Cuba: “La hora de los mameyes”

Roberto Pérez Betancourt

Busco en Internet y me sorprendo: La hora de los mameyes, esta frase cubana, según cuentan acuñada popularmente cuando los ingleses invadieron a La Habana vistiendo uniforme rojinegro – combinación cromática que se observa cuando se abre un mamey, entre el negro de la semilla y la pulpa de la fruta--, aparece como titular de variados artículos, en los que unos elogian y otros denigran a la Revolución Cubana, por supuesto, siempre según el color del cristal a través del cual miren (no del mamey), y este condicionado a sus intereses personales, sus siquitrillas respectivas, su forma de vivir, su visión de la justicia social, en fin, como a cada uno le da la gana …

Supongo, pues –el pues se me pegó en Nicaragua y me cuesta soltarlo— que cada quien tiene su propia versión autoral sobre la hora de los mameyes. Tengo la mía. Cuando yo era niño (hace mucho rato), los mayores aludían a las situaciones difíciles y de importantes definiciones, diciendo que había llegado “La hora de los mameyes”. Podía ser, por ejemplo, uno de aquellos procesos electoreros identificados sobre todo porque las ciudades eran tapizadas con pasquines coloridos que mostraban rostros sonrientes, emblemas de partidillos políticos y juramentos que prometían agua, caminos, escuelas y muchas más bendiciones, que el aspirante al cargo público derramaría sobre las comunidades, si sus habitantes lo favorecían con el sufragio. Se debatía entre ir a votar, vender la cedula electoral al mejor postor, o abstenerse de participar en aquella competencia por el jamón de la república. No votar implicaba exponerse a multas oficiales. Era obligatorio ir. La institucionalidad “democrático representativa” no era pa’l relajito. Pero en la versión pedestre, la del empleado público y la del desempleado que arañaba para sobrevivir, “la hora de los mameyes” aludía en realidad a las consecuencias que el cambio de políticos en el poder acarrearía para quienes quedarían cesantes, sin ninguna opción de amparo social para ellos y sus familias, porque la Constitución de la República, y la mala leche de los gobernantes de turno, no incluían esa “opción” de sobrevivencia. Lo real maravilloso era que los vencedores en la puja electorera colocarían a sus simpatizantes a través de los llamados “sargentos políticos”, o simplemente a quienes les compraran las plazas en los ministerios “por una cantidad razonable”.

 La hora de los mameyes entonces implicaba la irrupción del fantasma de la cesantía en el capitalismo salvaje, el mismo que todavía recorre cada cierto tiempo a muchas de nuestras naciones latinoamericanas. En Cuba Lo sufría quienes al menos gozaban la suerte de recibir un chequecito mensual. Recuerdo que las empleadas de Maternidad devengaban 44 pesos mensuales por hacer de todo, desde limpiar el piso hasta conducir a los niños difuntos a los refrigeradores de la morgue. La gran masa, más de la mitad de la población en posibilidad de laborar, no tenía empleo , ni entonces existían “tierras ociosas para entregar en usufructo”. Los desempleados y los hambreados del campo tenían que arrastrar su miseria como podían, o morirse. Para este gran segmento de la población cubana “la hora de los mameyes” no aplicaba a una coyuntura, era toda la coyuntura.

Ahora me viene a la mente aquel estribillo que mi abuela Nana me hizo aprender de memoria: “Vuelta Oliva concejal, Pelayo Cuervo Senador, y para mayor garantía Menocal en la alcaldía”. Me hacía recitarlo en mítines a los que me llevaba cuando todavía yo no había cumplido cuatro años de edad. El propósito era caer en gracia y que el candidato que resultara electo le otorgara una beca a mi primo Pepe para que al menos alcanzar el sexto grado en una escuela semimilitar nombrada Ceiba del Agua. Pepe tenía como 10 años y todavía no había podido acceder a un pupitre público. Mi abuela consiguió la beca. Fue como un galardón que la familia le reconoció siempre a aquella santa mujer, inválida y analfabeta. Aquel tiempo fue sepultado el primero de enero de 1959.

Afortunadamente mis hijos y mis nietos no tuvieron que implorarle ninguna beca a ningún politiquero, y mi abuela pudo asistir al maravilloso espectaculo de ver a su descendencia en Cuba graduarse en universidades y oficios, y vivir como personas, lo que no significa que no se haya pasado trabajo, ni escaseces, ni que en todo este tiempo no hayamos sostenido una polémica total sobre el idealismo económico subjetivo, las realidades frente a los sueños, el querer y el no poder, en fin, ese largo y controversial debate --desde dentro de la Revolución-- que parece aterrizar, finalmente, a través de una ventana abierta al optimismo de enderezar la pirámide económica, aquejada de severa escoliosis.

