Chávez y Fidel, amistad que trasciende el tiempo
En fotos homenaje al presidente Hugo Chávez
Roberto Pérez Betancourt.
Cuando el 14 de diciembre de 1994, el Comandante en Jefe Fidel Castro recibió en La Habana a Hugo Chávez con honores de jefe de Estado, el mundo se sorprendió: ¿Quién era aquel militar, que poco antes había intentado tomar el poder en Venezuela y ahora recibía altos honores en Cuba, estrechando la mano del líder de la Revolución?
Los corresponsales en la Isla se enterarían poco después por boca del propio Chávez de quién era y qué proyectaba ser, al escuchar la conferencia magistral que ofreció en el Aula Magna de la Universidad de La Habana.
Había nacido la amistad profunda entre Fidel y Chávez, que trascendería la formalidad diplomática para devenir auténtica relación filial.
La refundación de la república fue el emblemático programa revolucionario que Chávez hizo llegar a sus conciudadanos en los dos años siguientes.
En sus discursos, las palabras dirigidas a Fidel estaban siempre presentes para agradecer enseñanzas y ejemplos.
Cuando el 6 de diciembre de 1998 Hugo Chávez fue electo presidente de Venezuela, entre los primeros en felicitarlo estuvo Fidel Castro, quien en octubre del año 2000 abrazaría a su amigo entrañable en la propia Caracas, donde ambos, como José Martí en su día, se llegarían al pie de la estatua de Simón Bolívar para testimoniar su consagración a la lucha a favor del pueblo.
Allí, en Caracas, surgió el primer acuerdo de cooperación integral entre Cuba y Venezuela, rubricado por Chávez y Fidel.
Cuatro años después, en diciembre 14 de 2004, el gran sueño de unidad latinoamericana comenzó a nacer con la fundación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos.
Muchos más fueron los momentos de confraternidad entre Chávez y Fidel, entre los que destaca aquel día especial de 2004, cuando el líder bolivariano recibió la Orden Carlos Manuel de Céspedes, de la República de Cuba, y poco después en 2005, el Premio Internacional José Martí, de la UNESCO, que el propio Fidel le entregara a Chávez.
El devenir deparaba nuevos instantes de gloria, de sonrisas y de éxitos, y también de tristezas, cuando la terrible noticia se supo: Chávez ya no estará más físicamente. Pero sus ideas cabalgarán para todos los tiempos en la vanguardia unitaria de América Latina, junto al ejemplo invicto de Fidel Castro.
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