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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

CUBA, Revolución y obra

24 de febrero de 1895: Revolución para todos los tiempos

24 de febrero de 1895: Revolución para todos los tiempos

Roberto Pérez Betancourt 

 Este 24 de febrero, aniversario 125 del Grito de Independencia, que en varios puntos de la Isla de Cuba levantó a los patriotas en la segunda etapa de la guerra contra el colonialismo español, marca un momento definitorio para la libertad de la patria, continuación de la Guerra del 68, Revolución para todos los tiempos.

. José Martí y Pérez, Apóstol de los ideales patrios, fue artífice de la unidad y organizador ejemplar de esta epopeya, que daba continuidad a la iniciada por Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, el 10 de octubre de 1868.

 Tres meses después de iniciada la “La guerra necesaria”, como llamaría Martí al alzamiento armado del 95, el propio fundador del Partido Revolucionario Cubano, con los grados de General, caía en combate frontal, de cara al sol, como lo había soñado.

  Máximo Gómez y Antonio Maceo lideraron las acciones que extendieron la guerra desde oriente hasta occidente, poniendo en jaque a las tropas españolas.

 Fue la oportunidad esperada por los gobernantes estadounidenses para desatar la primera guerra imperialista de la historia.   Pretextando ayudar a los cubanos, Estados Unidos entró en campaña frente a España, oportunista intervención basada en la superioridad técnico-militar y privilegios logísticos, habida cuenta la cercanía del naciente imperio con la zona de confrontaciones.

  Lograron los yanquis sus objetivos con la firma del tratado de París el 10 de diciembre de 1898, mediante el cual la nación norteamericana adquiría el control total sobre Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

  Habría que esperar 61 años hasta que los mambises del siglo veinte comandados por Fidel Castro destronaran al dictador Batista, servil benefactor de los gobiernos yanquis, y Cuba finalmente pudiera proclamar su  independencia y soberanía política, que sigue defendiendo virilmente frente a las ambiciones del vecino imperial, cuya actual administración de Donald Trump ha reforzado el genocida bloqueo económico, comercial y financiero, que desde hace casi 60 años pretende estrangular a las familias cubanas.

 Inclaudicables, como todos los cubanos dignos, las generaciones actuales prosiguen en la resistencia y en la lucha por el desarrollo económico, político y social de la nación, sobre la base de la justicia toda, con la divisa de la verdad, inspirados en la herencia patriótica de los mambises del siglo XIX, que lucharon contra el colonialismo español y vencieron,  la de los que en el siglo XX, con Fidel al frente, alcanzaron la independencia verdadera,  destronando a la dictadura sangrienta y pro imperialista de  Fulgencio Batistas, y a los del siglo XXI, que prosiguen la tradición de no ceder nada ante el imperialismo, que no cesa en sus intentos por derrocar a la Revolución triunfante para apoderarse de Cuba,  ambición recurrentemente fallida por todas las  administraciones norteñas, incapaces de doblegar a los cubanos que aman a su patria, dispuestos a seguir resistiendo hasta el infinito, porque la Revolución que nació en el 68 es para todos los tiempos. (TVY)21/02/20). 

Martí contemporáneo

Martí contemporáneo

Roberto Pérez Betancourt 

  Este 28 de enero José Martí y Pérez cumple 167 años de edad y sigue siendo nuestro contemporáneo, el hombre de verbo lúcido, cuyas ideas trascienden el tiempo real, ilustran, conmueven y orientan a partir del ejemplo, el que él nos legó con su ejecutoria honrada, su ética resplandeciente de enseñanzas morales, la limpieza de espíritu y la virtud de los hombres buenos, esos que nunca miran a la patria como pedestal sobre el cual encaramarse para lucrar en beneficio propio, sirviendo de mercenarios asalariados  pagados por  intereses mezquinos, los mimos que Martí alertara en su momento, cuando denunciara  las ansias de poder y de rapiña de  aquel naciente imperialismo a finales del siglo XIX.

   Del ejemplo martiano aprendemos todos los días, repudiando las intenciones malévolas de quienes miran a la patria como pedestal para sobre él recibir sobornos, prebendas, dádivas, a cambio de traicionar a su gente, a su pueblo, a los que resisten y están adentro, bregando día a día, sin dejarse arrastrar por cantos de sirena y voces de mercaderes del alma.

   “La patria es ara, no pedestal”, nos dijo el Maestro, y como altar sagrado que es la patria, a ella le rendimos honores y con Martí seguimos hacia adelante, dejando atrás a los pobres de espíritu, a los que se venden como Judas y por unas cuantas monedas sirviendo de sicarios al enemigo que quiere estrangular a nuestra gente y dejarnos sin patria.

   Ciertamente, Martí está junto a nosotros, como lo está Fidel Castro, su alumno primero y continuador igualmente activo a través de la obra y el ejemplo, en el surco y en la fábrica, en el aula y el laboratorio, en el arte y el deporte, en la trinchera de ideas y en la avanzada beligerante con la premisa en mente: “ganado me tengo el pan, hágase el verso”.

