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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Sobre adivinadores y otros charlatanes

Sobre adivinadores y otros charlatanes

 Roberto Pérez Betancourt

En el ámbito del aniversario 63 del 26 de Julio, Día de la Rebeldía Nacional, fecha imborrable de nuestra historia, cuando Fidel Castro, al frente de un grupo de valientes cubanos pertenecientes a la  Generación del Centenario del Apóstol José Martí se lanzó a la conquista del futuro, mediante el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, sucede que adivinadores y otros mal intencionados  echan a rodar bolas, vaticinios, cábalas y otras charlatanerías con rebotes y amplificaciones en la tradicional prensa amarillista, multiplicada en sitios web de perfil anticubano.

  Se trata de intentos orquestados  de alimentar la desestabilización en nuestro país, crear confusiones, infundir pánico, en fin,  de seguir jorobando, mientras auguran un nuevo Periodo Especial --en alusión a la crisis económica severa que afectó a Cuba en la década del 90 del siglo anterior,  como consecuencia del derrumbe de la antigua Unión Soviética y el campo socialista del este de Europa--  para nuestra economía.

   Los agoreros del mal utilizan oportunistamente las informaciones oficiales sobre reducción del gasto de portadores energéticos en Cuba y la instrumentación de medidas de control Estatal dirigidas acertadamente a defender los recursos de la nación, luchar contra la corrupción, el desvío de bienes y otras manifestaciones de delito.

  Y es que en verdad las ilegalidades podrían  corroer las bases de justicia social del proyecto cubano que, aunque le duela a los adivinadores y charlatanes, se prolonga en el tiempo sobre la base de la unidad nacional, que no puede ser erosionada, porque los cubanos que residen y se aferran a sus ideales lo largo de este caimán verde  siguen enarbolando con fe  las banderas de victoria de Fidel y los Héroes del Moncada.

  Lo alertó Raúl en el Parlamento cuando señaló sobre estas intenciones de  augurar un inminente colapso económico, con el propósito de sembrar el desánimo y la incertidumbre en la ciudadanía.

  Pero estos tiempos  son otros. Cuba goza de capacidad propia y respaldo internacional para proseguir con viento en Popa, sin renunciar a los ideales de justicia social, sin tremendismos, pero con control, mucho  más control.

 

 

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