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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Honor y gloria a todos los mártires de la patria

Honor y gloria a todos los mártires de la patria

Roberto Pérez Betancourt

Los cubanos dedicamos cada 30 de julio a reconocer los excepcionales méritos de quienes ofrendaron sus vidas, haciendo valer la esencia del pensamiento martiano de que Patria es ara y no pedestal, y así honramos a todos los mártires, aquellos que desinteresadamente pusieron el honor por delante.

El 30 de julio del año 1957, hace 59 años, cayeron asesinados los revolucionarios Frank País García, jefe del Movimiento 26 de Julio en Santiago de Cuba, y su compañero de luchas Raúl Pujol.

En igual fecha de 1958 murió en combate René Ramos Latour, sucesor de Frank en la dirección revolucionaria, que ya comandaba Fidel Castro en la Sierra Maestra.

Este reconocimiento no puede apartarse en la memoria de los mambises que batallaron contra las huestes coloniales españolas. Ellos se integran en continuidad histórica con los que lograron más tarde la definitiva independencia de Cuba.

Suele recordarse particularmente cada 30 de julio los rasgos de la personalidad admirable de Frank País, por constituir paradigma del joven revolucionario, desprendido y sincero.

Al enterarse de la muerte de Frank, el pueblo de Santiago de Cuba se lanzó a la calle, desafiando la represión de los guardias de la dictadura.

A la hora indicada salió el sepelio. A Frank lo vistieron con el uniforme verde olivo y el brazalete rojo y negro del 26 de Julio. Sobre su pecho situaron una boina y una flor blanca, y fue condecorado con tres estrellas como General de la Revolución.

René Ramos Latour (Daniel) había sido dirigente del Movimiento 26 de Julio en la “Nicaro Nickel”. Más tarde subió a la Sierra Maestra en el primer grupo de refuerzo. De nuevo en el llano llevó a la práctica la idea de Frank de crear milicias urbanas. Participó en los preparativos de la huelga de abril de 1958 y dirigió el ataque al cuartel de Boniato. De regreso a la Sierra, Fidel le entregó a Ramos Latour el mando de una nueva columna. El 30 de julio de ese año, en la zona conocida como “El Jobal” un obús de mortero le arrancó la existencia.

Frank País García, insustituible

En un proceso iniciado desde la prisión, entre mayo y junio de 1955, surgió el Movimiento Revolucionario 26 de Julio comandado por Fidel Castro, a partir de los moncadistas, al que confluyeron figuras procedentes de otras organizaciones.

Se abría una nueva etapa en la lucha revolucionaria. Entre los incorporados se distinguía Frank País García, dirigente estudiantil y profesor de la Escuela Normal para Maestros de Oriente, quien llegaría a ser el jefe nacional de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio.

Procedente de una familia humilde, Frank experimentó desde temprana edad las privaciones y el sacrificio; se percató de las necesidades objetivas de su Patria; de los males que la aquejaban, al ser pisoteados sus más elementales derechos por parte de las administraciones que se sucedían en Cuba desde 1902, y comprendió que la única vía posible para la plena soberanía del pueblo era la lucha armada.

Frank inició la creación de un frente común de lucha contra la tiranía de Fulgencio Batista, y núcleo a elementos verdaderamente revolucionarios. Fue el artífice del movimiento clandestino; el que sentó las bases para la lucha guerrillera en las indómitas montañas orientales y el que forjó la retaguardia del heroico Ejército Rebelde que surgía en la Sierra Maestra.

Cimentaba Frank su ideología política en el pensamiento de José Martí y lo traducía en conciencia de disciplina de la lucha y del sacrificio. Organiza las direcciones del Movimiento 26 de julio desde la base, forma la Resistencia Cívica y reestructura el sector obrero con vistas a la huelga general y su pensamiento evoluciona hacia ideas cada vez más radicales.

El 30 de julio de 1957, poco después del mediodía, Frank País García y su compañero de lucha revolucionaria, Raúl Pujol Arencibia, fueron vilmente asesinados por fuerzas de la policía en un lugar conocido por el Callejón del Muro, en Santiago de Cuba. Su sepelio fue la más grande demostración de duelo popular que jamás se viera en esa heroica provincia. Su caída, como expresara Ernesto Che Guevara, fue “…la pérdida más grande de la Revolución”.

Hoy, en el altar de la patria agradecida, Frank País sigue siendo el insustituible compañero de todas las batallas, cuyo ejemplo de abnegación y sacrificio compromete y obliga. Ciertamente, el 30 de julio de cada año es un día especial para los cubanos: Día de todos los mártires.

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