Al cabo de más de medio siglo de aquel asalto al cielo caribeño, luego de haber transitado por etapas difíciles y gloriosas, de sueños y frustraciones, Cuba se enfrenta a realidades que imponen cambios de mentalidad y adecuaciones prácticas dentro del socialismo, para preservar conquistas que reconocen simpatizantes y opositores, de adentro y de afuera, y enderezar lo que demasiado paternalismo, gratuidades e idealismo subjetivo acarreó, junto con las políticas hostiles que llegaron del Norte revuelto y brutal, y aún se mantienen, dirigidas con mala intención de retrotraer a la nación a aquella nefasta era de politiquería constante. Pero no pretendo aquí aludir al bloqueo (embargo) norteamericano contra Cuba, ni a las agresiones terroristas, ni de asesinatos, ni invasiones, ni de otras prácticas genocidas de las sucedidas por 11 administraciones estadounidenses contra mi país, incluida la actual, que juzga a Posada Carriles, el terrorista número de América solo por mentir a inmigración y no por sus crímenes, y sostiene el mismo afloja y aprieta de algunos de sus predecesores, práctica insinuadora de chantaje político de perenne hora de los mameyes para los cubanos.

Pero dije que no hablaría de eso. Deseo comentar la actual especial hora de los mameyes en Cuba. Quienes con vocación apocalíptica desde el sur de la Florida y otras atalayas foráneas alzan voces para amplificar lo que llaman “ola de despidos”, “bancarrota económica”, “derrumbe de las ideas”, y otras acuñadas frases para sumarse a la bien pagá y orquestada campañas de mentiras, en el fondo se retuercen el hígado porque, por fin, la administración estatal cubana da pasos en la Isla en pos de enderezar entuertos y enrumbar la economía por senderos de mayor objetividad, que permitan superiores avances económicos y garanticen bases sustentables de los beneficios para todos.

Se abren puertas a nuevas iniciativas particulares, se reconoce la importancia de la iniciativa privada a la vez que se reafirma el principio socialista de que el Estado ha de conservar la administración de las fundamentales ramas de la producción y los servicios. No es “terapia de choque” ni regresión ideológica, lo que ocurre ya en esta antilla bendecida por la naturaleza, sino un programa en marcha, perfectible a través del criterio de todos los cubanos expresado con total libertad, que no deja desamparado a nadie y procura eficiencia verídica, en pos de la aplicación progresiva, real, de la retribución salarial con arreglo a la cantidad y calidad del trabajo aportado por cada quien en su puesto, en todas las esferas, oficios y profesiones, desde el obrero calificado hasta el profesional, para que no siga dándose la paradoja de que un médico gane menos que un parqueador de autos, o que un ingeniero informático, especialista en programación, devenga igual que el mozo de limpieza del policlínico, porque todavía hoy esa pirámide retributiva sufre de escoliosis múltiple, y es sabio, y urgente, restañar la dolencia. . Comprendo que para lograrlo es imprescindible el reajuste laboral en todo el país. Implica adecuar plantillas sobre principios de racionalización e idoneidad en el desempeño laboral. No existe otra alternativa. Hay que erradicar gastos improductivos para poder elevar la eficiencia y la productividad en todos los sectores, premisas para rentabilidad empresarial y equilibrio financiero del país. Obviamente es menester alimentarse de confianza en la rectitud del proceso. Afortunadamente en Cuba la experiencia desde la honestidad individual del análisis, independientemente de las discrepancias formales, no da lugar a dudar de que el proceso transite por caminos de transparencia. Correspondió a ministerios de Salud Pública, Azúcar, Agricultura, Alimentación y Turismo iniciar este proceso. Seguirán Industria Básica, Transporte, Comercio Interior y Educación superior y luego otras entidades, de acuerdo con los anuncios oficiales. Oficialmente se ha subrayado que quienes cesen en sus actuales ocupaciones tendrán opción laboral en entidades con plazas vacantes, donde realmente su trabajo sea productivo. También accederán al empleo por cuenta propia, y la solicitud de tierras ociosas para su labranza. Debe ser un proceso administrativo transparente, bajo la observación sindical, garante del cumplimiento de las metodologías elaboradas. El cálculo a escala nacional estima suprimir este año plazas de más de 350 mil funcionarios públicos. En cinco años se calcula que un millón 800 mil personas pasarán al trabajo económico no estatal. Esto abre perspectivas a pequeñas empresas y negocios, elevará las recaudaciones por concepto de tributos indispensables para cubrir erogaciones en sectores como salud, educación, asistencia social, deportes, recreación y otros. Por supuesto que estas modificaciones exigen adecuar mentalidades y asimilar las realidades que se imponen para bien. Son adecuaciones necesarias al modelo económico cubano, de cara al presente y al futuro del socialismo. Me parece que nadie debe llamarse a engaño, ni dentro ni fuera de Cuba. Esta “hora de los mameyes” es difícil, pero diferente.

