Elecciones EE.UU.: epítetos en debate de candidatos: Trump, payaso, mentiroso, ; Biden, Socialista, lento
Roberto Pérez Betancourt
De no resultar electo, ¿usted aceptaría el resultado de los comicios del 3 de noviembre?, preguntó el moderador Wallace.
“Yo lo aceptaría”, dijo Joe Biden.
Donald Trump se puso aún más rojo de lo que estaba y no respondió directamente. Se encargó de lanzar palabras a granel para poner en dudas el sistema electoral de voto por correo, insinuó que devendría gran fraude, inaceptable, y que en ese caso la Corte Suprema –donde los magistrados de derecha son mayoría- decidiría, en claro anuncio de que impugnaría los resultados si pierde los comicios y recomendaría, dijo, que sus simpatizantes hicieran lo mismo en manifestaciones públicas, sentando un peligroso precedente sobre la credibilidad del sistema electoral estadounidense, por supuesto, si él, Trump, no es reelecto.
“Esto va a ser un fraude inmenso”, predijo Trump sin evidencias.
“Teme contar los votos”, afirmó Biden.
El moderador se esforzó al máximo para acallar a los contendientes. Con presagios de futuras trifulcas de gran escala, concluyó el primer show mediático del que ahora les cuento más, mucho más…
Epítetos con intención caracterizadora
El primero de tres debates entre los candidatos a la presidencia de EE.UU., efectuado en la noche del martes (los próximos están fijados para los días 15 y 22 de octubre), resultó, como se esperaba, un show mediático preñado de epítetos con intención caracterizadora para desacreditar por parte de ambos aspirantes a la presidencia de Estados Unidos en las elecciones que se efectuarán el 3 de noviembre.
Por parte de Donald Trump los adjetivos recurrentes dirigidos a su rival fueron “socialista, lento, y anciano”, mientras, Joe Biden se apoyaba en la trayectoria conocida del actual mandatario para calificarlo repetidamente como payaso, irresponsable y mentiroso.
En realidad faltaron otros calificativos, pues Trump se mostró a lo largo de la hora y media de los debates como el clásico arrogante, abusador del tiempo con interrupciones constantes, que obligaban al moderador Chris Wallace –veterano periodista de la cadena Fox-- a utilizar las frases más socorridas de la noche: “Por favor, presidente; señor Presidente deje hablar a Biden; Señor Trump usted se comprometió a respetar los dos minutos de intervención de cada participante…”
Biden, por su parte, fue puntilloso en introducir un lacónico comentario una y otra vez: “mentira”, “no es verdad”, “es mentira”, ante cada intención de Trump de glorificarse a sí mismo, vanagloriándose cuando autodefine a su gobierno como “maravilloso, el mejor que ha tenido Estados Unidos en su historia”.
¿Un show televisivo habitual entre comadres y compadres?
En verdad, por momentos daba risa, pues parecía que asistíamos en vivo a un show televisivo hablado, de los tantos que enfrentar a comadres y compadres en trifulcas domésticas; los contendientes, más el moderador, hablando al mismo tiempo, los primeros lanzándose ataques y el terceo intentando contener a los pugilistas con expresiones tan gráfica como “¡Deténganse!”
Como estaba pactado, los oponentes no se saludaron al llegar a la sede en Cleveland, Ohio, supuestamente para no contagiarse de la Covid 19, como está sanitariamente orientado.
Desde el primer momento se pudo percibir que la estrategia de la campaña de Trump le había orientado cargar la mano sobre el término “socialista”, “izquierdista”, para tratar de llevar a la opinión pública la idea de que su adversario revertiría las supuestas bondades de la “democracia norteamericana” e impondría un sistema de corte socialista en el país.
La estrategia de Biden se basó en recordar las mentiras reiteradas de Trump sobre la Covid 19, los daños que esta ha causado a la población por la ineptitud y negligencia del presidente en ejercicio ante temas como el Medio Ambiente, los programas de salud, el racismo, la represión policial, y la tendencia de este a falsear la realidad y engañar al pueblo, lo que ilustró, entre otros ejemplos, con la falta de transparencia en la declaración de impuestos del multimillonario.
Trump defendió su decisión de nominar a la Corte Suprema a la jueza conservadora Amy Coney Barrett, en sustitución de la fallecida magistrada liberal Ruth Bader Ginsburg ya que los republicanos tienen la mayoría en el Senado, y en el ejercicio del Poder Ejecutivo le corresponde a él tomar la iniciativa. Biden argumentó que como las próximas elecciones están a la vuelta de la esquina, lo correcto sería esperar para que el presidente electo designe a la magistrada.
