Aniversario 50 de la Revolución Cubana
El Ejército Rebelde comienza la justicia social agraria
Roberto Pérez Betancourt
El 10 de octubre de 1958, justamente en el aniversario 90 del inicio de la Guerra de Independencia de Cuba frente a España, Fidel Castro promulgó en la Sierra Maestra la Ley tres del Ejército Rebelde, que ponía en marcha la verdadera justicia social agraria en el país.
Días antes, el 21 de septiembre de 1958, en el lugar conocido por Soledad de Mayarí Arriba, con la asistencia de unos 160 delegados de parte del territorio oriental, se había efectuado el Congreso Campesino en Armas, presidido por el Comandante Raúl Castro.
La Ley tres fue precursora de las dos de Reforma Agraria que fueron promulgadas tras el triunfo de la Revolución, el 17 de mayo de 1959 y el tres de octubre de 1963, respectivamente.
Con el documento aprobado hace 50 años, se iniciaba la materialización del programa que el propio Fidel había anunciado en su alegato La Historia Me Absolverá, tras los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de julio de 1953.
Esos sucesos despertaron la conciencia nacional frente a la tiranía pro imperialista que desgobernaba la nación.
En esa oportunidad, el líder revolucionario subrayó que lo inconcebible era que la mayoría de las familias de los campos cubanos estuvieran viviendo casi en peores condiciones que los indios encontrados por Colón al descubrir la tierra más hermosa que ojos humanos vieron.
El derecho de los campesinos a la tierra, la entrega de títulos de propiedad a arrendatarios, subcolonos, precaristas, colonos, aparceros y subarrendatarios, que laboraban extensiones de cinco o menos caballerías en zonas ya liberadas por el Ejército Rebelde, pasaba a ser una realidad en las áreas ya liberadas por la insurrección armada.
En el espíritu de la Ley revolucionaria destacaba su carácter programático, la anticipación de lo que vendría una vez conquistada la victoria, y cuyo efecto inmediato se tradujo en el fortalecimiento del apoyo a la lucha armada, especialmente en el sector rural.
Líderes que a lo largo de la historia de Cuba entregaron sudor y sangre en luchas por el derecho a la tierra, serían vindicados en las acciones de la Revolución, entre ellos Lino Álvarez, líder del levantamiento armado en el Realengo 18, (1933-34) y Romárico Cordero, artífice de la Federación Campesina de Oriente (1938).
En una nueva etapa del devenir agropecuario, acorde con realidades socioeconómicas, la Revolución ha iniciado ahora la entrega tierras que permanecían ociosas a quienes se dispongan a labrarlas con espíritu cooperativo y auténtica intención de multiplicar los frutos.
Se trata de un proceso que ratifica la posibilidad cierta de la subsistencia de diferentes formas de propiedad (estatal, cooperativa y campesina) en un clima de franca interrelación y mutua colaboración, dirigido al desarrollo y crecimiento socioeconómico de la nación cubana.(AIN) (09/10/08).
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