Fidel en Venezuela con Bolívar y Martí

Fidel en Venezuela con Bolívar y Martí

Roberto Pérez Betancourt

 

Este 23 de enero se cumplen 61 años de aquella memorable visita del Comandante en Jefe Fidel Castro a Venezuela, en 1959, pocos días después del triunfo armado de la Revolución cubana, cuya significación histórica reviste hoy actualidad total, en la reconocida comunión de intereses que acaban de suscribir los gobiernos revolucionarios de ambos países, mediante la reiteración de acuerdos trascendentales en todos los órdenes de la vida económica, política y social. 

Caracas, la capital de Venezuela, se vistió de fiesta aquel día memorable. Fidel llevaba consigo las ideas de Simón Bolívar y de José Martí, inspiradores de la lucha emancipadora que acaba de librar al frente de las gloriosas guerrillas.

  En el aeropuerto de Maiquetía una muchedumbre esperaba al líder cubano,   encabezada por el contralmirante  Wolfang Larrazábal y el periodista  Fabricio Ojeda, líderes de la Junta  que asumió el poder  en Venezuela el 23 de enero de 1958, cuando las fuerzas patrióticas  derribaron al  dictador Pérez Jiménez.

   Tras su llegada a Caracas, como José Martí en su época, Fidel rindió tributo al  libertador Simón  Bolívar, y en sus cuatro días de estancia en Venezuela, Fidel agradeció  al pueblo y a las fuerzas patrióticas  la solidaridad  brindada a la Revolución cubana.

   En premonitorias palabras, ante más de 300 mil venezolanos reunidos en la Plaza del Silencio Fidel expresó: "¡Ojalá que el destino de nuestros pueblos sea  un solo destino! ¿Hasta cuándo vamos a estar en el letargo? ¿Hasta cuándo divididos, víctimas de intereses poderosos? Si la unidad de nuestros pueblos ha sido fructífera, ¿por qué no ha de serlo más la unidad de las naciones? Ese es el pensamiento bolivariano."  Fin de la cita.

   La historia nos entregaría otras páginas trascendentes en las relaciones cubano-venezolanas tras el arribo al poder en la nación sudamericana de su líder el Comandante Hugo Chávez Frías, y su sucesor al frente de esa nación, su presidente Nicolás Maduro Moros con quienes Fidel igualmente estrechó perdurables lazos de hermandad.

   El 13 de diciembre de 2008, el entonces presidente de Cuba, Raúl Castro, declaró a su arribo a Caracas, en visita oficial, que su viaje tenía similar significación que el realizado por Fidel en 1959 y, como este, se dirigió a rendirle homenaje a Simón Bolívar.   En el aniversario 61 de aquella histórica visita de Fidel a Venezuela, el simbolismo de las acciones reseñadas renueva los lazos revolucionarios entre ambos pueblos y naciones, que hoy siguen más hermanados que nunca en propósitos comunes como la libertad, la justicia social y socialismo.

Fidel sigue entrando en el corazón de Matanzas, 61 eneros después

Fidel sigue entrando en el corazón de Matanzas, 61 eneros después

Roberto Pérez Betancourt

 

 Parece que fue ayer, pero han transcurrido 61 eneros desde aquel memorable día 7 de 1959, cuando el gallardo líder de la Revolución cubana, al frente de la Caravana de la Libertad, entraba en la ciudad de Matanzas, procedente del oriente cubano, para dirigirse a los ciudadanos  en un discurso histórico,  que 61 eneros después parece acabado de decir, porque, sin dudas, aquel Fidel, cada nuevo enero,  sigue entrando en el corazón de Matanzas y de los matanceros.

  El pueblo  recuerda el memorable suceso, lúcido en la mente de muchos ancianos que asistieron al parque de La Libertad “para ver y escuchar a Fidel”, como solían  repetir siempre aquellos veteranos trabajadores de la fábrica de Jarcias, ubicada en la barriada de Pueblo Nuevo, fortaleza del Movimiento 26 de Julio con Julián Alemán su líder obrero, y del partido Socialista Popular, del que los hermanos Díaz, como muchos otros de sus compañeros, eran militantes fieles en la lucha por la justicia social.

  Aquel verbo obrero, multiplicado en cada barrio de Matanzas, en cada industria zapatera, en la Rayonera, en Cubanitro, en la desfibradora de pencas de henequén, en la por entonces célebre “Plaza Roja” de la urbe, sitio de obligada reunión, en los locales sindicales, en la calle y en las plazas, se unió al convite de que  “Fidel va a hablar desde el Ayuntamiento”, y para allá fueron, a concentrarse en el parque de La Libertad, para vivir un minuto histórico, prolongado en el tiempo, el minuto también de este 7 de enero de 2020.

 Procedentes del este llegaron los caravanistas, cruzaron por Los Arabos, siguieron por la carretera central hacia Colón, Perico, Jovellanos y Limonar, y finalizaron en la ciudad de Matanzas, con el arribo al parque donde Martí aguardaba desde hacía rato y el bronce de La Libertad rompía cadenas en símbolo de actualidad soñada.