 La afirmación estatal de que “Nadie quedará desamparado” no se siente como consigna politiquera, sino como compromiso firme del Estado, porque no es este el tiempo en Cuba de los politiqueros ni de los latifundistas, ni de los monopolios yanquis. Es otro tiempo, que Cuba y los cubanos afrontaremos con todos y para el bien de todos, con la renovada esperanza de enmendar errores y ensanchar el horizonte en un sistema social donde el ser humano sigue siendo lo más importante.

9 comentarios

[SUPERMAN - 26 de enero de 2011 - 20:47]

ROBERTO,
Gracias por las repuestas ojala que las cosas se arreglen pronto para que los de alla disfruten lo de aqui y los de aqui puedan disfrutar lo de alla.
Todos los gobiernos tienen sus altas y sus bajas pero lo importante es
la libertad, la salud y un bue porvenir.
Hace falta que el cubano se comunique con el mundo y se civilize y llegue a un nivel mas alto es todo los aspectos.
Bueno pues tu sabes que el regimen de la habana se niega a hacer muchas cosas tambien que fuera util para sus ciudadanos y no lo hacen cada cojo cojea a su manera.
Bueno Roberto mucha SALUD A TU NIETO Y A TI. SALUDOS Y NO TE ME ESTES ESCONDIENDO OK. BYE.

[Roberto - 26 de enero de 2011 - 16:13]

Mi estimado Súoper, me he reído con tu preocupación. Ojalá pudiera en estos tiempos andar en esos trajines de cables y trabajos para el futuro. lamentablemente la salud no me lo permite. Pero te confieso que me guistasría- Este cable debe ser muy útil Súper, porque el gobierno norteamericano, increíblemente, se niega a que Cuba conecte el que pasa a solo unas millas en el norte. Estp sería ideal. Pero el bloqueo lo impide. incluso, desde la óptica desestabilziadora de la Revolución es una estupidez no permitir que Cuba acceda a ese cable, porque así se facilitarían las comunicaciones a más bajo costo y la propaganda norteamericana incluso llegaría a la Isla . Pero son tan brutos que ni eso entienden. Entonces hay que acudir al ALBA, que como ya debes saber es una alianza que permite ayuda economica mutua. Venezuela con su capacidad economica superior a la cubana facilita el financiamiento. Es necesario este cable para poder abaratar las conexiones de internet y en general las comunicaciones y agilizar la velocidad de Internet, que aqui adentro es muy lenta pues depende de conexiones de cobre, aunque hay una red interna de fibra óptica. En fin, com,o en Cuba estas conexiones están al servicio de las instituciones educacionales, las empresas, los correos, por donde puede acceder la población, aunque de esto no se hable y se diga que la gente no tiene acceso a Internet. y mucha más gente, como profesionales medicos, ingenieros, periodistas etc etc., que tienen conexiones domésticas y en la medida de las posibiolidades este cable facilitaría la ampliación de los servicios. nada tiene que ver esta inversion con als casas destruidas por los ciclones, las que afortunadamente se han ido reparando y construyen do nuevas, comos eguramente ya sabes. No veo como ese cable pueda establecer más control. No entiendo a que te refieres al respecto. Si crees que es para monitorear las llamadas personales como hacen en erstados unidos al amparo de la ley patriota, no lo creo en realidad, porque aquí no existen esos problemas. ojala sirva el cable para que podamos acceder directamente a la televisión de estados Unidos y de otros países, a ampliar las comunicaciones en sentido general, a diversificar las ofertas televisivas, en fin a todo lo que hace falta. Grfacias por tus saludos. mi nieto sigue como el cahumbambé, unas veces arriba y otras abajo, pero sobrevive, afortuinadamente el acceso a la salud de primer nivel es gratuito aquí y dispone de lo que necesita. Te reitero mis deseos de salud y properidad para este año. Roberto

[SUPERMAN - 25 de enero de 2011 - 17:44]

ROBERTO,
Gracias y bievenido a tu regreso
pues estaba preocupado pense que te habias ido voluntario a ayudar a tender
el cable de fibras que supuestamente unira a cuba de venezuela para el beneficio del regimen.
ROBERTO tu crees que este cable
sera mas util para el regimen que para la poblacion. Roberto quien es el que pagara los setenta millones que vale este trabajo a los franceces.
Este dinero podria ser invertido
en renovar las viviendas que los huracanes destruyeron para un bienestar a la poblacion. Cuales son las verdaderas razones de este cable tu crees que sera para mantener al pueblo
en un control a un nivel mas alto.
SALUDOS ROBERTO Y UN SALUDO A TU NIETO, MUCHA SALUD. SUPERMAN.

