Noticias infames y otras maldades contra Cuba en tiempos de Coronavirus
Roberto Pérez Betancourt
“Vale todo”, según la explícita interpretación de lo que la guerra permite a quienes la desatan y se ensañan contra los débiles, empleando toda la fuerza de su arsenal de poderío bélico y de falsedades repugnantes.
Con tales armas, físicas y virtuales, todas de destrucción masiva, los verdugos por cuenta propia aspiran también a envenenar conciencias, confundir a los mansos de espíritu, sembrar pánico entre los crédulos de embrujos y ávidos devoradores de mentiras, lanzadas con la precisión de un misil supersónico hacia el corazón de víctimas desarmadas, sin corazas ni escudos protectores.
“En un comunicado conjunto, tres congresistas de la Florida condenaron a Cuba por explotar la pandemia del coronavirus para su beneficio político”, refiriéndose a los médicos internacionalistas, publica este sábado 11 de abri,l El Nuevo Herald, editado en La Florida. Cita, además, al señor Michael G. Kozak, alto funcionario del Departamento de Estado, muy preocupadito, según manifiesta, “por las condiciones de trabajo de los médicos cubanos que trabajan en terceros países para combatir el coronavirus”.
El mensaje fue replicado por la Embajada de EEUU en La Habana. “Kozak –explica el periódico floridano--, ha sido muy crítico con La Habana y Caracas, en consonancia con la política de la administración Trump, que ha impuesto y recrudecido las sanciones al gobierno cubano por su apoyo a Nicolás Maduro…”
A seguidas, el veneno directo para ser inyectado en la yugular de los destinatarios del mensaje mediático: Nicolás Maduro…” a quien las principales democracias del mundo no consideran un gobernante legítimo”.
Trump, el peor presidente en la historia de EE.UU.
¿Qué democracias son esas? ¿Las deudoras del Imperio? ¿La que encabeza el multimillonario Donald Trump en Estados Unidos, que acaba de ser catalogado como el peor presidente de la historia de la Unión Americana, en un editorial del diario The Washington Post?
En el artículo, el historiador estadounidense Max Boot califica a Donald Trump como «el peor presidente en la Historia de Estados Unidos».
Varios medios de prensa del mundo reproducen hoy este texto, en el cual se le compara con otros mandatarios de EE.UU. como Harry S. Truman, catalogado como «espantoso»; Dwight D. Eisenhower y George H.W. Bush, a quienes nombra el historiador «simplemente mediocres»; y con Thomas Jefferson y Woodrow Wilson, los que «ya no se ven tan bien como solían hacerlo».
«Con su catastrófica gestión ante el coronavirus, Trump ya es el peor presidente en la historia de Estados Unidos», explica Boot. «Su único gran competidor por ese dudoso honor sigue siendo Buchanan, cuya indecisión contribuyó a que termináramos en la Guerra de Secesión, el conflicto más letal en la historia de Estados Unidos».
Otros reportes del libelo miamense recuerdan que los congresistas Mario Díaz-Balart, Francis Rooney y Debbie Mucarsel-Powell también condenaron la exportación de servicios médicos, y se atreven, incluso, a reclamar por lo que nombran ”camapaña de desinformación de Cuba”.
Hay que tener la cara dura, pero muy dura para mencionar a Cuba como artífice de desinformación, cuando el Departamento de Estado, los altos funcionarios del gobierno de Trump y éste mismo, en primer lugar, no dejan pasar un día para intentar desacreditar al Gobierno cubano, tergiversando realidades que el mundo conoce y condena anualmente: La legislación de carácter extraterritorial que incluye el bloqueo económico comercial y financiero que atenaza las gargantas de las familias cubanas, aún más en tiempo de Pandemia de la Covid 19, oídos sordos a los llamamientos humanitarios desde todas partes del mundo para que se levanten las arbitrarias sanciones y dejen llega a Cuba donaciones, inversionistas, abastecimientos, medicinas, todo lo que hoy le niegan e impiden a terceros países.