  “Tengo la impresión de que no ha quedado una sola alma en las casas de Matanzas. Tengo la impresión de que aquí está Matanzas entero; es todo el pueblo, y todo el pueblo unido.  Si a este pueblo, cuando estaba desarmado y cuando no estaba unido, no pudo aplastarlo la dictadura, ¿quién puede en estos momentos derrotar al pueblo de Cuba? “, así expresaría Fidel en una parte de su intervención pública, que devino diálogo con los matanceros.

  Después de descansar brevemente esa noche-madrugada, al otro día Fidel visitó a la madre de José Antonio Echeverría, en la ciudad de Cárdenas, donde el líder de la Revolución le rindió homenaje a quien encabezó los hechos del 13 de marzo de 1957 y firmó   con él la histórica Carta de México. 

 

Fidel Castro: Vigencia de una entrada triunfal en La Habana

 

Vigentes también se mantienen las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro transmitidas al pueblo cubano el ocho de enero de 1959, tras su entrada triunfal en la ciudad de La Habana, al frente del Ejército Rebelde.   "Creo que es este un momento decisivo de nuestra historia: La tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y, sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil".

  Así lo afirmó Fidel hace 61 años, y  el devenir corroboró la certeza de su juicio, enfrentó las dificultades y coronó los esfuerzos con logros impresionantes en todos los ámbitos de la vida política, socio-económica y cultural, para beneficio del pueblo cubano y de otras naciones favorecidas por una fecunda labor internacionalista

  Aquel día memorable, cuando la población habanera desbordó las calles y vibró de alegría incontenible con el arribo de Fidel al frente de la Caravana de la Libertad, igualmente permanece grabado en la memoria histórica de la Patria cubana con la misma intensidad con que lo vivieron actores y testigos del suceso.

  Las jornadas anteriores habían sido igualmente emotivas a lo largo del recorrido desde Santiago de Cuba, a partir del dos de enero, hacia la región occidental: Banderas, himnos, discursos, risas, llantos, abrazos y besos, decisiones, órdenes, hasta arribar al antiguo campamento militar de Columbia, sede del Estado Mayor del ejército derrotado.

  Allí, la legendaria Violeta Casal, voz femenina de Radio Rebelde, anunció la presencia del máximo líder de la Revolución, cuya imagen altiva fue multiplicada por la televisión y llevada al mundo, expectante porque un suceso insólito había ocurrido en aquella pequeña Isla del Caribe: Un puñado de hombres corajudos había vencido a un poderoso ejército.   "El destino de la Patria no puede ser nuevamente escamoteado", subrayó Fidel, recordando mentalmente, cómo el gobierno

de Estados Unidos había impedido la consumación plena de la independencia de Cuba frente al colonialismo español en las postrimerías del siglo XIX.  

  A pesar de los empeños recurrentes de  sucesivas Administraciones durante las seis décadas últimas  para mantener un genocida bloqueo económico, comercial y financiero destinado a estrangular a las familias cubanas y derrocar a la Revolución cubana, aquel alerta del Comandante en Jefe se ha materializado mediante continuas jornadas heroicas del pueblo en todos los frentes de batalla para preservar la soberanía nacional. 

   En las condiciones especiales de la política extremista que practica la actual administración estadounidense, encabezada por el multimillonario prepotente  Donald Trump, las enseñanzas y la guía de Fidel Castro cobran renovada actualidad, especialmente en la unidad de los cubanos para no ceder ante presiones y agresiones de todo tipo y apoyar en unión estrecha la indetenible marcha hacia el futuro, de la mano de los dirigentes actuales, del Partido, con Raúl al frente, y del Gobierno y el Estado, con Díaz Canel recordándonos con la misma ejemplaridad que Fidel, que todos, unidos,  somos el país que defendemos, la justicia social a la que no renunciaremos, la soberanía y la independencia que no tienen precio.

  (TVY) (07/01/20).

 

 

 

Unidos somos invencibles: ¡61 y pa´lante!

Unidos somos invencibles: ¡61 y pa´lante!

Roberto Pérez Betancourt

 

 La víspera de año nuevo en 1959, el dictador Fulgencio Batista había huido en avión para refugiarse bajo la sombrilla del dictador Leónidas Trujillo en Santo Domingo, junto a un selecto grupo de criminales, políticos corruptos y parte de su familia.

   En La Habana se orquestaba un golpe militar con la complicidad del embajador estadounidense Earl Smith. Vano intento de evitar que las guerrillas triunfantes con Fidel Castro a la cabeza tomaran el poder. 

    Desde la oriental ciudad de Palma Soriano, Fidel llamaba a la huelga general, ordenaba a sus tropas avanzar hacia Santiago de Cuba y La Habana, exigía la rendición de las guarniciones y reafirmaba: "¡Revolución sí, golpe militar no!"

   Poco después, al frente de la Columna Uno José Martí, Fidel entraba en la capital oriental donde pronunciaría esa noche un histórico discurso. En las primeras horas de la tarde la soldadesca de Batista se había rendido en Santa Clara.

