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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

RENÉ, VENCEDOR DE SOLEDADES Y TRISTEZAS

 

Por Roberto Pérez Betancourt

 

   Este 13 de agosto, René González Sehwerert cumple 51 años de edad en   la prisión injusta, donde cada día de los últimos nueve veranos ha alimentado su voluntad con victorias sobre tristezas y soledades, frente a la perversa intención de quienes intentan doblegar su conciencia y su noble corazón de patriota.

 

   No lo han conseguido los gobernantes estadounidenses.

   René, como Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González y Antonio Guerrero fueron detenidos en Miami por el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos, el 12 de septiembre de 1998, por

informar sobre los planes terroristas fraguados en esa ciudad para atentar contra Cuba y los propios norteamericanos.

   Posteriormente ellos fueron sometidos a juicios caracterizados por ensañamiento político y arbitrariedad procesal, y recibieron penas que de conjunto suman cuatro cadenas perpetuas y 77 años.

   El gobierno de George W. Bush ha acudido a todo tipo de artimañas para lograr sus fines políticos: mantener tras las rejas a Los Cinco, como se les conoce internacionalmente, mientras tiende una cortina de

humo para impedir que la verdad del encierro injusto llegue a conocimiento de los norteamericanos.

   A las torturas, y presiones sicológicas a que han sido sometidos se adiciona, en el caso de René y Gerardo, la negativa de visas a sus respectivas esposas.

   Por esa causa, René González pasará otro cumpleaños sin poder encontrarse con Olga Salanueva, quien anhela tomarse al menos una foto junto a él y a sus dos hijas.

   A pesar de todo, no existe odio en el corazón de René, nacido en Chicago, EE.UU., en el seno de una familia de inmigrantes cubanos que luego del triunfo de la Revolución retornó a su Patria, el dos de octubre del año 1961. A finales de 1990, él volvió a Estados Unidos

para cumplir una tarea vital: luchar contra el terrorismo contra Cuba.

   "El mundo mejor no se construye sobre el odio", declara René en epístola que sirve de base a una entrevista a distancia realizada por la revista cubana Bohemia, y en esas nueve palabras se siente la sinceridad de una persona que, a pesar de lo mucho que ha sufrido, es

incapaz de odiar.

   La huella profunda e imborrable del tiempo transcurrido tras las rejas lo lleva a decir: "En cuanto al mayor dolor --después del sentido de la pérdida personal, los años dejados de vivir junto a tus seres queridos y las obligadas renunciaciones--, radica en observar un mundo

de injusticias desde una posición de absoluta impotencia."

   Pero en medio del dolor real, le reconforta saber que la moral multiplicada por el ejemplo de él y de sus compañeros de cautiverio impulsa no solo a sus compatriotas, sino también a millones de personas

de todos los continentes que han hallado en la verticalidad de Los Cinco un poderoso sentido para retroalimentar su propia lucha en pos de una justicia verdadera.

   Por eso, y por muchas más razones, en este 13 de agosto, cumpleaños 51 de René, y también 81 del Comandante en Jefe Fidel Castro,

perseverará la certeza de que Los Cinco retornarán al seno del pueblo, que renueva la esperanza con puños apretados y corazones abiertos.

   Siete días después, el 20 de agosto, los abogados defensores de Los Cinco dispondrán apenas de 30 minutos para presentar sus alegatos orales ante el pleno tribunal de Apelaciones del quinto distrito de Atlanta, Georgia. La Fiscalía tendrá igual oportunidad para reiterar mentiras  e intentar que se prolongue aun más el encarcelamiento indebido de los cubanos.

La humanidad consciente dispondrá hasta entonces de su voluntad para cerrar filas en marchas de protestas, que ya se alistan en los propios Estados Unidos y en otros países, para exigir que cese el hostigamiento contra los inocentes y estos hombres puedan retornar al seno de sus respectivas familias.

