EL TIRO AL TIGRE
Cuando un tigre mata a un hombre para alimentarse lo nombran ferocidad. Cuando un hombre mata a un tigre lo llama deporte. Cuando un hombre asesina a otros hombres lo califica como "pacificación".
Por Roberto Pérez Betancourt
IMPULSADO POR la necesidad de hallar empleo para alimentar a su familia, el mexicano José María brincó el alto muro en la frontera con Estados Unidos. Era consciente, al jugarse la vida durante la clandestina acción que desde tiempos lejanos practican millones de latinoamericanos desesperanzados en sus países de origen.
El emigrante sentía espuela en la idea fija de alcanzar “el sueño americano”, del que había escuchado hablar y, después de todo, a lo mejor algún día podría salir en televisión, al igual que el El Rey del Tomate, y contar cómo se había hecho rico.Del otro lado de la cerca, John Smith, activo militante de la Asociación Norteamericana del Rifle, observabas a José María justo en el centro de la mirilla telescópica de su fusil de largo alcance.José María ansiaba un empleo en el Norte. Smith cazaba a su presa para librar a su país de un odiado extranjero más. ¿Actuaban ambos en forma aberrada?Aberración es palabra que expresa extravío de la mente o de la conducta humana. Ni el mexicano ni su familia estaban locos, sino hambrientos.El norteamericano no sentía hambre ni estaba desquiciado. Todo lo contrario. Era convencido de que eliminar de la faz de la tierra a un bípedo de piel tostada, por demás inmigrante, evitaría que la delincuencia creciera y contribuiría a la preeminencia blanca en su país.Víctima de desempleo crónico e incultura sedimentada por relaciones de producción basadas en la explotación y el neoliberalismo consentidor a los consorcios transnacionales, José María no contaba con capacidad ni tiempo para pensar en las verdaderas causas de la injusticia secular que padecían su familia y las de sus paisanos. Él había oído alguna vez los términos racismo y xenofobia. Intuía que el primero expresaba algo así como el rechazo de los blancos contra todo el que no lo fuera; la segunda le parecía solo una mala palabra.Según John, racismo era un término acuñado por comunistas y anticristianos para ofender a quienes defendía la pureza de la raza blanca; xenofobia le sonaba a homosexualidad, o algo así.John y millones de norteamericanos más obran influidos por una prédica repetitiva, encaminada a exacerbar el sentido racial de su grupo étnico y el odio a los demás.Ese rechazo se multiplica cuando “los otros” son considerados repugnantes extranjeros, habituados a prácticas religiosas y culturales diferentes a las que profesan “los ¿blancos?, nacidos en la tierra que Dios ha bendecido con abundancia de riquezas”. CUANDO UN HOMBRE MATA A UN TIGRE…El célebre Bernard Shaw (1856-1950), premio Nóbel de Literatura, hizo notar con su fina ironía que cuando un hombre quiere matar a un tigre se llama deporte, pero cuando un tigre mata a un hombre lo nombran ferocidad.Desde el surgimiento del pensamiento, intrínsecamente vinculado al lenguaje, el arma de intención comunicativa ha estado siempre cargada con balas de ideología.El punto de vista del hombre siempre será diferente al del tigre. Los más poderosos entre el primero, apoyándose en su inconmensurable influencia, difundirán ideas y doctrinas hasta convencer a sus congéneres de que matar al indeseable no debe entrañar algún complejo de culpa; además deviene práctica entretenida.Por más que el tigre ruja y muestre sus colmillos seguirá siendo solo un animal sin posibilidades reales de comunicar la razón de su hambre, único reflejo que lo induce a cazar.Estará el tigre condenado a ser cazado en nombre de la aberración consciente del hombre, que mata aunque no tenga necesidad de saciar su apetito.Pero, si la conciencia presupone “el conocimiento de lo que se hace” y la aberración es “extravío de la mente”, ¿puede existir una aberración consciente?El racismo y la xenofobia son manifestaciones ideológicas que entrañan intenciones aberrantes por parte de clases sociales que las propagan, fundamentándolas en falsos argumentos nacionalistas que enmascaran los verdaderos intereses socioeconómicos y políticos de los instigadores.En numerosas ocasiones el discurso xenofóbico y racista asume un ropaje seudo religioso, de mítica superioridad étnica y le atribuye todos los males que surgen en la nación a los extranjeros radicados en el país.Los nuevos ideólogos de la xenofobia y el racismo, al igual que hicieron los nazifascistas hitlerianos, aprovechan la falta de instrucción e incultura de sectores marginales para captar entre ellos a sus activistas más furibundos.Quienes emplean la violencia en acciones de “limpieza