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DEBATE ABIERTO, la página de Roberto Pérez Betancourt

PARLAMENTO CUBANO, SINGULAR POR COMPOSICIÓN Y CARACTERÍSTICAS

PARLAMENTO CUBANO, SINGULAR POR COMPOSICIÓN Y CARACTERÍSTICAS

Por Roberto Pérez Betancourt

                

 Los cubanos votarán el 20 de enero para elegir a un nuevo  Parlamento unicameral de 614 diputados, cuya composición  resulta ejemplo de democracia.

   A diferencia de los países donde aspirar a ejercer un cargo  público se condiciona al tráfico de influencias y la posesión  de amplios recursos monetarios para sufragar costosas campañas  publicitarias, en Cuba esos factores son totalmente ajenos y                   los que resultan electos no reciben ninguna remuneración  especial.

  En los llamados sistemas de "democracia representativa", como   Estados Unidos, la economía de mercado capitalista domina las  relaciones políticas, y quien aspire a representante o senador  necesita una fortuna personal multimillonaria para lograr que                   su partido lo postule y competir con otros de su misma clase  social. Esa condicionante excluye a la inmensa mayoría de los  ciudadanos, que se preguntan ¿cómo es posible que un candidato invierta millones para devengar un salario anual de 160 mil                 dólares?

  La respuesta lleva implícita palabras malsonantes: corrupción  institucionalizada, reveladora de la fuente de resarcimiento.

  Por el contrario, los parlamentarios cubanos no devengan   remuneración especial por sus tareas legislativas, y durante  sus mandatos continúan percibiendo los mismos salarios por las  actividades que desempeñaban al momento de su elección.

  Igualmente, el grueso de los diputados sigue ejerciendo sus  habituales profesiones, salvo los que integren órganos  ejecutivos de gobierno.

  Otra característica de la Asamblea Nacional del Poder Popular   (Parlamento) es que hasta el 50 por ciento de sus integrantes  son delegados en sus respectivas circunscripciones, como  integrantes de las asambleas municipales, por ende, proceden                   de la nominación directa de los vecinos en cada demarcación.

   Los restantes fueron propuestos por las organizaciones   sociales. Las biografías de los candidatos son ampliamente  conocidas por los electores antes de votar voluntariamente.

  Quienes resulten electos deberán reunir más de la mitad de los  sufragios emitidos.                  Por su procedencia, los parlamentarios cubanos también   compendian una representatividad balanceada de la sociedad, lo  cual posibilita integrar comisiones gubernamentales de trabajo  dotadas de integralidad en los análisis socioeconómicos y                   desprovistas de prejuicios sectorialistas o regionalistas.

  En el próximo Parlamento, 175 de los nominados (29 por ciento) se vinculan directamente con gestiones de producción o servicios. De ellos, 65 son de la educación y 30 de la salud.

   También están ligados a la base económica y social los 25  candidatos provenientes del sector de la investigación   científica, los 10 de la actividad deportiva, y 42 del ramo de  la cultura. La presencia del movimiento obrero se aprecia  mediante 25 representantes de la Central de Trabajadores y sus  sindicatos ramales, que le confieren la más alta   representatividad dentro de las organizaciones de masas de la                   Isla.

   A pesar del vínculo estrecho con las actividades de base, los  aspirantes a diputados poseen un alto nivel de instrucción,  pues las estadísticas revelan que el 99 por ciento de ellos  terminaron la enseñanza media superior o universitaria, lo que  constituye otra particularidad exclusiva del Parlamento cubano.

 La Asamblea Nacional del Poder Popular deviene el órgano  supremo del poder del Estado, que representa y expresa la voluntad soberana de todo el pueblo. Es el único órgano con   potestad constituyente y legislativa en la República.

  En un universo mayoritariamente caracterizado por la antítesis democrática, el Parlameno cubano sin lugar a dudas constituye ejemplo por la  singularidad de su composición y características, referentes   para quienes aspiren a una verdadera democratización de sus   procesos electorales y períodos legislativos.

                        

 

            

 

     

     

      

  

      

  

      

    

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