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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

UPEC, Congreso a la vista: Criticar y otras catarsis

UPEC, Congreso a la vista: Criticar y otras catarsis

 

Roberto Pérez Betancourt

  A propósito de la próxima celebración del X Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba los días 13 y 14 de junio.

  La catarsis, para los antiguos griegos, significaba un ritual de purificación de personas o cosas  afectadas de alguna impureza.

 En popular acepción, la catarsis asume la forma  discursiva,  torrente de palabras  para opinar, criticar, vaciar la copa rebosada, liberar el espíritu de fantasmas reprimidos, en fin, descargar.

Puede suceder en asamblea obrera o reunión de circunscripción, congresos u otros foros donde  se ejerce el derecho a opinar y criticar.

Cuando antes se reflexiona sobre lo que va decirse, el discurso debe ser coherente y hallar receptores proclives a escuchar.

 Pero cuando la verbosidad rebosa el vaso de la paciencia, la catarsis del hablante provoca rechazo del que  escucha.

  También sucede cara a cara o a través de los medios de difusión masiva, sobre todo cuando el  que critica no brinda pruebas contundentes, ni cita referencias acreditadas sobre el tema que trata.

 Cuando se intenta  criticar y caracterizar actitudes de otros (en singular o en plural),  la  experiencia aconseja  partir siempre de una intención de buena voluntad, y  tener en cuenta todos los factores concurrentes para  no dejarse arrastrar por una impresión prejuiciada.

 Por ejemplo, criticar y caracterizar  el periodismo que se ejerce hoy en día, o el que se ha ejercido durante la Revolución triunfante, desde un emisor masivo de opinión, presupone en el crítico un  profundo conocimiento pretérito del asunto, y  profundidad de análisis desde estudios realizados, que rebasen el pregrado y se sedimenten en experiencias acumuladas (capacidades) en el ejercicio de esta profesión.  

    Otra cosa sería emitir un juicio peyorativo, sin base de fundamento, o una simple observación personal al estilo de “me parece”, “creo”, o  “me da la impresión”, que son las citas coloquiales, controversiales o no,  que más abundan.

   Sí, criticar y caracterizar son verbos espinosos.  Aluden a actitudes individuales.   Críticas que bien encausadas y fundamentadas pueden resultar altamente constructivas, pero mal ejercidas ocasionan disgustos, crean barreras artificiales y hasta inducen  acciones lamentables.

   No es lo mismo opinar sobre técnicas y decisiones beisboleras (pasatiempo nacional), o el estado del tiempo,  que sobre  conductas y profesiones  de otras personas.

   Lo primero es un entretenimiento. Lo segundo un tema universal, que sirve incluso para entablar  nuevas amistades. Lo tercero entraña una responsabilidad humana trascendente.

Un golpe mal calculado, más que enderezar puede ser injusto y provocar irreparables deformaciones. Un consejo de contemporáneo: Cerciórese de ver bien y no estar equivocado ante de hacer catarsis esgrimiendo el martillo, ya sea en periodismo o en cualquier otro asunto de responsabilidad social, y sobre todo humana. 

 

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