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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

La piel que poco conocemos y mucho maltratamos

La piel que poco conocemos y mucho maltratamos

Roberto Pérez Betancourt

No intento hiperbolizar, sino abordar  un asunto que  las agencias de noticias y otros medios de difusión propios de economías de mercado suelen incluir a diario en sus reportes informativos y promocionales (propaganda encubierta o no, siempre pagada) para dar cuenta  de sucesos  relacionados con la piel de los humanos, ya sea a manera de nuevos supuestos hallazgos científicos para embellecerla, conservarla, protegerla de los rayos solares y tratar de detener la acción envejecedora del tiempo, o para dar a conocer intentos de cambiar la apariencia, el color, la textura y otros atributos, siempre con el explícito buen propósito de  complacer a ellas y a ellos, es decir, a todos..

  Recordemos: la piel,  el mayor órgano del cuerpo humano, de acuerdo con tratados especializados, se extiende aproximadamente en dos metros cuadrados con un peso promedio de cinco kilogramos y  espesor que varía desde medio milímetros en los párpados y los cuatro milímetros en el talón.

 Todo este gran manto actúa como  barrera protectora que aísla al organismo del medio que lo rodea, al tiempo que contribuye  a mantener íntegras sus estructuras,  actúa como sistema de comunicación con el entorno.

  Como otros órganos del cuerpo, la piel también se deteriora con el decursar del tiempo, ya sea por causas naturales o por el maltrato a que la expone quien la porta, generalmente sin percatarse de lo que está haciendo.

 El llamado envejecimiento cutáneo prematuro  se puede deber a factores externos o internos.   Expertos alertan sobre los factores externos, en primer lugar las exposiciones a los rayos solares sin tomar precauciones adecuadas, habida cuenta que en dosis moderadas el Astro Rey actúa en forma beneficiosa, propiciando la síntesis de la vitamina C y la regulación de la actividad sebácea, entre otras.  Pero las exposiciones prolongadas pueden incluso ser causa de cáncer.

  Entre los factores internos dañinos los dermatólogos citan en primer lugar a la deficiente alimentación,  derivada de una dieta desequilibrada en vitaminas, lo que debilita la piel y enfatizan en lo negativo  de la contaminación medio ambiental y de introducir sustancias tóxicas en el organismo, entre ellas,  nicotina y otros derivados del tabaco, alcohol  y otras drogas.  

  La piel se queja de los maltratos y del envejecimiento en forma de arrugas, esos pliegues que desagradan a las personas, expresiones naturales de que el tiempo ha transcurrido y que, si se observan prematuramente, constituyen un alerta claro de que el poseer de esa piel arrugada poco ha hecho para cuidarla.

 

 Alerta para una piel sana y atenuar efectos del envejecimiento

 

  Sobre este tema,  se divulgan las propiedades del colágeno, proteína que trabaja en el cuerpo para darle a los tejidos su estructura, firmeza y flexibilidad.

 Cuando las personas empiezan a envejecer producen menos colágeno y la piel pierde su humedad, aparecen  flacidez y arrugas.

 Dieta con frutos naturales antioxidantes y estilo de vida saludable son las mejores opciones para retardar el deterioro de los tejidos. Ayuda ingerir  tomates, zanahorias y soja, entre otros vegetales.

   En el ámbito noticioso destaca la información de que varios países africanos han dictado una  prohibición de importar productos blanqueadores de la piel en un intento de impedir que sus ciudadanos se decoloren. ¿Qué diría Maikel Jackson al respecto?

   Como vemos, la piel ha ocupado, ocupa y ocupará la atención de ellos y de ellas, porque se trata del órgano más extenso, la envoltura con la que llegamos al mundo, la que se estira mientras crecemos, y  se arruga cuando envejecemos y nos empeñamos en plancharla a toda costa, pero a veces demasiado tarde… (Con informaciones de sitios especializados en Internet y archivos del redactor)

 

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