   Tras un siglo de luchas con la participación de varias generaciones, legiones de mambises del siglo XX, con Fidel siempre al frente, entrarían triunfantes en cada una de las principales ciudades de Cuba para proclamar el triunfo de la libertad.

   Los esbirros corrían su consigna del momento: ¡“Sálvese quien pueda”! Juicios, condenas y ajusticiamientos ejemplarizantes; Reforma Agraria, profunda y socialista; Alfabetización; Reforma Urbana; Confiscación de empresas norteamericanas; Nacionalización de la banca, del comercio exterior y Reforma educacional, materializaron esa respuesta.

    También la organización de Milicias Nacionales; rechazo a la invasión mercenaria de Playa Girón, auspiciada por Estados Unidos; virilidad a prueba en la Crisis de los mísiles; Justicia social total. Sí, era solo el comienzo. Ante cada nueva agresión procedente de Estados Unidos, Fidel reiteraba: ¡Más Revolución!

 

  Hoy, como ayer, unidos en la defensa de la soberanía y el futuro de la patria

 

    Este primero de enero de 2020 se cumplen 61años del histórico triunfo armado. Desde 1959 prácticamente no ha transcurrido una sola jornada sin que el pueblo cubano no haya conocido de algún nuevo intento imperial para frenar su obra de infinito amor, incluido un genocida bloqueo económico, comercial y financiero.

   En eso andamos aun, enfrentando a una administración estadounidense radicalizada en el fundamentalismo de derecha, que amenaza con nuevas agresiones en estrecha alianza con la mafia terrorista anticubana asentada placenteramente en el sur de la Florida.

   Los 61 años transcurridos también han servido para madurar, aprender y entrenar. Junto con lo más avanzado del pensamiento progresista latinoamericano y mundial, los cubanos reafirmamos nuestra vocación antimperialista.

   Y en este clima de recuentos y celebraciones, es momento apropiado para recordar el pensamiento y la acción de quien durante todo el tiempo transcurrido ha iluminado la senda que nos ha conducido hasta el presente, y seguirá haciéndolo a través de su pensamiento y su legado de unidad y patriotismo, el Comandante. en jefe Fidel Castro

  Fidel, decisivo, cuando desde la Sierra insurrecta rechazó componendas politiqueras orquestadas en Miami, trazó conductas y ética, y delineó para las organizaciones revolucionarias la senda unitaria a seguir en pos de coronar la victoria. 

   Desde el poder del pueblo, la guía fecunda de Fidel Castro, fiel seguidor del legado de

José Martí,  permitió conquistar la justicia social soñada, y contra todo tipo de agresiones imperiales preservar las conquistas de la revolución y el socialismo.

 En los tiempos actuales, signados por transformaciones imprescindibles en los ámbitos  económico, social y administrativo, con Raúl al frente de la vanguardia política y Díaz Canel,  nuestro Presidente, en el  relevo ejecutivo, la vigencia de Fidel sigue siendo  guía y estímulo para todos los cubanos de buena voluntad, amantes de la verdad y la justicia social, que recibiremos a 2020 con esperanzas renovadas y la convicción de que unidos somos invencibles: ¡61 y pa’lante!. 

)

 

 

 

 

Noviembre 30: Juventud revolucionaria, ayer, hoy y siempre

Noviembre 30: Juventud revolucionaria, ayer, hoy y siempre

Roberto Pérez Betancourt 

  Las páginas de glorioso patriotismo escritas por la Juventud cubana a lo largo de nuestra historia patria, nos enseñan que ayer, como hoy, los jóvenes siempre han ocupado un lugar de vanguardia en las luchas revolucionarias de los cubanos, primero para conquistar la independencia del colonialismo español, después para sacudirnos de la dictadura pro imperialista, y hoy por preservar las conquistas alcanzadas y contribuir al desarrollo progresivo del país.

  En ese empeño andan los jóvenes del relevo generacional, acompañados por figuras históricas que en tiempo real nutren la sabia nueva con su presencia y ejemplo, al igual que los héroes que en el camino dejaron la existencia, luchando codo a codo por los mismos intereses políticos e ideológicos de plena justicia social para el pueblo.

  Y en ese andar de músculo tenso y verso encendido , después de haberse ganado el pan, la memoria fiel en fechas inolvidables, como este 30 de noviembre en el que regresa el recuerdo de aquel día del años 1956, cuando en Santiago de Cuba –Oriente del país- vibró  la clarinada del levantamiento estudiantil liderado por  Frank País, Léster Rodríguez, Pepito Tey y otros luchadores  del Movimiento 26 de Julio, en enfrentamiento abierto a la dictadura pro imperialista de Fulgencio Batista, en los momentos en que el yate  Granma se acercaba a las costas de Niquero con sus 82       expedicionarios y la promesa de encender la llama de la rebeldía nacional.

