Economía cubana y crecimiento
Roberto Pérez Betancourt
El crecimiento económico de Cuba depende de factores identificados: Mejor aprovechamiento de las capacidades de producción de bienes y servicios exportables; sistematizar el ahorro de materias primas, materiales e insumos importados, y garantizar un control interno verídico, que acabe con las filtraciones de recursos, ponga fin a prácticas corruptas y sistematice la contabilidad con resultados confiables.
Todos estos son asuntos que dependen de las propias fuerzas administrativas y laborales de nuestro país.
Pero hay otros factores del crecimiento económico que no dependen solo de la voluntad nacional, porque están sujetos a condiciones objetivas externas, tales como la inversión de capital extranjero y el bloqueo económico, comercial y financiero, que Estados Unidos aplica a Cuba con carácter extraterritorial desde hace más de medio siglo, y que en los últimos tiempos ha arreciado la persecución contra entidades bancarias de diferentes países, en afán extremo por cerrar esos necesarios vínculos con la nación cubana.
Conocido este contexto, se necesita seguir ampliando la exportación de bienes y servicios. Estos últimos representan cerca de las tres cuartas partes de los ingresos monetarios anuales, según cifras oficiales, y dependen del principal capital cubano: la fuerza laboral calificada.
Otros rubros necesitan de mayor eficiencia para elevar resultados, como las producciones de hidrocarburos, la agroindustria cañera y la agropecuaria, susceptibles de multiplicar los valores sobre la base del trabajo responsable.
Observemos que el más reciente dato de crecimiento económico nacional apenas rebasó el 0,6 por ciento en los últimos meses, muy insuficiente respecto del 10 por ciento básico que se necesita para hablar de verdadero crecimiento económico.
Como han observado expertos, ese indicador solo será posible mediante fuertes inversiones de capital foráneo en ramas cuyo potencial esperan por ese impulso. Consciente de esto, el Estado cubano abre amplias posibilidades y promueve atractivas opciones inversionistas.
Pero mientras esa realidad no sea un hecho, el ahorro, la eficacia y el control, junto con la eficiencia en lo que producimos y los servicios que exportamos deberán seguir siendo objetivos fundamentales prioritarios, en Matanzas y en todo el país.
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