Voces apocalípticas contra Cuba por “exportar médicos”
Al contrario, las voces apocalípticas gritan desde Estados Unidos, llamando a la rebelión planetaria contra Cuba, “porque está explotando a sus médicos” cuando los ha enviado a 17 remotos lugares del mundo a curar enfermosa, salvar vidas, materializar el significado de la palabra solidaridad, a riesgo de la salud de sus profesionales, algo incapaz de comprender por los adoradores del pragmatismo de dos centavos, los gobernantes que en tiempos de calamidad le dan la espalda a sus propios científicos y pregonan la mayor importancia del dinerito en el bolsillo antes de la vida humana; la de otros, por supuesto, a quienes irresponsablemente llaman a salir a las calles e ignorar las medidas de prevención orientadas por los epidemiólogos, como hace ahora mismo ese individuo llamado Jair Bolsonaro, considerado el más ignorante de los presidentes activos -al menos tanto como Trump--, a quienes han comparado con el propio coronavirus causante de la Covid 19 por sus excentricidades, violatorias de toda cordura, dando el mal ejemplo de lo que no habría que hacer: salir a las calles, abrazarse con otros, minimizar los riesgo; conducta que no pocos profesionales califican de anormal y llaman a deshacerse de quien usa su poder Ejecutivo para propagan la infección viral.
No están contentos los ideólogos” trumpianos” con la desestabilización política y social que la Agencia Central de Inteligencia y otras de sus socorridas “agencias” han logrado en países como Honduras, Ecuador, Bolivia, y el propio Brasil, donde progresivamente urdieron y materializaron los planes para sacar del poder a los partidos y dirigentes progresistas, implantando a personeros del neoliberalismo galopante, cuyas primeras acciones incluyeron descontinuar los convenios de colaboración medica con Cuba, lo que solo trajo sufrimientos mayúsculos a la población de esas naciones, impedida de seguir contando con los servicios sanitarios de los profesionales cubanos, que a lo largo de su labor humanitaria han contribuido a restituir la salud, la visión y el andar a millones de seres humanos, algo que ahora mismo, ni siquiera la administración del país más poderoso de la Tierra puede hacer, porque allí, en Estados Unidos suman más de 30 millones de personas las que carecen de seguro médico y decenas de millones más quedarán en bancarrota segura cuando termine de cursar la Pandemia.
Lo que dice el Washington Post
«La situación es tan crítica que es difícil aceptarla. The Atlantic destaca: “Durante la Gran Recesión de 2007 a 2009, la economía sufrió una pérdida neta de aproximadamente nueve millones de empleos. La recesión de la pandemia ha visto casi 10 millones de solicitudes de prestaciones por desempleo en apenas dos semanas”. The New York Times estima que el índice de desempleo está alrededor de 13%, el más alto desde el fin de la Gran Depresión, hace 80 años.
«Mucho peor que eso es la mortandad. Ya tenemos más casos confirmados de coronavirus que cualquier otro país. Trump declaró el 26 de febrero que la epidemia pronto estaría “casi en cero”. Ahora sostiene que si el número de muertos es de cien mil a 200 mil —una cantidad mayor que todas las muertes estadounidenses en todas nuestras guerras combinadas desde 1945— será una demostración de que ha hecho “un muy buen trabajo”.
«No. Será una señal de que él es un miserable fracaso, porque el coronavirus es la catástrofe más previsible en la historia de Estados Unidos. Las advertencias sobre los ataques de Pearl Harbor y el 11 de septiembre fueron evidentes solo en retrospectiva. Esta vez, no se requirió de ninguna inteligencia ultrasecreta para ver lo que se venía. La alarma fue activada en enero en los medios por expertos y por líderes demócratas como el ahora candidato presidencial, Joe Biden», dice el historiador.
La incapacidad de Trump en enfocarse en el problema, señala el Post, “sembró una importante confusión en el público y contradijo los mensajes urgentes de los expertos en salud pública”. También permitió que varios errores burocráticos no fueran atendidos como fallas graves, como realizar suficientes pruebas de diagnóstico o almacenar suficientes equipos de protección y respiradores…”
Y refiriéndose a la incapacidad de Trump para mantener un equipo estable de asesores, en su artículo de este viernes 10 de abril, escribe Boot:
“Incluso si Trump realmente fuera un " genio estable ", sería difícil dirigir el gobierno de manera efectiva con tantos nombrados de dudosa competencia yendo y viniendo. Dado que Trump es incompetente, ignorante y a menudo irracional, su fracaso para rodearse de un equipo fuerte y estable exacerba sus propias deficiencias y hace que sea casi imposible coordinar una respuesta nacional sensata a la peor pandemia en un siglo. Los líderes estatales y locales están en gran medida solos, al igual que el resto de nosotros.”
¿Tomarán conciencia los votantes estadounidenses de estas realidades de cara a las elecciones de noviembre, en las que el señor de las maldades aspira a reelegirse otros cuatro años? … ¿Será?...
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