En el Aniversario de la Prensa Cubana: Realidades para tener en cuenta
Roberto Pérez Betancourt
El 14 de marzo, fecha de fundación del periódico Patria por el Héroe Nacional José Martí, cada año conmemoramos el Día de la Prensa Cubana, propicia ocasión para echar un vistazo profundo a algunas realidades de este sector, que exige, sobre todo, aptitudes y amor incondicional a la vocación.
Tradicionalmente, en torna a esta fecha, los colegas nos reunimos para departir, recibir condecoraciones y diplomas, rendir homenaje a compañeros de larga trayectoria, relatar anécdotas, repasar lo hecho y atisbar el devenir.
También este año recordaremos que todavía afrontamos dificultades diversas en el ejercicio de la profesión periodística, que incluyen tarifas y salarios muy deprimidos, que no motivan a permanecer en la profesión, especialmente a los más jóvenes; escaseces de medios y servicios computadorizados, insuficiencias de la conectividad digital y otras variopintas limitaciones objetivas que entorpecen la labor cotidiana y frustran expectativas.
Esta realidad insoslayable no deja de tener en cuenta las limitaciones que afronta la economía del país, en momentos en los que las agresiones imperiales arrecian el Bloqueo económico, comercial y financiero e instrumentan nuevas medidas para cercar voluntades y desestabilizar la unidad, que ha sido y sigue siendo la principal arma estratégica de los cubanos para vencer las adversidades.
No obstante, un ejercicio acrítico de la realidad no contribuiría a despejar incógnitas. Es menester que el inventario de asuntos por resolver siga frente a la vista con el propósito de recordarnos cuánto nos falta para alcanzar los niveles de profesionalidad que exige el pueblo.
En ese entorno continuamos añorando la diaria edición de un periódico impreso en la provincia, lamentamos la pérdida de hábitos y conductas profesionales consustanciales con una prensa al servicio de la información veraz, pertinente y oportuna, propia de nuestros perfiles editoriales que no se subordinan a intereses oscuros y a mezquinas prebendas.
Sigue siendo asignatura pendiente en numerosos casos la agilidad en reportar la actualidad informativa, hacer que lo local trascienda a planos de superior interés para los destinatarios de los mensajes, la pertinencia de los contenidos, además la necesidad de disponer de suficiente personal calificado para actualizar los sitios digitales de prensa con la frecuencia y prontitud que exige el medio, entre otras deficiencias.
Nuestra prensa, en sus diferentes expresiones: escrita, radial, televisada y digital, debe cumplir cada día las exigencias del público, necesitado de saber lo que acontece en su entorno, en su país y en el mundo, sin retórica ni parches, sin eufemismos, con claridad, amenidad y a través de diversos códigos que ilustren, amplíen y satisfagan.
En opinión de este comentarista, estamos lejos todavía de satisfacer esa demanda diaria del público en nuestros medios. Pero el deber nos insta a seguir luchando en pos de acercarnos a lo necesario, incentivar la creatividad, no desfallecer ante las viejas y las nuevas dificultades, y en especial alentar a los jóvenes colegas a romper la rutina, y los silencios, ser audaces y no idealizar inalcanzables para no caer en frustraciones.
En este contexto, también es importante seguir rompiendo barreras burocráticas, defender la credibilidad de nuestros medios, dialogar y debatir desde la técnica profesional, exigiendo el derecho de informar para seguir sirviendo a la Revolución. De todo esto, y más seguimos conversando los periodistas en ocasión del Día de la Prensa Cubana, en Matanzas y en todo el país.
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