  A las siete de la mañana se iniciaron los combates frente a las fuerzas represivas de la tiranía. Un grupo de 28 combatientes revolucionarios atacó la parte frontal de la jefatura de la Policía nacional, mientras otros ocho irrumpían por el fondo y llegaban a la azotea del inmueble.

  Los esbirros superaban en proporción de cuatro a uno a los revolucionarios. El primer rebelde en caer fue Tony Alomá.  Pepito Tey, aunque herido en una pierna, no cedía terreno y avanzaba temerariamente, hasta ser abatido, al igual que Otto Parellada.

   Ante la imposibilidad de tomar el edificio, los revolucionarios lo incendiaron y ordenaron la retirada. A poca distancia de allí otros rebeldes lograban prisioneros y     capturaban armas en la policía marítima.

   Refuerzos batistianos llegados desde el Cuartel Moncada frenaron la ofensiva. La noche anterior habían sido apresados Léster Rodríguez y Josué País, lo que frustró el plan inicial de disparar un mortero contra el cuartel.

    Dispersados, los combatientes se posicionaron como francotiradores en diferentes puntos de Santiago de Cuba.

    El pueblo vibraba de emoción y abría puertas para refugiar a los rebeldes que habían dado la clarinada de combate armado.

    El yate Granma se acercaba más a las costas cubanas a las que arribaría dos días después.

   Largas jornadas de combate en el llano y en la Sierra estaban por llegar, pero aquel 30 de noviembre Santiago de Cuba recordó que la juventud del centenario de Martí estaba presta a librar por Cuba la fase final de la prolongada guerra en pos de la verdadera y definitiva independencia y soberanía de la patria.

  Cada año, ante la tarja que perpetúa la memoria de Pepito Tey, Tony Alomá y Otto     Parellada, en la Loma del Intendente, son colocadas ofrendas  florales en recuerdo a estos valientes cubanos,  se escuchan  salvas de fusilería, y los escolares reeditan aquellos  momentos históricos, mientras en otros muchos sitios de la  geografía cubana se reiteran los actos de recordación a los  muchachos de la clarinada, porque la memoria histórica debe  permanecer encendida, como la llama eterna en el monumento a  José Martí y las flores perenes en la roca de Fidel Castro.  (TVY) (29/11/19). Pepito Tey-Tony Alomá-Otto Parellada

Camilo, eternamente, Camilo…

Camilo, eternamente, Camilo…

Roberto Pérez Betancourt

 

  Camilo Cienfuegos Gorriarán, el inolvidable Comandante de la ancha sonrisa, permanece en el recuerdo de los cubanos de todas las edades como  héroe eterno de la patria, que a través de varias generaciones se ha mantenido vivo en la memoria, alimentada con mil anécdotas de su quehacer humano y guerrillero, como uno de los pilares fundamentales de la gesta armada liderada por Fidel Castro, que derrocó a la tiranía pro imperialista del dictador Fulgencio Batista  el primero de enero de 1959.

  La humilde extracción social de Camilo, sastre de oficio y su temperamento jovial  con la que ganaba amigos desde el primer encuentro, lo convirtieron desde muy temprano en uno de los más carismáticos dirigentes de la Revolución Cubana.

  Nació Camilo en la Ciudad de La Habana, el seis de febrero de 1932, y desdemuy joven comprendió que el entorno de la pseudo república no le ofrecía porveniralguno, por eso viajó a la ciudad de Nueva York con solo 21 años de edad, enbusca de mejores oportunidades económicas para su familia.

  Pero el ambiente que el joven emigrante  encontró  en la Gran Manzana muypronto lo convenció de que la situación social que afrontaba en su patria exigíaacciones  que fueran más allá de intentar esfuerzos individuales para  sobrevivir.

  Se trataba de un problema de todos, y como tal había que afrontarlo, con elconcurso  de muchos, unidos en  una causa cuya materialización fuera capaz derevertir la explotación  a que eran sometidos los obreros y campesinos y alcanzar un sistema político de verdadera justicia social.

  En 1955, Camilo fue detenido y deportado a Cuba.  De retorno a la patria seincorporó a las luchas estudiantiles y resultó herido en una manifestación de protesta.

  Preso,  torturado y fichado por los sicarios del régimen dictatorial, el joven rebelde  tuvo que retomar el camino del exilio  en Nueva York hasta que allí supo del proyecto que encabezaba el líder cubano Fidel Castro, encaminado a  organizar una expedición armada en México con el propósito de desembarcar en Cuba y emprender la lucha insurreccional contra la dictadura.

  Aquella iniciativa entusiasmó a Camilo, pues encajaba en sus ideales, u de inmediato partió para integrarse como uno más de los 82  expedicionarios del yate Granma, que el dos de diciembre de 1956 desembarcara en las costas cubanas.

  El valor y la audacia de Camilo fueron factores claves en su desenvolvimientoguerrillero en la Sierra Maestra para  cumplir misiones decisivas en el desarrollo de la guerra, y en abril de 1858 fue ascendido al grado de Comandante, el más alto de la guerrilla.

  Por órdenes de Fidel Castro, junto al también comandante Ernesto Che Guevara,Camilo emprendió la invasión desde Oriente hasta Occidente para llevar la guerra a los llanos.

