Unificación monetaria en Cuba, Expectativas y realidades
Roberto Pérez Betancourt
La Noticia, difundida en las primeras horas del martes 22 de octubre, captó de inmediato la atención de la población cubana: El Conejo de Ministros acordó poner en vigor un cronograma de ejecución de medidas que conducirán a la unificación monetaria y cambiaria.
El tema interesa a todos los cubanos, pues tiene que ver con realidades económicas actuales de la nación, que de alguna forma afectan el nivel de vida y las expectativas de las familias en sus intenciones de compra, venta, ahorro, viajes y otras acciones en las que se implica la relación monetario-mercantil y cambiaria.
La dualidad monetaria cubana surgió en 1994 con dos monedas que incluían el CUP, o peso nacional, y el dólar estadounidense, puesto a circular por necesidades del país, hasta que este último se suprimió de la circulación en 2004 y entró en vigor el CUC, o peso convertible, que en realidad solo lo es dentro de Cuba en las casas de cambio –conocidas como CADECA-, donde por el se obtienen los CUP, en los que se realizan la mayoría de las operaciones en los mercados agropecuarios y establecimientos que solo operan en esa moneda y entre personas naturales.
Los CUC también pueden canjearse en las cadecas por divisas extranjeras y viceversa, a la tasa oficial de Cuba.
El cambio actual es para la población de 24 pesos nacionales o CUP por un CUC (para su venta) y 25 por uno (para su compra).
Hasta ahora las personas necesitan adquirir los CUC para poder comprar con ellos en las tiendas que venden variedad de artículos, nacionales e importados, y solo operan en esa moneda.
Para la economía nacional, depender de dos monedas implica numerosas complicaciones de registro y transacciones para las entidades jurídicas y para las personas naturales, es decir, la población en general.
La referida nota oficial anuncia el inicio de un periodo de preparación de condiciones para elaborar propuestas de normas jurídicas, cambios de los registros y ajustes contables, además de capacitar a quienes se ocuparán de de las acciones actuales y futuras de este tema.
Destaca la reiteración de que ninguna decisión perjudicará a las personas que legalmente obtienen sus ingresos en cualquiera de las dos monedas cubanas y se respetará la confianza demostrada por quienes mantienen sus ahorros en los bancos en cualquier moneda.
Asimismo, se precisa que cualquier innovación operativa en las tiendas, para facilitar compras, mantendría la paridad monetaria actual, y se avisará sobre progresivas decisiones, según avance el cronograma anunciado.
En opinión de este comentarista, no es ocioso recodar que, en rigor, solamente el aumento ininterrumpido de la productividad y la producción de bienes y servicios darán la solidez que necesita cualquier moneda en circulación.
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