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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

Muerte y resurrección de una leyenda viva: Che Guevara

Muerte y resurrección de una leyenda viva: Che Guevara

 Roberto Pérez Betancourt 

Cuando asesinaron a Ernesto Guevara de la Serna (Che), el nueve de octubre de 1967, por orden de la  Central de Inteligencia norteamericana,  luego de que la víspera fuera herido y capturado vivo por el ejército boliviano en la Quebrada del Yuro, los financistas de la muerte y sus ejecutores creyeron haber acabado también con las ideas revolucionarias del Guerrillero Heroico.

  No sabían, ilusos, que  aquel acto de barbarie de hace 52 años quedaría impreso en la mente de millones de seres humildes del continente Latinoamericano, y rebasaría las fronteras hemisféricas para expandirse por el mundo,  hasta alcanzar la  veneración  de  leyenda viva,  resurrección real de propósitos libertarios que siguen materializándose hoy en renovadas luchas y logros  de justicia social. 

  Era tanto el miedo que los asesinos tenían a esa fuerza intangible del pensamiento revolucionario, que ocultaron los cuerpos del Che y de sus compañeros, en intento de hacer olvidar la epopeya.

  Los restos mortales del Guerrillero  Che Guevara  y de otros de sus compañeros en la guerrilla boliviana, fueron hallados y exhumados  el 28 de junio  de 1997, hace 22 años. Desde entonces los acoge la tierra cubana, donde su memoria es objeto de veneración en el Memorial erigido en Santa Clara, 270 kilómetros al este de Ciudad de La Habana.

   El Che  nació el 14 de junio de 1928 en Rosario,  Santa Fe, Argentina. Este año se conmemoró su aniversario 91. Fue médico, político, guerrillero internacionalista y uno de los líderes de la Revolución Cubana encabezada por Fidel Castro, que tras poco más de dos años de lucha armada derrocó a la dictadura pro imperialista de Fulgencio Batista, el primero de enero de 1959. 

  A partir de 1995, científicos cubanos  iniciaron la minuciosa búsqueda de las tumbas clandestinas,  guiándose por referencias creíbles de colegas, investigaciones y  rigurosa metodología, que permitieron ir encontrando tumbas aisladas, hasta que  fue hallado el enterramiento de varios cuerpos, entre ellos el de  Guevara de la Serna.

Los doctores Luis Herrera y Ricardo Leonard han explicado públicamente  las  pruebas de ADN practicadas a los restos óseos del Che, lo cual permitió, sin margen de error, ratificar que el cadáver hallado en la fosa de Vallegrande corresponde al guerrillero.

  El doctor Jorge González, quien dirigió el equipo cubano en  ese entonces, ha precisado  que la comparación de una carta  dental constituye otra prueba irrefutable de que los restos  pertenecen al Che.

  Todos los elementos científicos aportados han dado rotundo mentís a los amanuenses pagados en Estados Unidos para tratar de borrar las huellas reales de Che sobre la Tierra e incluso dudar de la  autenticidad de los hallazgos, como si trataran de negar la existencia misma de un hombre a cuya memoria los campesinos bolivianos rinden homenaje de santo y mártir.

   Expertos catalogan de muy valiosos los  cinco volúmenes de información recopilada y el documental fílmico sobre el diario bregar de muchas personas e instituciones de varios países que participaron en la misión de rescatar las reliquias óseas junto a los científicos cubanos.

  Más allá de lo material perecedero, y de los símbolos pétreos del recuerdo, la resurrección  de Che Guevara es hecho real que ocurre en el campo de la ética, el  ejemplo y  las ideas dimanadas de su verbo y su ejecutoria. Basta asomarse a cualquier ventana del convulso mundo actual para comprobar, más allá de cualquier metáfora, que  Che camina y combate. (TVY)(Actualizado en 05/10/19).     

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