Cuba: Acciones prácticas pertinentes

Roberto Pérez Betancourt

El Presidente Raúl Castro puso puntos sobre las íes en temas medulares durante la reunión ampliada del Consejo de Ministros, efectuada el martes último, al subrayar la importancia de la disciplina y el control en todos los ámbitos de la economía, a parejas de la lucha contra la corrupción y las ilegalidades. También se daba a conocer la aprobación de la política bancaria y de créditos para las personas naturales, lo que de hecho ratifica el rumbo delineado en relación con la ampliación de opciones para ejercer el trabajo por cuenta propia, cuya importancia en el escenario económico, laboral y productivo del país se mantiene firme y recibe el respaldo estatal a través de la actualización del modelo cubano. Mediante las disposiciones anunciadas, se otorgarán créditos a los productores agropecuarios para la compra de medios de trabajo e insumos en las unidades de comercio minorista, con el objetivo de elevar la producción de alimentos del país; e igualmente a las personas autorizadas a ejercer el trabajo por cuenta propia para financiar el capital de trabajo y las inversiones a través de la compra de bienes, insumos y equipos. Asimismo, se abrirá a los cuentapropistas el amplio mercado de las entidades estatales, a las que podrán vender productos y servicios, previo contrato entre las partes, para todo lo cual el Banco Nacional ha de seguir fortaleciendo su papel en la economía cubana. Son algunas de las medidas prácticas de trascendencia, en relación con los cambios que se instrumentan en el accionar económico y administrativo del país, entre las que reitero el énfasis puesto en la reunión ampliada del Consejo de Ministros en el vital combate de la corrupción administrativa y las ilegalidades, a través de acciones eficaces y pertinentes. Pero para observadores del día a día, como este “bloguero” voluntario por cuenta propia, la actualidad económica, administrativa y social no transcurre sobre colchones de aire ni nubes de ilusión en Cuba.

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO

Hemos acumulado demasiado tiempo de prácticas gerenciales sin debido control interno, con ausencia de adecuada supervisión técnica integral, donde el voluntarismo muchas veces ha prevalecido sobre los registros y balances minuciosos de contabilidad y otras formas de verificar que se cumpla con probidad el deber de funcionarios designados para administrar bien, y no para fomentar ni lucrar con sus influencias. Es un contexto de contradicciones entre lo viejo que se agarra con las uñas y los dientes, empobrecido, enmohecido y hasta entristecido, para parafrasear definiciones que gustaba emplear a Manuel Luzardo, viejo dirigentes del Partido Socialista Popular (Comunista), cuando se desempeñaba como Ministro de Comercio Interior en la década del 60 del siglo anterior.

Luzardo se refería entonces a rezagos del capitalismo. Hoy esos vicios, por así llamarlos, también se aprecian, pero en relación con etapas paternalistas, quienes idealizaron las relaciones de producción socialistas, al extremo de suprimir retribuciones salariales con arreglo al trabajo, tales como sistema de pago a destajo, y otras fórmulas de estimulación material sin vincularlas al imprescindible incremento de la productividad.

También se magnificaron creencias subjetivas de que todo se resolvería sobre la base de una especie de inspiración mesiánica, que supuestamente garantizaría puntual asistencia al trabajo todos los días del año aunque se pagara el ciento por ciento del salario solo con decir que se estaba enfermo, o incluso la gente se jubilaba con su sueldo íntegro por “evidenciar determinadas actitudes éticas, que daban categoría mercantil al término “mérito laboral”, que se cuantificaba para determinar el mejor derecho como adquirente de algo…

Aunque no suelo hallar análisis sobre esos asuntos, que en su momento algunos enterados alertaron eran formas de violar la ley del valor en un sistema de producción mercantil –el socialismo, al menos en teoría, también es un sistema de producción mercantil-- lo cierto es ellos estuvieron en la base de las consecuencias ulteriores y que hoy siguen lastrando el valor del trabajo en Cuba.

NO SE PUEDE VIVIR DEL CUENTO EN HORARIOS DE TRABAJO

Lo cierto que aquellas inspiraciones subjetivas en el ámbito de la economía y la administración, sin diferenciar el aporte de cada cual, sino aplicando fórmulas igualitaristas, que supuestamente “saltarían etapas en la construcción del socialismo”, no tienen hoy nada que hacer en la actualidad ni en el futuro de las relaciones de producción socialistas. Pero décadas después de tales ilusiones fallidas –independientemente de los factores exógenos que han dañado y siguen dañando a la economía cubana, incluido el brutal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos con carácter extraterritorial--, hoy todavía se observan ciertas actitudes de quienes desde alguna función de dirección pretenden que “la vida siga igual” y se asustan ante la posibilidad de que el señor control y la señora auditoría descubran verdades ocultas que han de aflorar para que todo cambie para mejor, sin que nadie, por supuesto, quede desamparado, pero también sin que muchos que puedan trabajar y producir y no lo hacen, continúen viviendo del cuento sin ser escritores, sino meros “cuentistas en horarios de trabajo”. Para estos, también la opción de emplearse como “cuentapropistas” será mucho mejor, más saludable y menos onerosa para la sociedad, que seguir soñando con los peces de colores… Por mi parte, más de siete décadas después de haber abierto los ojos en esta isla, sigo fiel al principio de mi maestro José Martí: “Ganado me tengo el pan, hágase el verso”.