  El tres de octubre, al frente de su columna guerrillera numero dos Antonio Maceo, arribó Camilo a la provincia de Las Villas. Aquí participó en  combates decisivos para el ulterior curso de la guerra,  y  su valor ejemplar hizo que el pueblo espontáneamente le otorgara el título honorífico de Héroe de Yaguajay, localidad que ocupó tras duros combates.

  Amigo inseparable de Che Guevara, Camilo tuvo el privilegio de recibir altos elogios de este, que no se caracterizaba precisamente por prodigar adjetivos.

Che lo llamó El Señor de la Vanguardia, en reconocimiento al arrojo impetuoso,característico de aquel al que  consideraba su hermano de armas.

  Tras el triunfo armado de la Revolución, Camilo  fue nombrado Jefe del EstadoMayor del Ejército Rebelde y desempeñó tareas muy importantes durante los 10primeros meses de 1959.

  El 28 de octubre, después de cumplir la  misión  encomendada por Fidel deneutralizar y arrestar en Camagüey al traidor Hubert Matos, la avioneta en laque retornaba Camilo a La Habana desapareció durante el mal tiempo  sin dejarrastros.

   Las horas que siguieron a la noticia fueron de gran tensión para los cubanos.

Todos anhelaban  que Camilo apareciera. Pero los esfuerzos fueron inútiles. ElGuerrillero de la sonrisa hermosa,  símbolo del pueblo uniformado, se perdió enel mar y fue a morar eternamente en  el recuerdo agradecido de su pueblo, allídonde habitan los que tienen el raro privilegio de ser inmortales.

  Este año 2019 se cumple el aniversario 60 de aquel suceso que consternó atodos los cubanos.

  Desde entonces, cada final de octubre el litoral florece, y también ríos,arroyos, presas y lagunas, dondequiera que una corriente de agua recuerde eleterno fluir de la vida, se verán ese día  pétalos multicolores como expresióndel cariño del pueblo.  En especial los niños suelen ser los primeros en acudir a rendirle  homenaje a Camilo,  un hombre bueno, a quien aprendieron a querer a través de la tradición oral de sus mayores, en las páginas de la historia, y en los retratos donde,mirando de frente y a los ojos, Camilo desnuda  toda la ternura y sencillez que tipifica al verdadero hombre de pueblo.

26 de octubre de 1959: A 60 años del último discurso de Camilo         

  Las palabras de Camilo Cienfuegos en la gigantesca reunión de un millón decubanos frente al Palacio Presidencial, fueron las últimas que pronunció ante el pueblo.

  Camilo habló a la multitud para denunciar  la serie de bombardeos que propinaban a La Habana aviones provenientes de los Estados Unidos, y que se mes, día en que pronuncia su discurso:   10 de octubre: Fue secuestrado en pleno vuelo por individuos armados con  pistola y granadas un avión DC-3 de Cubana de Aviación procedente de La Habana  y obligado a aterrizar en Miami. El avión no fue devuelto. El costo es de 90  000.00 pesos de la época.

  11 de octubre: Un avión procedente de Estados Unidos bombardea el central “Punta Alegre”, en el municipio Chambas, Ciego de Ávila, causando graves daños  en la casa de máquinas. El hecho se repite una semana después.

  21 de octubre: Resultaron muertos dos hombres y heridas 47 personas durante un   bombardeo a La Habana realizado por el terrorista Pedro Luis Díaz Lanz, quien  además lanzó propaganda contra el gobierno. El avión era un B-25, matrícula  N-9876-C y estaba basificado en el aeropuerto de Pompano Beach, a 35 millas de  Miami, Estados Unidos. El costo es de 108 411.00 pesos de la época.

  21 de octubre: Una avioneta procedente de Estados Unidos bombardeó el central 

 “Violeta” (”Primero de Enero”), en Ciego de Ávila.

  21 de octubre: Un avión procedente de Estados Unidos bombardeó el central  

“Punta Alegre” (”Máximo Gómez”), en el municipio Chambas, Ciego de Ávila.

  22 de octubre: Muere una persona y otra resulta herida por el bombardeo desde 

 un avión B-26 sobre el Central “Punta Alegre” (”Máximo Gómez”), en Chambas,  

Ciego de Ávila. El costo es de 27 593.00 pesos de la época.

  25 de octubre: Un avión procedente de Estados Unidos ametralló un tren de  

pasajeros en la provincia de Las Villas.

  26 de octubre: Resultó herido grave un periodista al ser atacada la redacción 

 del periódico “Revolución” con una granada. La explosión causó daños  

materiales al inmueble.

  26 de octubre: Un avión procedente de Estados Unidos bombardeó el central   

“Niágara” (”Manuel Sanguily”), en Pinar del Río, destruyendo la casa de un  

obrero. Dos días después una avioneta bombardeó el central “Violeta” (”Primero  

de Enero”), en Ciego de Ávila. El costo es de 5 000.00 pesos de la época.

