Administración de EE.UU. sigue sin escuchar al mundo
Roberto Pérez Betancourt
Con el bloqueo genocida (embargo) contra Cuba, la Administración de Estados Unidos sigue sin escuchar al mundo, al extender esa práctica ilegal por más de medio siglo y desoír la opinión mayoritaria expresada en el seno de la Asamblea general de la ONU.
Pero nuestro país no se amilana, y una vez más, en octubre, volverá a presentar ante ese foro el informe denominado Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba, contentivo de datos que ilustran la magnitud de la agresión que sigue cometiendo el país más poderoso del orbe contra una nación pequeña, pero que no se rinde ni da tregua en la defensa de su soberanía e independencia política y económica.
La realidad es que el bloqueo sigue apretando clavijas arbitrarias, de carácter extraterritorial y con marcado énfasis en el ámbito financiero para impedir que instituciones de otros países establezcan o mantengan cualquier vínculo de colaboración y negocios con la Isla, práctica chantajista, típica del carácter imperial estadounidense.
En el informe de Cuba trasciende el daño ocasionado a nuestro país por la aplicación de esta política, considerando la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional: un billón 112 mil 534 millones de dólares (USD); mientras que a precios corrientes, durante más de 50 años, el bloqueo ha provocado perjuicios por más de 116 mil 880 millones de dólares.
Son cifras abrumadoras, registradas con apego a la más estricta veracidad y fundamentadas en hechos concretos, como la imposibilidad de acceder a mercados y a productos y tecnologías necesarias para la producción, la salud púbica, la educación, la alimentación del pueblo, y que ocasionan el encarecimiento de cuanta gestión se intenta realizar por vías alternativas, suma de factores que afectan la vida de las familias cubanas, el desarrollo ý crecimiento de la nación, asuntos que una vez más, con la dignidad ganada en la arena internacional, el pueblo cubano reiterará este año en la ONU, donde, sin dudas, el imperio volverá a recibir un cubo de agua helada lanzado por el mundo en nombre de la decencia y la condición humana.
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