W. Bush: Cínica retórica y amenazas bélicas contra Cuba
Por Roberto Pérez Betancourt
Con amenazas de agresión armada y promesas de beneficios para traidores y mafiosos anticubanos, el presidente de EE.UU. George W. Bush reiteró el miércoles más de la fracasada política imperial contra la Isla durante casi 50 años.
En transmisión diferida, la Mesa Redonda Informativa de la televisión y la radio cubanas dio a conocer este miércoles la respuesta oficial de Cuba a través de una conferencia de prensa del Canciller Felipe Pérez Roque, realizada dos horas después de que el mandatario estadounidense concluyera su ensarta de diatribas. Randy Alonso, moderador del espacio radiotelevisado, explicó que al iniciar Bush su discurso, apenas había 40 personas en una sala del Departamento de Estado, con capacidad para 200, lo que fue resuelto con personal administrativo, ante la ausencia de diplomáticos extranjeros y otros invitados, dieron a conocer reportes de prensa. El discurso de Bush, matizado de frustraciones y plañideras escenas preparadas para consumo de periodistas de 'páginas sociales', fue ofrecido en transmisión simultánea de amplia versión en la Mesa Redonda. Dijo el mandatario de EE.UU. que para su Gobierno la palabra de orden en Cuba no era estabilidad, sino libertad, entendida por observadores como la reconquista de la Isla por la fuerza, y reiteró que mantendrá vigente el bloqueo económico, comercial y financiero mientras la Isla no aplique cambios de política y de estructuras gubernamentales que satisfagan a Washington. Bush apeló vehementemente a otros gobiernos para que se sumen y colaboren con las agresiones económicas anticubanas, lo que evidencia el aislamiento real de la fracasada hostilidad de su Administración. También Bush se dirigió directamente a los cubanos, y en particular a militares que en Cuba pudieran escuchar sus palabras, y en abierta injerencia imperial los exhortó a la sedición y traicionar a su Patria, mientras ofrecía más dinero a la contrarrevolución. Felipe Pérez Roque advirtió que la palabra de orden en Cuba es coraje, serenidad absoluta y confianza en nuestra fuerza, frente a la escalada de agresión sin precedentes anunciada por el mandatario de EE.UU. Precisó que una guerra de anexión contra la Isla significaría la ruptura de la estabilidad de Estados Unidos, duraría 100 años y no terminaría sino con la victoria del pueblo cubano, ya que -dijo- el único resultado posible es preservación de la independencia y soberanía de la nación. El Canciller cubano calificó de mentirosa y ridícula la descripción de Cuba hecha por el inquilino temporal de la Casa Blanca, en la que profirió mentiras absurdas, obviamente preparadas por viejos amanuenses anticubanos, algunas de las cuales relató, como el haber dicho que en 2006 EE.UU. fue el país que más ayudó monetariamente a Cuba. Ante los interesados ofrecimientos de Bush de entregar computadoras y becas a sectores proclives a la desestabilización del país, y su aspiración de recaudar dinero para la contrarrevolución entre naciones donantes, Pérez Roque ridiculizó esas ilusiones y brindó datos demostrativos de los avances sostenidos de Cuba en la informática, la educación superior y la institucionalización. También exigió de Washington cesar inmediato de la política de agresiones y amenazas, dejar de intervenir groseramente en asuntos internos de la Isla y renunciar a la idea fallida de pagar dinero para fabricar una oposición interna, además de que debe dejar de financiar a sus grupos mercenarios dentro del país caribeño. Añadió que EE.UU. debe poner fin a las acciones subversivas, guerra radial y televisiva, desmontar las mal llamadas Radio y TV Martí, levantar de inmediato el bloqueo genocida sin condiciones y lograr que el Congreso de EE.UU. derogue las leyes que instrumentan ese cerco económico, comercial y financiero. El ministro de Relaciones Exteriores instó a Washington a suprimir las prohibiciones de Washington a los viajes de ciudadanos norteamericanos a Cuba; a permitir que los cubanos residentes en EE.UU. visiten libremente a su país de origen; además de eliminar el estímulo a la emigración ilegal desde la Isla, la política de pies secos y mojados y cumplir los acuerdos migratorios. Cesar las agresivas campañas mentirosas contra Cuba y liberar a los cinco luchadores antiterroristas presos políticos en cárceles norteamericanas, fue otra de las exigencias de Pérez Roque, quien llamó a extraditar al terrorista Luis Posada Carriles a Venezuela. Asimismo exigió que el gobierno norteamericano cierre la base ilegal de Guantánamo, territorio de Cuba donde EE.UU. aplica torturas y tratos degradantes a los prisioneros que allí mantiene, y dejar de ejercer presiones contra la comunidad internacional para que se incorpore a la política represiva contra la Ínsula, condenada eternamente al fracaso. Un mensaje de respeto y de amistad envió Pérez Roque al pueblo norteamericano, al que expresó su certeza de que un día llegará en que no habrá bloqueo y los norteamericanos podrán tener relaciones normales con los cubanos. El pueblo cubano no será engañado, ni comprado, ni rendido, dijo el Canciller, quien rechazó cada frase de odio proferida por Bush y enfatizo que lo que en realidad está llegando es el día en que el pueblo norteamericano se libre del actual mandatario estadounidense.
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