[Roberto - 25 de enero de 2011 - 15:44]

Muy buenos días, mis estimados corresponsales. Veo que han empezado el año calienticos y que las neuronas todavía no se les despejan suficientemente. Un observador imparcial podría pensar que son unos extremistas de derecha nuestros amigos Supermán y Charlitín. Pero no es así. Ante todo debo ofrecer disculpas por mi ausencia prolongada del Debate, debido a problemas personales. Pero intento estar presente siempre que puedo. Nada, parece que la máquina del tiempo borró los archivos del disco duro del Super y en el documentado Charlitín algín virus malicioso no le permite razonar y solo repetir consignas. Por qué la emprenden con Armandito. Donde quiera que él esté razpona mucho mejor. Relean lo escrito aqui, en el comentario, nieguen las verdades y por favor, no repitan más lo mismo, que después me critica a mí por eso. Intenten ser más creativos. Un abrazo fraterno. Roberto

[Carlos - 25 de enero de 2011 - 01:47]

Superman, Armandito no vive en Cuba, peor aun vive en Miami. Es de los que se fue y ahora defiende al sistema que lo hizo salir. Esos son los peores, pues no estan en ningun lado. Alla son gusanos y aqui seudo comunistas acomodados. En ambos lados del mar son lo mismo, hipocritas oprtunistas.

[SUPERMAN - 22 de enero de 2011 - 22:14]

ARMANDITO.
Fijate si la revolucion ha amparado a su pueblo que hay mas cubanos regado por el mundo entero que chinos en la china por culpa de Fidel Castro.Esto es sin contar los que estan en el fondo del mar o los que tiburones sean comido.Gracias le damos a dios que nosotros podemos pensar diferente y escribir lo que nos venga a la mente sin que nos lleven a una carcel y ser torturado,alla ustedes que tienen todos que pensar iguales porque el regimen no se los permite pensar de otra manera por eso es que estan paralizados como momias.La educacion en cuba solamente se trata de como odiar a los americanos
porque Fidel Castro y Raul son unos invidiosos y lo que han hecho en cuba es criar chusmos,invidiosos,homosexuales
y jinetera esto es lo que tu llamas Educacion.Es verdad el refran que la fruta no se cae muy lejos de la mata.
Armandito haste un despojo y sacudate el mal que la revolucion te inyecto porque estas bien contajiado.

[Armandito - 22 de enero de 2011 - 18:01]

Muy bueno tu comentario, Roberto. Las dos sanguijuelas que te han pegado al blog para repartir más de lo mismo que comen en la derecha de esta miami siguen intentando ocultar realidades pasadas y presentes. Ese supermán con kriptonita en el cerebro no sabe lo que dice. La Revolución siempre ha amparado a su pueblo y ya quisieran millones de norteamericanos disponer de la salud y la educacion que disfrutan los cubanos. Y ese Carlos no es más que un provocador de pacotilla a quien las verdades que dices le duelen en las costillas. Un abarazo y síguele metiendo con entusiasmo.

[Carlos - 21 de enero de 2011 - 16:53]

Robertico, que estas consumiendo en este ano nuevo mi hermano. Hablar de promesas incumplidas y despidos pre-revolucionarios a esta altura me parece una broma de mal gusto para tus propios compatriotas de la isla. Espero que cuando el malentendido de medio siglo pase, pronto si Dios quiere, te puedas dedicar a la poesia o a escribir articulos sobre la reconstruccion de Matanzas donde puedas explotar tu esquisita redaccion y talento creativo de escritor experimentado. Espero, y te lo digo con toda sinceridad porque te he tomado afecto, poder disfrutar de tus cronicas sin desperdicio y sin los cuestionamientos que me asaltan ahora cuando escribes lo que imagino no puedes realmente sentir sin la influencia de embriaguez, si no alcoholica, peor aun ideologica. Sin animo de polemizar, un abrazo... y feliz ano nuevo.

[SUPERMAN - 20 de enero de 2011 - 22:43]

Me parece un poco tarde para los propagandistas de la revolucion de tener
ezperanza y de enmendar los errores y mirar a el horizonte cuando lo mas importante para un ser humano es la nutricion,la libertad y el vivir bien con todo los derechos.