DESCRÉDITO Y FRACASO DEL GOBIERNO DE W. BUSH EN EE.UU.
Por Roberto Pérez Betancourt
Escándalos y continuos chascos en la política belicista y doméstica del Gobierno estadounidense de George W. Bush, lo llevan a una debacle total. El asesor político Kart Rove, considerado 'el cerebro de W. Bush', podría ser citado a declarar ante el Congreso por presunta participación en el escándalo sobre el despido de ocho de los 93 fiscales federales y de otros funcionarios de alto rango, discrepantes de la política oficial.
El Senado investiga si el despido de funcionarios se debió por sus pesquisas sobre la actuación indebida de personajes del Partido Republicano, lo que ha motivado presiones bipartidistas para que renuncie el actual ministro de Justicia,Alberto González, designado por el principal inquilino de la Casa Blanca. Otros factores adversos a los magnates que detentan el poder ejecutivo en EE.UU. son la revelación de una operación secreta de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para obtener ventajas políticas, pésima atención médica a veteranos de la guerra de Iraq y violación de leyes sobre privacidad por el Buró Federal de Investigaciones (FBI). El vicepresidente Richard Cheney podría ser enjuiciado por facilitar que se revelara públicamente la identidad de Valery Plane como agente de la CIA. Esa delación fue un pase de cuenta al esposo de esta, quien se negó a certificar la existencia de armas de exterminio masivo en Iraq, una de las justificaciones de W. Bush para lanzar la invasión contra ese país árabe. Tradicionalmente el FBI ha rastreado la vida privada de norteamericanos, pero hoy lo hace en forma brutal, sin que medie la aprobación de un juez, amparándose en la llamada Ley Patriota, aprobada con la justificación de los sucesos del 11 de septiembre de 2001, y en flagrantes violaciones de leyes federales. Entre la población estadounidense el rechazo al mandatario estadounidense se elevó al 70 por ciento, y al 73 el repudio a la guerra contra Iraq, según encuesta del semanario Newsweek, en momentos en que se multiplican manifestaciones públicas en ciudades norteamericanas y de otras naciones para exigir que los soldados retornen del Medio Oriente. No obstante, el empecinado Presidente W. Bush declaró en la Casa Blanca que puede ganar la guerra en Iraq y pidió paciencia, aunque admite que tardará meses en lograrlo. 'A Bush no le queda mucho tiempo... antes de que se termine su segundo mandato, y todavía le restan muchos problemas por resolver', declaró a la prensa internacional David Corbin, politólogo de la Universidad de New Hampshire. Un monitoreo de la prensa digital estadounidense muestra reportes como el del diario The Washington Post, sobre el fallecimiento de un niño negro de 12 años de edad por infección en una muela y falta de seguro médico para cubrir el costo del servicio dental, ejemplo del desamparo de salud que afrontan unos 40 millones de habitantes en EE.UU. Desde ese país, el politólogo Noam Chomski opinó vía telefónica, que el de W. Bush es el Gobierno más abierto violador del derecho internacional en la historia estadounidense, heredero en ese sentido de la Administración de Ronald Reagan. Citó el experto a Condoleezza Rice, secretaria de Estado, y a John Bolton, ex embajador de EE.UU. en la ONU, cuyas declaraciones evidencian el desprecio por la legalidad y en particular la reiterada infracción de la Carta de esa entidad internacional. Chomski refirió ejemplos sobre violaciones de los derechos humanos y la inmunidad con que actúan líderes que deciden cometer crímenes de guerra. Televisoras extranjeras muestran en estos días marchas multitudinarias en ciudades norteamericanas para rechazar la guerra, calificada por el senador demócrata Joseph Biden como 'política ridícula' del Presidente W. Bush, quien debiera ir a juicio político, según Ramsey Clark, ex secretario de Justicia. Agencias de noticias reportan la muerte de otros nueve militares estadounidenses en acciones de la resistencia iraquí, que elevan a tres mil 220 los fallecidos, sin contar los decesos entre 38 mil 656 heridos y unos nueve mil desaparecidos, considerados desertores, en la guerra que el martes 20 de marzo cumple cuatro años de desatada bajo falsas justificaciones. Mientras, en Afganistán, casi seis años después de la invasión norteamericana y de la ocupación por tropas de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), siguen sucediendo ataques comandos con bombas a los invasores, y los insurgentes controlan al menos 20 distritos de tres provincias limítrofes con Pakistán. Llama la atención que la compañía Halliburton, que durante cinco años dirigió el vicepresidente Dick Cheney, está mudando su sede principal en Estados Unidos hacia el Emirato de Dubay 'para estar más cerca de sus intereses petroleros'. Sobre la posibilidad de que el Presidente W. Bush sea enjuiciado en el Congreso, analistas recuerdan que ha cometido variados y graves delitos que justifican ese paso, como establece la ley, pero es posible que los congresistas demócratas estén dilatando el proceso para que el Partido Republicano llegue totalmente desacreditado a las elecciones del año próximo.
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