Los impuestos y la astucia evasiva de un multimillonario Presidente
Sobre el asunto de los impuestos y la reciente denuncia pública del diario The New York Times en contra de Trump por evasión fiscal reiterada, este no se comprometió a divulgar sus reportes tributarios, pese a que es el único presidente en no hacerlo desde la década de los 70.
Biden no desaprovechó la oportunidad y arremetió contra el Presidente por pagar tan pocos al fisco y aprovecharse del código de impuestos. La respuesta de Trump es digna de figurar en una antología de la prepotencia: se encogió de hombros y dijo que todos los empresarios hacen lo mismo “a menos que sean estúpidos”, a lo que Biden respondió: “Eres el peor presidente que ha tenido Estados Unidos jamás”. “He hecho más en 47 meses que lo que tú hiciste en 47 años’, respondió Trump, aunque en realidad Biden nunca ha ejercido como Presidente, sino como vice en tiempos de Barack Obama.
Pandemia de la Covid 19: Más de 200 mil vidas perdidas
La Pandemia en Estados Unidos ha cobrado más de 206 mil vidas, según cifras oficiales, aunque expertos estiman que la realidad es muy superior. Sobre el tema, Biden se disculpó ante los estadounidenses y en particular los familiares de las víctimas registradas y las que vendrán, lo que subrayó emotivamente una diferencia de calidad ante la actitud de Trump, que pasó por alto el dilema y simplemente dijo que si Biden estuviera en la presidencia las muertes serían muchas más, afirmación sin algún sustento de objetividad.
Aprovechándose del tema central que suele interesar a los votantes, la situación económica, Trump desvió el enfoque aduciendo que Biden quiere cerrar la economía mientras que él intenta abrirla, en tanto el ex vicepresidente subrayó que su intención prioritaria es proteger la salud y las vidas de sus conciudadanos.
Los medios de información que cubrieron el debate subrayaron que los familiares de Trump se quitaron sus mascarillas durante el evento del martes, violando las reglas que antes habían aprobado ambas campañas, lo que se interpreta como una de las tantas manifestaciones prepotentes y arrogantes de los Trump en el poder.
Racismo, prepotencia, Ley y orden
Cuando el moderador Wallace le preguntó a Trump si podía condenar a los grupos de milicia racistas y de supremacistas blancos, este respondió con una evasión: “Yo diría que casi todo lo que veo es del ala izquierda, no del ala derecha”. Pero el periodista insistió y el Presidente simplemente lanzó una recomendación: “Chicos orgullosos, apártense y aguarden”.
Por supuesto, las acciones ya largamente criticadas de Trump en el manejo a las protestas racistas motivaron críticas de Biden, especialmente en relación con la muerte de George Floyd, un hombre negro, bajo custodia de la Policía de Minneapolis en mayo.
El demócrata dijo que Trump ordenó a sus fuerzas de seguridad que lanzaran bombas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes para que él se parara frente a una iglesia y se tomara una foto con una biblia este verano.
Wallace le preguntó a Biden, quien anteriormente había dicho que él era el partido demócrata, si había llamado al alcalde demócrata de Portland o al gobernador demócrata de Oregon, donde se han dado revueltas reclamando justicia racial. Biden se safó de la pregunta, aduciendo que él no es un funcionario electo y no le corresponde esa gestión.
“Yo apoyo la ley y el orden con la justicia,” dijo Biden. “Donde a las personas las tratan justamente,” agregó.
Todos protagonistas
Sí, fue un debate intenso y a la vez estremecedor, porque se trata de dos personas que aspiran a llevar las riendas del país más agresivo, armado y rico del Planeta. Trump, de 74 años de edad, con una muestra terrorífica de lo hecho, incluido el terrible bloqueo económico comercial y financiero que se empeña en arreciar para estrangular a las familias cubanas, anuncia lo que podría hacer en un segundo mandato contra los pueblos y los movimientos de justicia social en Latinoamérica y en otras regiones del Planeta.
Biden con 77 años de edad y el mismo peso de los compromisos elitistas y oligárquicos.
Avances de una película de horror y de misterio en la que todos los habitantes del Planeta seremos protagonistas en los próximos años. Quedarse pasivamente en la luneta, observando el filme, no sería prudente, no sería responsable.
Es menester actuar para ejercer el protagonismo real, cada cual en defensa de la paz, la soberanía, la independencia, el multilateralismo, la intención de hacer que las cosas cambien para bien de la humanidad. (TVY)(Con monitoreo en tiempo real del debate televisivo y archivos del redactor) (30/09/20).
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