mipymes (mini, pequeñas y medianas empresas privadas y estatales), junto con las cooperativas que dejan de ser solo agropecuarias e incursionan en diversas ramas  de la producción y los servicios.

  Y en este acápite determinante de la economía nacional hay que reconocer los avances institucionales que han ido eliminando trabas burocráticas, lo mismo para la inversión extranjera, y han abierto una senda más ancha al desarrollo progresivo.

 

 

  Barrio adentro de frente y luchando

 

   En este panorama de optimismo fundado hay que incluir también la reanimación de los barrios en diversas localidades del país, y en particular en La Habana, con la contribución activa de los propios vecinos y los aportes y coordinaciones de las instituciones del Poder Popular…

  Solo en la capital del país se constata la transformación que sucede en más de 60 comunidades, cuyos problemas acumulados demandaban atención urgente y que en la actual situación epidemiológica disponen de superiores oportunidades de solución.

  Al respecto, el Presidente cubano insistió en su intervención aludida antes: «Hay que hacer las transformaciones sostenibles y sistemáticas, pese a que han existido insatisfacciones en el trabajo”, realidad que calificó como momentos de alza y de menos intensidad.

 Reconoció que, en medio de todo el trabajo, han existido líderes de proyectos comunitarios que se han mantenido estables y han sido nichos de experiencia, como en San Isidro, «donde aprendimos mucho», dijo.

   Otros hechos significativos, añadió, son los esfuerzos que se están haciendo en la preparación de la zafra azucarera, en la implementación de las medidas aprobadas para la autonomía empresarial y en mejorar la producción y comercialización de alimentos, y en la aplicación de un sistema de gestión de gobierno basado en la ciencia y la innovación, que ya va trasladando las experiencias adquiridas en el enfrentamiento a la COVID a otros ámbitos, y con expresiones en todos los organismos.

   Hemos llevado ese sistema de gestión al sistema energético del país, a la producción de alimentos en diferentes esquemas. También se aprecia en la gestión de las leyes y normas jurídicas, en su proceso de creación normativa. Todos estos hechos demuestran que el futuro del país es de esperanza, prosperidad y de Revolución, afirmó Díaz Canel-Bermúdez.

   Si, la ocasión es digna de festejos razonables, disfrutando de la soberanía que conquistamos, sin injerencias extranjeras, con la mente lúcida en que las posibilidades de Cuba y de los cubanos de todas las edades, que residimos y amamos cada pedazo de nuestro terruño y de nuestra historia, seguimos dispuestos a proseguir la  lucha de cada día, sin renunciar a nuestros sueños de justicia social plena, de manera que  ningún trasnochado vernáculo, advenedizo o foráneo pueda echarnos a perder la fiesta de hoy y la esperanza eterna.

 

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