Su breve discurso del 26 de octubre de 1959, poco después de estos sucesos,

puede considerarse su testamento revolucionario, pues dos días después el avión

en el que había viajado de La Habana a Camagüey desapareció en el mar:

Tan altos y firmes como la Sierra Maestra son hoy la vergüenza, la dignidad y el

valor del pueblo de Cuba en esta monstruosa concentración frente a este Palacio,

hoy revolucionario, del pueblo de Cuba.

Tan alto como el Pico invencible del Turquino, es hoy y será siempre el apoyo de

este pueblo cubano a la Revolución que se hizo para este pueblo cubano.

Se demuestra esta tarde que no importan las traiciones arteras y cobardes que

puedan hacer a este pueblo y a esta Revolución, que no importa que vengan

aviones mercenarios tripulados por criminales de guerra y amparados por

intereses poderosos del gobierno norteamericano, porque aquí hay un pueblo que

no se deja confundir por los traidores; aquí hay un pueblo que no le teme a la

aviación mercenaria (…) Porque sabemos que este pueblo cubano no se dejará

confundir por las campañas hechas por los enemigos de la Revolución, porque el

pueblo cubano sabe que por cada traidor que surja habrá mil soldados rebeldes

que estén dispuestos a morir defendiendo la libertad y la soberanía que

conquistó este pueblo Porque para detener esta Revolución cubanísima tiene que

morir un pueblo entero,y si esto llegara a pasar serían una realidad los versos de Bonifacio Byrne: “Si desecha en menudos pedazos/ se llega a ver mi bandera algún día…/ ¡nuestros muertos alzando los brazos/ la sabrán defender todavía!”…

(…) que no piensen los que envían los aviones, que no piensen los que tripulan

los aviones que vamos a postrarnos de rodillas y que vamos a inclinar nuestras

frentes. De rodillas nos pondremos una vez, y una vez inclinaremos nuestras

frentes, y será el día que lleguemos a la tierra cubana, que guarda veinte mil

cubanos para decirles: ¡Hermanos, la Revolución está hecha, vuestra sangre no

cayó en balde!        

 

 

 

 

Vive la libertad primera, a pesar del gigante imperial

Vive la libertad primera, a pesar del gigante imperial

Roberto Pérez Betancourt           

En el ingenio La Demajagua los negros esclavos amanecían en la penumbra de los barracones para disponerse a emprender la diaria faena en los campos de caña. Alguien entre ellos presintió que aquel día sería diferente. La campana tañía más y más fuerte, convocando con urgencia, como si hubiese candela en el monte, “como  grito de auxilio”, dijo Jacinto, e instintivamente buscó su machete.

  --¡Es el amo que está en el batey!, el amo don Carlos mismitico, anunció José, atisbando desde una rendija de la tabla de palma.

  Los hombres y las mujeres salieron al amanecer de aquel 10 de octubre de 1868  y vieron al hombre que los convocaba iluminado por los primeros rayos del sol naciente. Calló la campana y se alzó el verbo, imponiendo un silencio respetuoso sobre los deseos de preguntar, de indagar, de saber, ¡de gritar!

  Carlos Manuel de Céspedes, con la pasión contenida en su rostro, elevó la voz para que todos y el  monte lo escucharan. Alto y resuelto exclamó: "Ciudadanos, ese sol que veis alzarse por la cumbre del Turquino  viene a alumbrar el primer día de Libertad e Independencia de Cuba".

  Repiquetearon las campanas al convite de la insurrección armada. Los negros se

miraron unos a otros, sorprendidos. Los blancos miraron a los negros y quizás

por vez primera, para algunos, la emoción  de aquel instante borró los pigmentos

de la piel para ver a  seres  semejantes, igualados en el despertar de la

conciencia libertaria.

  Lo cierto es que ese momento histórico marcaba el inicio de la gran lucha que a lo largo de muchas décadas conduciría a un primero de enero de 1959, cuando Fidel Castro, al frente del relevo de la tropa alzada aquel día en el alto oriente cubano, proclamaría el triunfo definitivo de las armas de la Revolución  frente al despotismo y al neocolonialismo para emprender  otra gran batalla en la que aún los cubanos estamos enfrascados: la consolidación de la victoria, la resistencia frente a la agresión del vecino que nos intenta asfixiar, hacia un estado de plena justicia social.

 

Hechos y motivaciones

 

 Han transcurrido 151 años del alzamiento insurreccional en La Demajagua.   En

rigor, aquel empeño de Céspedes de  estallido cristalizaba  anteriores esfuerzos

de quienes, en diferentes escenarios dentro de Cuba, y en el exterior, 

laboraban para lograr de  España un reconocimiento que les permitiera participar

de manera activa de la vida política y económica de la Isla.

  La expulsión de los cubanos de las Cortes Españolas había  demostrando la 

imposibilidad de llegar a acuerdos por la vía de las negociaciones y abría al

entendimiento la única vía que quedaba: la lucha armada.

