El Mundo sensato y solidario, una vez más contra el Bloqueo a Cuba
Minuto a Minuto: Naciones Unidas contra el bloqueo de EEUU a Cuba
Roberto Pérez Betancourt
Una vez más el mundo sensato y solidario dará el respaldo merecido a Cuba este jueves, cuando la Asamblea General de la ONU, en su 74 período de sesiones, vote mayoritariamente a favor de la Resolución presentada por Cuba sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero, que desde hace sesenta años las administraciones estadounidense han mantenido como forma de chantajista genocidio contra las familias cubanas.
Por vigésima octava ocasión el foro mundial será testigo de la persistente tozudez estadounidense, este año más agresiva y cínica, encarnando los antivalores del señor rubio despeinado que inicia su último año de mandato desde la Casa Blanca, arrebatado en busca del respaldo que se le esfuma para obtener un nuevo período de verdugo en noviembre de 2020.
Han movido cielo y tierra los enviados especiales del señor empresario Donald Trump, intentando comprar el alma de países que no se dejan avasallar, o simplemente responden al sentimiento universal de rechazar el abuso del fuerte contra el débil, del “guapo del barrio” contra el que No se deja someter y lucha por su libre albedrío.
Están los otros, los que dependen de la dádiva imperial para seguir con vida, aquellos gobernantes que vuelven el rostro para no sonrojarse públicamente ante las cámaras y micrófonos de medios que tampoco se dejan sobornar, cuando se sabe que no les queda otro remedio que abstenerse vender su voto al rubio despeinado.
Serán los menos, los poquísimos, los que no cuentan a la hora de salvar la dignidad de la mayoría, aquellos que se plieguen ante la posición del pulgar del emperador.
Lo dicen las agencias que desde la sede de la ONU han captado la opinión de quienes tienen el derecho de pulsar el botón del voto en representación de sus conciudadanos: una vez más, Cuba saldrá victoriosa en el consenso de la razón.
Solo una vez, en 2016, bajo el mandato presidencial de Barack Obama en Estados Unidos, ese país y su satélite perenne, Israel, tuvieron la decencia de al menos abstenerse de votar a favor del bloqueo.
Este año, el más impopular y obstinadamente soberbio presidente de Estados Unidos, el 44 en la historia de ese país, volverá a padecer el síndrome de los aplausos, cuando estos atruenen en el plenario de la ONU a favor de Cuba y desaten la alergia del señor que no tolera desacatos.
Son 193 los Estados miembros de la ONU que votarán. Funcionarios estadounidenses han desplegado sus artes y mañas para ejercer presión a favor de salvar su honrilla, intentando disminuir el ridículo mediante chantaje a los que antes han respaldaron a Cuba para que cambien de parecer, sobre todo en América Latina, donde algunos lacayos conocidos rinden pleitesía al señor Almagro, secretario de colonias de EE UU al frente de la OEA, desesperado este por renovar el mandato y no soltar el jamón.
El bloqueo no es una metáfora
En la penúltima semana de octubre, ha detallado el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, fueron convocadas en Washington por el Departamento de Estado las embajadas de cuatro naciones latinoamericanas con el objetivo de obtener su voto en contra del proyecto de resolución 'Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba.
El bloqueo ha ocasionado perjuicios cuantificables por más de 922 mil 630 millones de dólares, pero los daños humanos que produce esta política genocida son incalculables, dijo el canciller recientemente por medio de su cuenta oficial en Twitter.
'El sufrimiento causado a las familias cubanas no puede contabilizarse', indicó.
Triste labor la de diplomáticos que, a la usanza del Medioevo, tienen que bajar la cabeza y arrodillarse ante el señor feudal, del emperador, del mandamás, del cercenador de cabezas, del gánster moderno disfrazado de payaso.
La historia, maestra de generaciones presentes y futuras, la historia bien contada, no la de los que vencen a la fuerza, sino la historia de los que la han escrito con la sangre y el sudor de sus vidas, seguirá tejiendo la leyenda del pequeño país del Caribe que soportó, soporta y soportará hasta el infinito las arremetidas del Gigante imperial de las siete leguas, que en tiempos de globalización no puede seguir haciendo de las suyas impunemente, porque la solidaridad activa de los que tampoco olvidan lo impedirá. (TVY)(07/11/19).
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