Sueños revanchistas anticubanos
Roberto Pérez Betancourt
Políticos y politiqueros de origen cubano en Estados Unidos reavivan sus sueños de volver a “cortar el bacalao” en las relaciones entre Cuba y la nación norteña, quimera que languideció durante los ocho años de mandato presidencial de Barack Obama, y que ahora renace a la vera del presidente Donald Trump, quien les ha dado esperanzas de retornar a los titulares e influir con sus cabildeos para seguir enarbolando viejos slogans de la política anticubana, ejercicios que durante decenios les resultó muy lucrativo a los usufructuarios de los presupuestos estadounidenses destinados a la industria de la Contrarrevolución.
Las oficinas de propaganda de personas como el ex congresista Lincoln Díaz Balart, los actuales representantes Carlos Curbelo, Ileana Ross Lehtinen (conocida en círculos anticubanos como “La loba feroz”) Mario Díaz Balart y el senador Marcos (trigueño de apellido Rubio), tratan de saltar de nuevo a los primeros planos de la palestra pública exhibiendo supuestas relaciones estrechas con el actual presidente Donald Trump, a quien, por cierto, rechazaron durante su candidatura republicana, tema que intentan soslayar ante la prensa.
La estrategia de “marketing político” se basa en los infructuosos intentos de acercarse al ex mandatario Barack Obama durante sus ocho años de gobierno demócrata para “asesorarlo” en materia de política anticubana, situación que confían los “anti” que variará diametralmente con la actual administración republicana.
"Hemos tenido más conversación con la gente de alto nivel de Trump acerca de Cuba, que lo que tuvimos en ocho años con los funcionarios de la administración de Obama", dijo Díaz Balart a The Associated Press.
Observadores de la política norteña apuntan que los actuales cuatro legisladores cubano-estadounidenses de la Florida, incluido Díaz Balart, representan al exilio cubano más conservador que se ha opuesto al acercamiento que Obama tuvo con Cuba y podrían influir en los destinos de la relación bilateral, como ocurrió en otras administraciones republicanas.
"Todo va a ser muy diferente", vaticinó el representante republicano Carlos Curbelo, quien lamentó que el gobierno de Obama no consultara "ni en una sola ocasión" con él, Díaz Balart o sus otros dos colegas, Ileana Ros Lehtinen y Marco Rubio (senador federal). "Es un cambio drástico", dijo.
Obama impulsó una apertura y normalización de las relaciones diplomáticas con Cuba, que se tradujo en la reducción de ciertas restricciones en temas como el envío de remesas, vuelos directos hacia la isla, el restablecimiento de las respectivas embajadas y el fin de la política que daba un estatus legal inmediato a los cubanos que pisaran suelo estadounidense.
Los legisladores cubano-estadounidenses han sido críticos y conspiradores permanentes contra la Revolución cubana y nunca apoyaron el acercamiento con el gobierno y el pueblo cubanos, aunque si usted es buen observador, se percatará que se pronuncian públicamente dentro de un marco de referencias compartido con sus electores para no perder sufragios, habida cuenta la balanza anticubana del sur de la Florida ha variado su equilibro y ahora son muchos más los cubano-americanos con derecho al sufragio, y los residentes que aspiran a poseerlo, que apoyan el restablecimiento de relaciones normales entre Estados Unidos y Cuba sobre una plataforma de igualdad y respeto mutuo.
Esto explica por ejemplo que mientras Curbelo se pronuncia por restringir el comercio y el turismo con la Isla, se muestra partidario de que los cubanos de la Florida viajen a su país de origen para reunirse con sus familiares.
Por ahora, los fuegos artificiales de buena parte de la pompa anticubana se ufana en pregonar que mantiene relaciones estrechas con funcionarios de confianza de Trump. Otros, sin embargo, prefieren no arriesgar optimismo público, y están al acecho, eso sí, sin dejar de enviar sonrisas, guiños y solicitar persones por no haber respaldado al rubio multimillonario que hace feliz a los caricaturistas y creadores de “memes” (burlas humorísticas” en los sitios digitales de todo el mundo.
En la esquina opuesta hallamos declaraciones como esta: "Confiamos en que después de que el gobierno de Trump realice una revisión completa de nuestra política hacia Cuba, encontrará que seguir avanzando hacia la normalización es la mejor opción para fortalecer la seguridad de las costas estadounidenses, abrir oportunidades para los negocios estadounidenses y mejorar la vida de la población cubana", dijo James Williams, presidente de la organización Engage Cuba, uno de los principales grupos que cabildea el fin del embargo a la isla.
Observadores anotan que tras ser elegido presidente, Trump designó a tres cubano-estadounidenses del ala conservadora para que formaran parte de su gobierno de transición: Mauricio Claver Carone, director ejecutivo de uno de los grupos que más cabildea en Washington en favor del embargo económico; Yleem Poblete, experta en política exterior y seguridad nacional; y Carlos Díaz Rosillo, conferencista sobre temas de gobierno en la Universidad de Harvard.
¿Los sueños revanchistas anticubanos se quedarán en eso? ¿Cuál será el rumbo de la administración Trump respecto de Cuba, un hombre que al parecer no controla sus emociones? ¿Volverán los ex influyentes anticubanos a ejercer algún tipo de protagonismo respecto de las relaciones con la Isla?
Las opiniones están divididas en tanto aguardan los pronunciamientos oficiales de Donald Trump sobre este tema, que evidentemente no encabeza la agenda del controversial ejecutivo, más ocupado en escribir de todo en las redes sociales y defender su política de línea dura contra inmigrantes indocumentados, procedentes de México, Centroamérica y de países musulmanes, mientras sigue acumulando records de protestas públicas en todos los estados de la Unión. (TVY)(09/03/17)
-Presidente norteamericano cree que Cuba no ha hecho concesiones para normalización de relaciones
El presidente de EEUU, Donald Trump, cree que Cuba, “con todo lo que se le ha regalado”, no ha hecho ninguna “concesión” dentro del proceso de normalización de las relaciones bilaterales, según dijo hoy su asesora Helen Aguirre Ferré en una entrevista exclusiva con la agencia de prensa española EFE.
“El presidente (Trump) ha sido muy claro sobre que se van a evaluar todos los acuerdos de la previa Administración (del expresidente Barack Obama) con Cuba”, afirmó Aguirre Ferré, de ascendencia nicaragüense.
La asesora especial del mandatario y directora de asuntos de prensa comentó en la Casa Blanca que, a juicio de Trump, “Cuba no ofreció ninguna concesión, con todo lo que se le ha regalado en lo que ha sido la normalización y el restablecimiento de acuerdos y el trato diplomático”.
Raúl dijo en la Cumbre de la Celac:
Deseo expresar la voluntad de Cuba de continuar negociando los asuntos bilaterales pendientes con Estados Unidos, sobre la base de la igualdad, la reciprocidad y el respeto a la soberanía y la independencia de nuestro país, y de proseguir el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés común con el nuevo gobierno del presidente Donald Trump.
Cuba y Estados Unidos pueden cooperar y convivir civilizadamente, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a ambos países y pueblos, pero no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia.
El bloqueo económico, comercial y financiero persiste, lo que provoca considerables privaciones y daños humanos que lesionan gravemente nuestra economía y dificulta el desarrollo.
(TVY)(RPB)(Con información de EFE/ Cubadebate)(09/03/17)
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