PLAYA GIRON. ACTUALIDAD DE UNA MORALEJA DE 46 AÑOS
Por Roberto Pérez Betancourt
En la madrugada del 17 de abril de 1961 el gobierno norteamericano, presidido por John F. Kennedy, inició la invasión al sur de Cuba, por Playa Girón (Bahía de Cochinos), con mil 500 mercenarios reclutados, armados y entrenados con el propósito de derrocar a la Revolución triunfante y reinstaurar el régimen de explotación social favorable a sus intereses hegemónicos.
Ese intento fracasó estrepitosamente. El heroico ejemplo de resistencia y victoria del pueblo cubano resultó tan impactante a escala mundial, que a 46 años del suceso sus ecos sirven de referencia en los tiempos actuales a los pueblos que luchan en pos de alcanzar su verdadera soberanía.
El día anterior al desembarco de los mercenarios, aviones norteamericanos camuflados con las insignias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias habían bombardeado los aeropuertos militares en Cuba. A pesar de los estragos causados no lograron su objetivo de destruir la escasa flota de defensa aérea, cuyos pilotos escribirían páginas heroicas en el rechazo a los invasores.
Las huestes mercenarias fueron integradas con esbirros, asesinos, políticos corrompidos, delincuentes, burgueses adinerados y otros individuos que habían huido de Cuba en los primeros años de Revolución, temerosos todos de adaptarse a un sistema social que auguraba cambios radicales a favor de la probidad y la justicia social.
El intrincado sitio escogido, la Ciénaga de Zapata, era ideal para los planes de los invasores, quienes disponían de apoyo naval y aéreo, cinco tanques, 10 camiones armados con ametralladoras, 19 morteros, 18 cañones y una gran cantidad de municiones. Aspiraban a consolidar una cabeza de playa para desde allí solicitar la intervención directa del gobierno estadounidense.
Pero los estrategas norteamericanos no tomaron en cuenta que en 27 meses y medio de Revolución triunfante, los habitantes de esa ciénaga por vez primera habían conocido el sentimiento de saberse personas y gozar de todas los derechos en igualdad de condiciones, y no estaban dispuestos a renunciar a su nueva vida.
Fueron los cienagueros los primeros en rechazar la invasión con las armas en las manos. A ellos se sumaron batallones de milicianos, de la Policía Nacional Revolucionaria y combatientes del Ejército Rebelde, encabezados in situ por su Comandante en Jefe Fidel Castro.
La intrusión fue liquidada en unas 60 horas. Costó más de 150 vidas de personas humildes que combatieron conscientes de que defendían una Revolución socialista, y de civiles que perecieron bajo la metralla de los aviones estadounidenses.
Más de cinco siglos atrás el florentino Nicolás Maquiavelo, considerado un genio en el arte militar, había alertado: "Quien fíe su poder en las tropas mercenarias nunca lo tendrá firme y seguro, porque carecen de unión, son ambiciosas, indisciplinadas, infieles, valerosas contra los amigos y cobardes contra los enemigos".
En vano los expertos del Pentágono trataron de justificar aquel revés de su diplomacia y de sus armas. Ni siquiera les sirvió culpar a un presidente temeroso, quien no sospechaba entonces que poco después él mismo caería asesinado en las calles de Dallas, Texas, víctima de una conspiración aún sin aclarar, y poco más adelante su hermano Robert correría semejante suerte.
La moraleja de la confrontación, 46 años después, sigue siendo actual: un pueblo pequeño es capaz de vencer al opresor, aunque este posea muchas más armas y recursos económicos, siempre que el agredido cuente con la unión interna y la conciencia para mantener su lucha en cualquier circunstancia.
1 comentario
Rosa C. Báez -
La importancia de Girón no está en la magnitud de la batalla, de los combatientes, de los hechos heroicos que allí tuvieron lugar; la gran trascendencia histórica de Girón no es lo que ocurrió, sino lo que no ha ocurrido gracias a Girón".
Fidel Castro Ruz
http://lacomunidad.elpais.com/labaez/2008/4/21/playa-giron-adriana-vega