racial”, pueden actuar con plena conciencia de lo que hacen, o solo emular con fanáticos ebrios que lanzan botellas, golpean y hasta matan a quienes no comparten sus preferencias futbolísticas.No se trata de hacer juegos malabares con la semántica, sino desentrañar las intenciones verdaderas de quienes inculcan a unos hombres las ideas de actuar contra otros, a quienes califican y definen como legítimos objetivos de caza. EJEMPLOS COTIDIANOSEn África, comunidades enteras son arrasadas. La poderosa prensa internacional afirma que se trata de “rivalidades étnicas, puro racismo corriente”. Es lo que se ve, se escucha y se lee. Pero no suelen dar la cara los instigadores de tamaña “limpieza racial”, por lo general representantes de altos intereses económicos transnacionales.El SIDA diezma a la población del tercer mundo, en especial la africana, donde amenaza con exterminar etnias completas. Desde el punto de vista de los gobiernos de países ricos que niegan el acceso real a medicamentos conocidos, es una forma indirecta de dejar hacer a la “selección natural”.Apoyados en el sentimiento de solidaridad que hacia el pueblo judío generó el holocausto causado por el antisemitismo nazifascista durante la II Guerra Mundial, el sionismo de hoy masacra al pueblo palestino consentido por el Imperio Norteamericano –donde se asientan poderosos intereses económicos de origen judío--, y el silencio cómplice de sus aliados.En Iraq y Afganistán las tropas invasoras de la llamada coalición que comanda el gobierno de de Estados Unidos con W. Bush al frente, bombardea, asesina, tortura y humilla a cientos de millares de personas, al tiempo que ideólogos del neoliberalismo nazifascista abonan el miedo entre la población norteamericana para cosechar odio racial y religioso que justifique las acciones criminales, cuyo verdadero propósito es saquear y extender las zonas de dominio imperial.La razón verdadera es garantizar la superioridad geopolítica y militar, lo mismo en África, en los Balcanes o el Medio Oriente, a fin de estar presto a custodiar y apropiarse del potencial de materias primas, máxime minerales, y sobre todo petróleo. Es una estrategia bien definida por economistas y ejecutada por los Halcones de la Guerra, paradójicamente en nombre de la paz, los derechos humanos, la libertad y la democracia.A parejas, la propaganda imperial acuña términos como “depuración étnica”, “guerra fraticida”, “extremismo islámico” para calificar a otros y arropar de beatitud a la nueva cruzada de superioridad racial que cabalga sobre tecnología digitalizada por los senderos de Internet.Sin embargo, existe una antigua verdad, evidente por sí misma: Todos los seres humanos formamos parte de una sola familia. No es un dicho vacuo. La filosofía distorsionadora del hecho natural ha quedado desarmada ante la ciencia del siglo XXI en su descripción del genoma humano. CONCERTACIÓN Y CULTURASolo la concertación activa de la lucha de los pueblos y el acceso a la instrucción y la cultura pueden lograr éxitos contra los orígenes clasistas de los grandes males de la humanidad.Lo demostraron la victoria aliada contra el nazifascismo en la II Guerra Mundial, los avances dentro de Estados Unidos frente al pensamiento y la práctica del esclavismo y la segregación racial, igual que el “apartheid” en Sudáfrica, que halló cauce legal para su progresiva desaparición a partir de 1991.Se trata de una batalla cotidiana dentro de los países donde prácticas xenofóbicas y racistas se amparan en leyes y decretos que la protegen y ideologías que la sustentan.Ese accionar popular pasa por el combate contra transnacionales, formas neoliberales de penetración y dominio económico y político, como la llamada Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).…Mientras tanto, José María ha logrado saltar la cerca y corre como endemoniado hacia su sueño de hallar empleo, aunque solo sea de recolector de tomate o estibador de pesados fardos, y le paguen la quinta parte del sueldo legal.A José María no le importan esos detalles, al menos por el momento. Sus energías se concentran en mover ágilmente las piernas para correr y correr con la mente fija en el imperativo vital de ganar algo y enviar ayuda a su mujer, hijos y padres, a quienes dejó implorándoles a la virgen de Guadalupe para que falle la puntería de John Smith, quien desde su estúpida sonrisa disfruta el instante en que se dispone a apretar el gastillo, intentando matar a su tigre.
7 comentarios
andreina -
oscar -
diego -
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beldent -
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Beldent.
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