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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

A ellas, las imprescindibles anónimas

A ellas,  las imprescindibles anónimas

 Roberto Pérez Betancourt

Interminables serían las cuartillas necesarias para reseñar someramente el papel que a través de la historia han desempeñado las mujeres cubanas en las luchas independentistas y en la construcción de un futuro mejor para todos.

  Este 8 de marzo,  Día Internacional de la Mujer, instituido en el año 1910 por la luchadora antifascista Clara Zetkin, durante la Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas, es conmemorado  en los 13 municipios de  Matanzas, al igual que en el resto del país, con énfasis especial en resaltar el papel que desempeña la mujer aplicada en diferentes frentes de labor.

   Las delegaciones de base de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) tienen a su cargo el centro de las conmemoraciones, que recuerdan la vez primera en que fue celebrada esta fecha en Cuba, en el año 1931, en el local del Centro Obrero de La Habana. 

   El recuerdo de la heroína de la República de Cuba Vilma Espín, fundadora de la FMC, está presente en todas las actividades, al igual que la ejemplaridad de otras féminas que a lo largo de la historia han escrito páginas de verdadero heroísmo en la producción, la defensa, la educación y el impulso a la Revolución socialista.

  Particular connotación continúa mostrando   el creciente aporte que brindan las mujeres a la producción agropecuaria, tarea priorizada por su importancia estratégica para el país, pues millares de ellas, anónimas trabajadoras en todos los frentes, están presentes día a día en  el afán colectivo de elevar la producción de alimentos. 

   Nadie puede negar  el papel que ha desempeñado la mujer cubana en todas las esferas del quehacer sociopolítico, cultural y económico desde el triunfo mismo de la Revolución en enero de 1959,  determinante para alcanzar  impresionantes logros de justicia social que exhibe nuestro país ante los ojos del mundo, incluida, en primer término,  la igualdad de oportunidades de la propia mujer con la supresión de prácticas discriminatorias y los progresivos avances en la comprensión social del papel multifacético que en su múltiple condición desempeña  en la vida cotidiana.

  Pero esto no quiere decir que no queden rezagos por erradicar, y que se hayan resuelto todos los problemas,  entre ellos manifestaciones de  machismo,   autolimitaciones  derivadas de ese fenómeno y de otras insuficiencias de orden económico que aun prevalecen en el país, situaciones que, no obstante, no pueden opacar lo avanzado.

   En la actualidad más del 50 por ciento de los puestos de trabajo en entidades científico-técnicas, y ministerios son ocupados por mujeres. En  Cuba, a diferencia de otros países, ellas no tienen que sufrir mermas  salariales ni de atención social por su condición de género.

   Desde hace más de 30 años, la labor de las mujeres cubanas  rebasa el 70 por ciento en las posiciones docentes  del sector educacional, y en las aulas  universitarias.

   Disfrutan ellas  de  programas especializados de atención médica, cuya importancia se aprecia en que  gozan de una expectativa de vida que supera los 80 años promedio, superior a la de los hombres,  por encima de la de todos los países del área latinoamericana.

 Sin dudas, las del falso sexo débil  merecen todo el respeto y consideración de la sociedad, porque, además, con su presencia  en todos los ámbitos, ellas embellecen y perfuman el entorno cotidiano en Matanzas y en todo el país.

  A todas estas compañeras,  las procreadoras de la especie, las que alegran el entorno, las incansables, siempre bellas y tolerantes, a las muchachas de todas las edades, especialmente a las que no aparecen en titulares ni efemérides, a las que a través de los decenios transcurridos han estado en primera fila sin afán de protagonismo,   felicitaciones y flores multicolores de amor y respeto  en este día tan especial. 

 

 

 

 

 

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