La fumigación no alcanza

 Roberto Pérez Betancourt

  Llegamos a la mitad de marzo y seguimos enfrascados en el combate contra el mosquito Aedes aegypti, vector de graves enfermedades, los muchachos de verde olivo ocupando el lugar protagónico  con sus humeantes bazucas, que disparan ráfagas de  una mezcla de insecticida, agua y petróleo, la cual ha demostrado eficacia en ahuyentar y matar a los  mosquitos adultos, empeño sostenido,  que esta semana en muchos lugares entra en la cuarta sesión de trabajo en Matanzas.

  Pero no alcanza este esfuerzo para  el  propósito de  saneamiento medio ambiental, que debe ser más  integral y abarcador.

  Aunque los fumigadores se empeñen en realizar el mejor de los trabajos, necesitan estar acompañados de supervisores que expliquen, aconsejen y exijan las acciones coadyuvantes de la fumigación, entre ellas: persuadir para  que las viviendas  de familias y locales empresariales fumigados permanezcan cerrados el tiempo reglamentado para alcanzar la mayor eficacia.

   Asimismo,  lograr que no queden espacios sin fumigar, incluidos patios, garajes, traspatios, pasillos y otras oquedades donde puede refugiarse el  mosquito.

   Se necesita un personal  que agencie el acceso a locales que siguen cerrados y nunca han sido  saneados,  para evitar que continúen  siendo potenciales guaridas de mosquitos.

  A parejas,  hay que recorrer las barriadas para detectar otros focos de infección, desde basureros abiertos ante la vista, hasta los semiocultos, como el que se puede apreciar por encima del muro que linda con el moderno edificio de Tribunales,  en la Playa.

  También los variados registros de agua sin tapa en los que las larvas del insecto proliferan, o el entorno de la fábrica Yucayo, en Pueblo Nuevo, que clama por una adecuada higienización, o  los alrededores de la Escuela de Arte, donde se aprecian   variados vectores en un ambiente que les conviene .

   La lista es larga, y para completarla sería bueno usar la vieja práctica del camina vías ferroviario, ese hombre lleno de paciencia, que va a pie, no en auto ni  locomotora,  con la mirada alerta  para ver, anotar, informar y facilitar a los que tienen la obligación de actuar en todos los frentes, en este caso contra los vectores de enfermedades, en todas las barriadas. (TVY)(14/03/16)