  Correspondió a Carlos Manuel  de Céspedes,  hacendado bayamés, romper las

hostilidades frente al colonialismo español, anticipándose al momento 

conciliado entre los  conspiradores, quienes buscaban una salida a la opresión

económica que la metrópolis imponía a la Isla, sumiéndola en el estancamiento y

el inmovilismo, factores propiciatorios del yugo, derivados de la experiencia

ibérica ante la insurrección y liberación colonial de otras naciones americanas.   

  En el documento- programa firmado por Céspedes donde se  exponían las razones

del levantamiento armado, conocido también como  Manifiesto del 10 de Octubre,

expresaba: "Cuando un pueblo llega al extremo de degradación y miseria en que nosotros nos vemos, nadie puede reprobarle que eche mano a las armas para salir de un estado tan lleno de oprobio. El ejemplo de las más  grandes naciones autoriza este último recurso".

  Iniciadas las acciones en la región que actualmente ocupa la provincia de

Granma, posteriormente se extenderían  a Camagüey y  Las Villas.

  Fue larga y cruenta aquella primera etapa de la lucha por la independencia: 10

años antes de abrir un paréntesis, una década en la que el mundo asistió a la epopeya de los humildes reunidos en torno a los intereses surgentes de la burguesía cubana,  empeño inspirado en el fervor patriótico de la estrella refulgente sobre el fondo rojo, y en la ambición de ser, por sí mismos, dueños de sus destinos. 

 

  Céspedes, el “Padre de la Patria”

 

 El ejercicio de la real soberanía de la patria  es el mejor de los tributos que

el pueblo cubano puede rendirle a Carlos Manuel de Céspedes. 

   Al destacar los méritos del bien llamado “Padre de la Patria Cubana”,   Eusebio Leal, historiador de la Ciudad de La Habana,  ha  afirmado que fue un hombre de profunda cultura, humanista, soldado, caballero y fundador.

   Con la decisión de liberar a  sus esclavos en el ingenio La Demajagua y liderar el levantamiento armado frente al colonialismo español, el 10 de octubre

de 1868, Céspedes inició el largo proceso  de Revolución  en Cuba, y devino

símbolo de  la dignidad y la rebeldía del pueblo.

    Para  el profesor Eduardo Torres, presidente de la Casa de altos estudios

Fernando Ortiz, Céspedes fue un hombre de gran amplitud de pensamiento. Realizó

estudios superiores de derecho en España, recorrió varios países de Europa y se

nutrió del saber más avanzado de su época.

   Venerable maestro de la logia masónica Buena Fe, en Manzanillo, Céspedes

cultivó las relaciones conspirativas con jóvenes miembros de diferentes centros

de esa fraternidad, inspirados en el pensamiento de libertad, igualdad y

fraternidad, con una concepción democrática popular inclaudicable.

     Desde el principio de su alzamiento, en la manigua Céspedes supo que la

política del Gobierno de Estados Unidos se dirigiría a apoderarse de Cuba, por

ello se opuso resueltamente a los movimientos anexionistas y alerto de que cada día el pueblo cubano tendría que valerse de sus propias fuerzas.

    El temple indoblegable del patriota se puso a prueba cuando el enemigo

español intentó el chantaje tras haber capturado a su hijo Oscar, pero Céspedes

no cedió, y en viril gesto que trascendería al mundo, expresó: "Hijos míos son todos los que mueren por la independencia de Cuba".

   De ese ejemplo también se nutrió   la inspiración que José Martí, apóstol de

la Independencia cubana, le llevó a organizar y desatar la guerra necesaria que en 1995 condujo a la derrota del colonialismo español.

   Y entre los muchos méritos de Céspedes, quien fue capaz de amar intensamente,

cultivar las artes y devenir pionero de la difusión ajedrecística en Cuba, destaca su fidelidad a los ideales y a la unión, incluso cuando fue depuesto como presidente de la República en Armas.

   Con solo un revolver y seis balas, Carlos Manuel de Céspedes enfrentó a las

huestes españolas en su combate final de San Lorenzo, Sierra Maestra, desde

donde trascendió a la historia,  para seguir inspirando con su inmortal ejemplo de rebeldía al  pueblo y a la nación que fundó.

  Desde la raíz histórica que alimentó la conciencia abonada por muchos, conocida y anónima, hasta la libertad primera que Céspedes enseñó sin distingos raciales ni sociales, una y otra vez los cubanos  hemos sabido luchar para sostener en alto la bandera de la dignidad, la independencia y la soberanía.

  Fortalecidos  por la experiencia acumulada, con el saber  de muchos esos años de lucha y las enseñanzas de quienes durante el camino han tomado el relevo generacional --Fidel en la memoria siempre--, hoy se renuevan esperanzas y esfuerzos, se institucionalizan cada vez más el Gobierno y el Estado,  con  bríos de los nuevos que llegan sin olvidar esa historia que obliga y duele, al tiempo que desborda el orgullo de saber que todos, en unidad inquebrantable, seguimos en una trinchera común, luchando para mantener viva aquella libertad primera, a pesar del prolongado asedio del gigante imperial (TVY)(10/10/19).