CHE GUEVARA: 40 AÑOS DE UN MENSAJE TRASCENDENTAL
Por Roberto Pérez Betancourt
El 16 de abril de 1967, hace 40 años, cuando Ernesto Che Guevara organizaba en secreto la lucha armada con la acción y la esperanza puestas en la liberación del yugo imperialista norteamericano en Bolivia y en otros países oprimidos de Latinoamérica, la revista Tricontinental daba a conocer el mensaje trascendental del Guerrillero a los pueblos del mundo. Abarca el documento un lúcido análisis del decursar internacional en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en especial sobre causas verdaderas de guerras regionales y el papel de interventor de rapiña y agresor despiadado que en ellas desempeña la oligarquía estadounidense a través de su poderío militar y chantaje a gobiernos de naciones controladas. Tras desmenuzar razones y medios apropiados para el combate popular frente a los opresores, Che sintetiza: “El elemento fundamental de esa finalidad estratégica será, entonces, la liberación real de los pueblos… a través de lucha armada, en la mayoría de los casos, y que tendrá, en América, casi indefectiblemente, la propiedad de convertirse en una Revolución Socialista.” Después que el Guerrillero Heroico cayera combatiendo en la quebrada del Yuro, Bolivia, y más tarde fuera asesinado por órdenes de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana, el nueve de octubre de 1967, en una escuelita de La Higuera, detractores intentaron desacreditar la fuerza de las ideas libertarias contenidas en su Llamamiento… Pero Che se multiplicó en todas las lenguas del planeta, y desde aquel aciago día de su caída física, su efigie flamea como bandera de combate en mítines obreros, protestas cívicas y respuestas beligerantes. Su magia unitaria ha contribuido a la proeza de relacionar voluntades diversas en pos del objetivo fijado en el legado doctrinario de combatir al imperialismo en cualquier parte. En América Latina, como apuntara Che: Lengua, costumbres, religión, amo común, unen a los pueblos oprimidos. El grado y las formas de explotación son similares en sus efectos para explotadores. Esa realidad se aprecia hoy más que nunca, cuando en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina y Nicaragua, los explotados han pasado a desempeñar papeles protagónicos. Cierto que en el transcurso de las últimas cuatro décadas, los métodos de lucha revolucionaria han evolucionado junto con condiciones objetivas y subjetivas de interdependencia y globalización, pero esto no desmiente la sustancia del pensamiento guevariano avalada por la práctica. Es así porque la oligarquía opresora no entrega sus armas bajo ninguna circunstancia. Para consolidar una victoria coyuntural obtenida en elecciones, siempre los pueblos tendrán que movilizarse y aglutinar todos los factores nacionales progresistas, incluidas las fuerzas armadas, para defenderse de la reacción y de las intervenciones foráneas. En ese contexto, el papel del internacionalismo -cercanamente presente en el documento de Che-, la importancia decisiva de las masas populares y el objetivo estratégico de construir un verdadero socialismo, son elementos visibles en los avances relativos que experimentan algunas de las naciones latinoamericanas referidas antes. No hay dudas que cuatro décadas después sigue reuniendo el mensaje de Che la frescura de su mente abierta y lenguaje directo, la audacia del intelectual de pensamiento propio, la garantía de lo legítimo por el ejemplo, el desinterés y la honradez, que aún sus más acérrimos enemigos tienen que reconocerle. Che legó a los humildes armas estratégicas imbatibles, contenidas en ideas como esta: “Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo... En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ese, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas”. El ejemplo trascendente, sedimentado con sangre generosa y verbo verídico, revela la razón del misticismo que a los indios de América los incita a unirse y levantarse en oleadas cívicas, mientras rinden homenaje de santo a Che. .
0 comentarios