 

ENCARCELAR AL AMOR,  MISION IMPOSIBLE PARA  BUSH

 

Aunque el gobierno de George W. Bush niega sistemáticamente  visa a Olga Salanueva para  visitar a su esposo, la malsana intención de encarcelar también al amor entre amos ha resultado  misión imposible de realizar.

Este 16 de agosto se cumplen nueve años desde que Olga vio por última vez a su cónyuge René González. Al referirse al amor a primera vista que hace 25 años los unió,  él   declaró  a la revista Bohemia:

"Hemos tenido que soñarnos mutuamente durante las dos terceras partes de nuestro matrimonio, aferrándonos a los ocho años de felicidad plena que hemos compartido juntos y en los que hemos constituido nuestra hermosa familia.

“Sobre ese   período de una alegría casi perfecta, y mucho  amor, se sostienen los sueños de un futuro juntos  al que sigo mirando con optimismo; y donde la veo a ella hermosa en su madurez, sonriendo mucho y  llena de ternura. Espero poder retribuirle con  creces su fidelidad, su cariño incondicional y los  valores humanos que ha vertido sobre nuestra relación."

Como castigo adicional contra René y su esposa Olga, por no prestarse ambos al chantaje pretendido por la Fiscalía, la Administración de W. Bush ha negado el derecho constitucional de la pareja a entrevistarse en la cárcel, como han denunciado reiteradamente organizaciones de derechos civiles.

Salanueva afirma que ha sido borrada definitivamente de la lista de posibles visitantes de René, y exige “… entrar a la cárcel donde está mi esposo. Es un derecho de él como prisionero, mío  y de sus hijas. Y todavía no tenemos una foto juntos. Hasta eso nos  niegan, y pensamos hasta cuándo tendremos que esperar”.

El Servicio de Inmigración de EE.UU. ridículamente  afirma que Olga “representa una amenaza” para la seguridad de ese país, aunque no aporta prueba alguna al respecto.

El tema de visitas familiares a prisioneros federales ha sido  tratado por la Corte Suprema de Justicia de EE.UU., la cual sostuvo claramente  que si la Constitución de ese país protege algún interés, ese es el de mantener la familia, por lo que  una agencia gubernamental no puede  obstruir las relaciones de un recluso con su esposa e hijos.

La Constitución de los Estados Unidos anula cualquier estatuto, incluyendo los de inmigración, por lo que resulta violación muy clara y básica impedir que las familias, como en el caso de René y Olga, mantengan lazos de unión.

Incluso por razones pragmáticas,  el propio Buró de Prisiones Federales exige que sean permitidas las visitas familiares,  porque alega haber  comprobado que cuando un recluso es visitado regularmente por su familia, este deja de ser un problema para la institución.

El gobierno estadounidense ya ha recibido una carta de protesta de Amnistía Internacional en la que se señala que el derecho internacional establece que a todo recluso debe permitírsele ver a sus familiares. Este es claramente un requisito humano del derecho internacional.

En una carta dirigida a su esposa el seis de noviembre de 1998, René le dice a Olga, quien también pasó tres meses arbitrariamente prisionera  en cárceles norteamericanas antes de ser deportada a Cuba:

 “…Sé feliz a toda costa, no te permitas un pensamiento pesimista, o un recuerdo desagradable, o la huella de una bajeza que alguna vez te hizo vivir un mal momento. Piensa que todas esas cosas las venciste dentro y fuera de la  cárcel, a golpe de carácter, de moral y de principios... Lo que más   me gusta: pensar en tí y construir en mi mente nuestro futuro  juntos".

¿Encarcelar al amor? Por supuesto que seguirá siendo misión imposible para W. Bush y todos los de su misma calaña.

El 20 de agosto en Atlanta, Georgia, y en muchas localidades norteamericanas más, al igual que frente a las embajadas de ese país en numerosas naciones, los pueblos que luchan contra la maldad y la injusticia también harán sentir sus alegatos en pos de la libertad de Los Cinco.

   

 

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